Autor: Oscar Sánchez Serra
Aún no se habían abierto las puertas del estadio. Dentro, en el coloso del Cerro, los trabajadores acondicionaban el terreno, y en las gradas retocaban cada asiento. Pero él ya estaba allí, parecía que lo esperaba.
Pasó por mi lado, con su familia, en busca de una de las puertas de acceso para adquirir su entrada. Al llegar a ella se volteó, cual si hubiera sentido una señal.
«¡Mira, el animal!», exclamó.
Dirigí la mirada hacia donde él posaba la suya, en la anatomía de Alfredo Despaigne. Los ojos del niño brillaban en las primeras horas del domingo, porque el juego entre Granma e Industriales estaba pactado para las diez de la mañana.
El Caballo de los caballos es de los peloteros cubanos más queridos. Su manera de compartir la tarea del juego con sus compañeros, sin creerse, aunque de sobra lo es, alguien especial o decisivo; su sonrisa, o sus gestos, y hasta sus bromas, ante determinada situación de juego, lo hacen un cubano como tú o como yo; como él o aquella. A este santiaguero, de orgullo y casaca granmense, o de habanero natural, como él ha dicho, porque en la capital es también aupado, no se le ha subido la fama para la cabeza.
—Hay quienes piensan que vas a romper todas las pelotas aquí, que es más fácil dar jonrones en la Serie Nacional que en Japón.
—No es tanto así. Cuando estás ajustado a un nivel superior cuesta mucho adaptarte a uno más bajo. El concepto de pitcheo no es igual. En mi opinión, el trabajo de los lanzadores en Japón es de lo mejor que hay en el mundo. No solo por la velocidad, sino por el control y, sobre todo, por el desarrollo del pensamiento táctico. Allí, si no ganas ese duelo de pensamiento entre pitcher y bateador, no triunfas.
«Por eso es que se hace difícil ajustarse al nivel del pitcheo en nuestra temporada. La diferencia en la velocidad es significativa, y es complicado pegarle bien a la pelota, porque te puedes ir delante. También el control de los pitchers juega en contra; con bolas malas no se conecta bien, y aparecen una buena cantidad de boletos».
De hecho, Despaigne es, en estos momentos, líder en bases recibidas, con 35, la misma cantidad que Frederich Cepeda.
—Pero no te va mal, lideras los jonrones (13), pegas un cuadrangular cada 7,7 veces al bate; eres uno de los siete que batea 400 o más, primero en obp (568), segundo en slugging (820) y en ops (1 388).
—Es que me he preparado muy bien, desde noviembre he tenido mucho rigor en cada cosa que hago, y por eso salen los resultados.
—Está claro que no eres ese gran corredor, pero se te ha visto ágil en las bases, incluso de home a primera.
—Te dije que he tomado muy en serio la preparación, y que tenga esa condición ahora, responde a la importancia que le he dado a la Serie.
—Ya oficialmente Cuba está ubicada en Asia para jugar el Premier 12. ¿Es un grupo tan difícil como dicen?
—Sí lo es, pero podemos dar la pelea. Japón, Sudcorea y Taipei de China siempre son un reto. También lo es Australia, que nos da buenos juegos, pero siempre terminamos ganándole.
—Claro, porque aparece uno que tiene el 54 en la espalda, y los deja vestidos para la fiesta, le digo y sonríe.
—Habría qué ver que lleva República Dominicana, que está en la misma zona, pero si logramos la incorporación de algunos lanzadores que juegan en otras ligas, tenemos posibilidades de avanzar.
—Ya con 13 jonrones en esta campaña está a 27 de los 500 en torneos ligueros, entre México, Japón y Cuba. ¿Habrá otro hoy (domingo)?
—No jugaré hoy, hice un movimiento que me trancó la pierna izquierda. No es nada serio, pero debo hacer reposo.
No pensé en las consecuencias para Granma, ni que la temporada se privara del código cubano del jonrón ese día, sino en Carlitos, en el niño que fue al estadio porque quería ver al «animal» mandarla detrás de las cercas.
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