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Aunque algunas entidades deportivas como la FIFA se rehúsan a utilizar elementos externos para la mejora del juego, son cada vez más quienes están a favor de utilizar la tecnología en beneficio del atleta.

La tecnología ha dado pasos agigantados en los últimos años, y en el deporte, tanto amateur como profesional, se ha ido incorporado para mejorar el desempeño de los atletas y de la competencia, intentando no quebrantar la esencia misma de la práctica. Encontramos así avances en elementos como: trajes de baño hidrodinámicos en la piscina, bicicletas ligeras hechas de fibra de carbono, raquetas, palos de golf, bates de béisbol, zapatos, pelotas, camisetas, cámaras de repetición instantánea etc.

 

Aunque algunas entidades deportivas como la FIFA se rehúsan a utilizar elementos externos para la mejora del juego, son cada vez más quienes están a favor de utilizar la tecnología como herramienta para calificar adecuadamente injusticias y errores humanos que no son fáciles de percibir. Además la ciencia está al servicio de los atletas como un instrumento para ayudarlos a superar las barreras físicas e inclusive las técnicas.

En el tenis, por ejemplo, que ante todo es un deporte de caballeros, donde se respeta la decisión de los jueces, la velocidad y técnica del juego ha ido evolucionando y llegó un momento en el que rebasó a la capacidad del ojo humano, por ello hace unos años se requirió que los jueces de línea y silla, se apoyen en la tecnológica que le proporciona el llamado ‘ojo de halcón’, cuyo objetivo es determinar si una pelota ha caído dentro o fuera de los límites de la cancha.

Los diversos torneos de la ATP, WTA, Copa Davis, y Fed Cup, estuvieron marcados por polémicas y decisiones de los jueces de línea en los últimos años. Y para evitar esos altercados se requirió utilizar los avances tecnológicos como un autentico beneficio para darle credibilidad al juego y evitar la incertidumbre que generaban ciertos puntos en disputa.

Al utilizar el término “tecnología” en temas referidos a deportes, acostumbramos a descartar en la percepción inicial cosas un poco más simples y que también forman parte de la influencia tecnológica. Por ejemplo, y siguiendo con el deporte del tenis, durante los últimos 50 años, las raquetas de madera fueron reemplazadas por las de metal y luego por las de fibra de carbono mezcladas con otros materiales. Hoy podemos encontrar modelos conectados a computadoras con sensores que detectan las vibraciones de las cuerdas y del movimiento, todo ello con el objetivo de ayudar a los tenistas para saber datos interesantes que mejoren su rendimiento en cuanto a la técnica de golpeo que está utilizando, lo que conlleva a desarrollar un juego más vistoso para el aficionado.

Gracias a los avances e incorporación de la tecnología, en el ciclismo las bicicletas han sufrido cambios importantes: ahora son ligeras, resistentes y permiten a los atletas tener mejor rendimiento ante lo que muchos consideran un esfuerzo sobre humano en las competencias más importantes.

Para la NFL, una de las ligas deportivas más rentables del mundo, ha sido importante ir implementando los avances tecnológicos para bien del espectáculo o en su caso la protección de sus jugadores.

El futbol americano de Estados Unidos tomó desde 1986 la tecnología como un aliado para mejorar las decisiones tomadas por los árbitros en el campo de juego: utiliza la repetición instantánea desde hace varios años e incluso ha cambiado sus reglas para poder tener un juego más justo en todos los sentidos.

Cámaras por ambos costados del emparrillado y cabinas de revisión cerca de las bancas han hecho a las repeticiones una herramienta común para este deporte.

Pero si algo tiene colocada a la NFL como la liga más cercana a la tecnología es su preocupación y esfuerzo por mantener seguros a sus jugadores; se creó un comité llamado “Head, Neck & Spine Medical Committee”, (Comité Médico de cabeza, cuello y espina dorsal), el cual se encarga de buscar formas en las que la tecnología pueda ayudar a evitar lesiones de alto riesgo.

Sin embargo, no todas las entidades deportivas piensan del mismo modo. La FIFA se sigue rehusando a utilizar la tecnología como un medio que ayude y dé soporte a las decisiones que los árbitros toman en cuestión de segundos durante un encuentro.

El futbol es el deporte más querido y seguido alrededor del mundo, pero su máximo organismo dice que la ausencia de elementos tecnológicos “es la única manera de mantener el deporte con su belleza natural”.

Así, la FIFA insiste en “no introducir tecnología”, en lo que respecta a repeticiones instantáneas para resolver las jugadas más polémicas; antes bien prefiere darle prioridad a propuestas como la utilización de dos árbitros adicionales a la terna habitual y diamdemas para mantener comunicados a los jueces de línea.

Aunque en la pasada Copa Confederaciones y en lo que será el Mundial de Brasil, ya se aceptó utilizar la tecnología para detectar goles dudosos en la línea de las porterías: se usará un sistema de 14 cámaras para detectar la posición de la pelota en el arco, dijo Thierry Weil, director de mercadeo del organismo rector del futbol mundial.

Otro aspecto en el que también ha puesto empeño la FIFA, es en avalar los estudios para sacar uniformes, zapatos o balones con tecnología de punta. Estos últimos diseñados con capas sintéticas y rellenos de un gel especial que absorbe con mayor docilidad los golpes, y que además le permite ajustarse a las condiciones climáticas del terreno de juego.

Además están los uniformes, diseñados específicamente para que los futbolistas se sientan más cómodos, no se mojen con su propio sudor o incluso para que su cuerpo se torne un poco más “aerodinámico”: zapatos hechos para sacarle el mayor provecho a las habilidades de los jugadores al momento de patear el balón o correr, son elementos claves en los que la tecnología sí ha mejorado el balompié mundial según la FIFA.

Hay deportes en donde la vestimenta y la tecnología aplicada a ella hacen la diferencia. Es el caso de la natación, donde las milésimas de segundos pueden hacer ganar o perder a un competidor, y para ello desde hace algunos años se han diseñado trajes especiales que asemejan a una segunda piel, similar a la piel de los tiburones.

Se trata de trajes aerodinámicos que buscan elevar el rendimiento de los nadadores, y que fueron hechos tras 55 mil horas de estudios con científicos y diseñadores industriales con la mejor tecnología que existe: traje, gorra y goggles, que ayudan a reducir la resistencia al agua, logrando que el nadador incremente su velocidad considerablemente.

Ciencia y tecnología se encuentran muy ligadas al deporte hoy en día. El factor ciencia ya es un protagonista que va de la mano para ayudar a los atletas a lograr mejores resultados, todo en beneficio del espectáculo para los aficionados.