Palabras claves: DEPORTE ESCOLAR/ ACTIVIDAD FÍSICA

Título: HÁBITOS DE VIDA DE LA POBLACIÓN INFANTO-JUVENIL ESCOLAR DEL DEPARTAMENTO DEL TOLIMA.

Autor: Doctor Carlos Alberto Ramos Parraci, Magister Nestor Willian Aponte Lopez

País: Colombia

 

RESUMEN:
Objetivo: Determinar los “HÁBITOS DE VIDA DE LA POBLACIÓN INFANTOJUVENIL ESCOLAR DEL DEPARTAMENTO DEL TOLIMA”.
Métodos, Muestra e Instrumentos: Estudio DESCRIPTIVO DE CORTE O TRANSVERSAL. Para el Estudio se tomó una Muestra Aleatoria Simple de la Población Escolar del Departamento del Tolima 589 estudiantes (192 de básica primaria y 397 de secundaria) y 32 docentes de educación física a quienes se les aplicó una encuesta estructurada que incluía preguntas de sus datos generales, así como también hábitos de vida saludable y el CUESTIONARIO INTERNACIONAL SOBRE ACTIVIDAD FISICA – FORMATO CORTO, (International Physical Activity Questionnaire – IPAQ) en lo referente al ítem que valora el Nivel de Actividad Física. Después que el encuestado haya contestado los cuestionarios, se tomó el peso corporal, la estatura, la circunferencia de Cintura y Cadera, siguiendo los estándares de medición aprobados por la comunidad científica internacional (ISAK – Internacional Society for the Advancement of Kinanthropometry). Se realizó un análisis univariado, seguido de un análisis bivariado, buscando una posible relación en el cruce de variables. En el análisis de los datos se usaron los programas SPSS 17 y Excel Microsoft office 2010, haciendo comparación de medias y análisis de correlación lineal simple de Pearson entre variables cuantitativas.
Resultados: Población con antecedentes en de ECNT como hipertensión, diabetes, problemas cardiacos y cáncer; el IMC en los docentes se califica como Sobrepeso, mientras los estudiantes de Primaria en Bajo Peso; presencia de hábitos de tabaco y de toma de licor; en relación al del tiempo libre presentaron altos porcentajes en practicar un deporte, en realizar lecturas, estudios, ver tv y paseos. La percepción de la clase de educación física ha influenciado de manera positiva en la realización de Actividad Física en su tiempo libre demostrando interés y gusto hacia ella, motivados por estar fuertes y por estar con los amigos mientras en básica secundaria y media por estar fuertes y estéticos; las actividades físicas sugeridas las caminatas y la práctica de algún deporte; por su parte los que no realizan actividad física se debe por la falta de instalaciones, a que no la dejan sus padres y porque no tiene tiempo, por su parte básica secundaria y media no realizan por falta de instalaciones y en las mujeres no le gusta, por ende prefieren actividades de diversión y estar en familia en las niñas; se evidencia una alta prevalencia de los niveles de inactividad e irregularmente activo en la muestra valorada, considerados como no beneficiosos para la salud.

Palabras claves: Estilos de vida saludable, educación física, enfermedades crónicas no transmisibles

SÍNTESIS
INTRODUCCION
La supervivencia de la especie humana, a lo largo de la historia, ha dependido de la caza o de la recolección de alimentos, ocupaciones que exigían una condición física óptima debido a las prolongadas e intensa actividades a las cuales se veían sometidos. La mecanización y la tecnología moderna desarrolladas en las últimas décadas han hecho que el género humano sea menos activo físicamente que en cualquier otro momento de su pasado y que se ve claramente reflejado en nuestra salud.
La actividad física regular está asociada a una vida más saludable y más larga1,2.
No obstante, la mayoría de los niños, niñas, adolescentes y personas adultas colombianas no desarrolla una actividad física suficiente como para lograr beneficios sanitarios. La situación es similar en todo el mundo, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo como el nuestro, y existe un amplio conjunto de pruebas científicas que indica una disminución de los niveles de actividad física y de condición física en todos los grupos de edad. La inactividad física está reconocida como uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades crónicas y constituye entre el segundo y el sexto factor de riesgo más importante en relación con la carga de la enfermedad en la población de la sociedad occidental3-5. Su prevalencia es más elevada que la de todos los demás factores de riesgo modificables5. La inactividad física durante los primeros años de
vida está reconocida actualmente como un importante factor coadyuvante en el
incremento de los niveles de obesidad y de otros trastornos médicos graves que
se observan en niños, niñas y adolescentes de Latinoamérica y de otros lugares6,7.
El aumento del interés científico, político y de los medios de comunicación por la
obesidad a partir de finales de la década de 1990 ha servido para situar la
actividad física en un lugar importante de la actual agenda de temas de salud
pública.
La práctica de la actividad física constituye uno de los principales triunfos de un
estilo de vida saludable y de una verdadera protección y promoción de la salud. En
las últimas dos décadas, diversos estudios científicos han demostrado que la
actividad física regular proporcionaba importantes beneficios en la salud8-23. Como
consecuencia de ello, la actividad física ha sido promocionada últimamente desde
las autoridades públicas y otras organizaciones relacionadas con la salud18. El
Servicio de Salud Pública Norteamericano señaló la condición física y el ejercicio
como una de las diez áreas de mayor importancia en la salud pública y uno de los
desafíos futuros importantes24. Y ello debido a los beneficios evidentes de su
práctica para la salud física, social y mental, así como para su bienestar general.
Aunque vale la pena anotar, que la mayor parte de la población manifiesta su
interés por la práctica de la actividad física y reconoce los beneficios potenciales
que su práctica puede aportar a la salud, a las relaciones sociales y al desahogo
emocional y psíquico. Pero, se practica menos de lo que se dice y desea25.
Pues la naturaleza de las actividades de ocio de niños y niñas ha cambiado
drásticamente en las últimas décadas. En el pasado, la infancia dedicaba gran
parte de su tiempo de ocio a practicar juegos activos al aire libre; sin embargo, la
aparición de la televisión, de los juegos de ordenador y de internet ha provocado
que los niños de ambos sexos dediquen en la actualidad una parte mucho mayor
de su tiempo libre a actividades de tipo sedentario.
La importancia de la actividad física para la salud social, mental y física
infantojuvenil es indiscutible, y por lo tanto resulta esencial llevar a cabo esfuerzos
en todo el mundo con el fin de “reintroducir” la actividad física en la vida de nuestra
infancia y nuestra adolescencia y desde esta perspectiva es de suma importancia
el papel de la clase de Educación Física como motivadora en los cambios de
actitud frente a los estilos de vida de dicha población.
Indudablemente, los retos planteados por el creciente problema de la inactividad
física y la obesidad en la infancia pueden ser considerados como algunos de los
desafíos más relevantes para la salud pública en el siglo XXI. La responsabilidad
de la mejora de los niveles de actividad física y de otras conductas relacionadas
con la salud infantil recae en todos los miembros de la sociedad. Sin embargo, en
su calidad de persona que se interrelaciona directamente con la infancia, la
Educación Física constituye un componente especialmente importante de la red
de influencias.
Las instituciones educativas, los hogares y la comunidad son lugares excelentes
para proporcionar asistencia a niños y niñas a la hora de mejorar las conductas
relacionadas con la salud, como, por ejemplo, la actividad física, ya que los
hábitos sedentarios, además de estar condicionados por la falta de infraestructura
y de áreas verdes para el esparcimiento y la práctica deportiva, la inadecuada
orientación de la asignatura de educación física que privilegia el desarrollo de
destrezas físicas y motoras por sobre lo recreacional o deportivo y el
desconocimiento, por parte de la población, de los beneficios de una vida
saludable son la causa de esos estilos de vida que cada vez ganan más adeptos
como TV, nintendo, computación, etc, que ocupan gran parte del tiempo libre de
niños y adolescentes.
OBJETIVO GENERAL
Determinar los “HÁBITOS DE VIDA DE LA POBLACIÓN INFANTOJUVENIL
ESCOLAR DEL DEPARTAMENTO DEL TOLIMA”.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
o Caracterizar desde los aspectos sociodemográficos a la población infantojuvenil
escolar del Departamento del TOLIMA.
o Conocer las actividades que realiza la población infantojuvenil escolar en su
tiempo libre.
o Identificar conductas adictivas y hábitos de vida riesgosos en los escolares
adolescentes.
Conclusiones.
La actividad física es una de las cuatro estrategias de prevención de
enfermedades crónicas no transmisibles propuestas por la Organización Mundial
de la Salud en el año 200227 y como tal debe ser introducida en la atención
primaria en todo el mundo, según propone la Federación Mundial de Cardiología28,
siendo aquí donde el sector educativo toma un gran valor y más aún el papel de la
asignatura de educación física y por ende, el profesor de la misma. Sin embargo,
hay que indicar que no basta con aumentar el nivel de actividad pues, como se ha
puesto de manifiesto en diversos estudios longitudinales29-32 el riesgo
cardiovascular futuro está más condicionado por la forma física que se alcanza
(especialmente fuerza y capacidad aeróbica) que por el nivel de actividad física
que se realiza. De igual manera, es importante matizar que, aunque el nivel de
condición física ha sido recientemente propuesto como un potente indicador del
estado de salud para todas las edades, no se debe olvidar que factores clásicos
de riesgo cardiovascular futuro, como las características antropométricas33, el
perfil lipídico34 o la presión arterial35, resultan determinantes para la aparición de la
enfermedad cardiovascular.
Aunque las manifestaciones clínicas indicativas de enfermedad cardiovascular
aterosclerótica suelen aparecer en la edad adulta, en la actualidad su inicio
patogénico se establece en la infancia o la adolescencia36,37 e incluso se han
identificado factores de riesgo cardiovascular en estas edades38-41. Algunos de
ellos pueden llegar a predecir la morbimortalidad futura, como es el caso del
sobrepeso infantil42. El estudio de dichos factores durante la etapa crucial de la
adolescencia resulta, por tanto, determinante para el diagnóstico y la prevención
de las condiciones asociadas a la enfermedad cardiovascular en el adulto. En este
sentido, en diversos estudios transversales se ha demostrado la relación entre el
nivel de forma física y otros factores de riesgo cardiovascular durante la infancia y
la adolescencia43-45. Del mismo modo, en importantes estudios longitudinales se
ha constatado que el nivel de condición física que se posee en la vida adulta, así
como la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular convencionales
(hipercolesterolemia, hipertensión, etc.), está condicionado por el nivel de forma
física que se tiene en la infancia o la adolescencia46-50.
Desde estas premisas, la influencia de la clase de educación física frente a los
estilos de vida de la población es crucial y una tarea que debe ser continua en el
proceso de formación, y más aún cuando se evidencia la presencia de
enfermedades cardiovasculares en la población escolar (Primaria, niños con
Hipertensión y Enfermedades Cardíacas con un 3.1% (3), mientras las niñas el
6.3% (6) presenta Diabetes; en el grupo de Secundaria sobresale el 4.0% (8)
niños con Hipertensión y el 9.6% de las niñas con Cáncer).
Considerando los resultados antropométricos, como el IMC marca unas
acentuadas diferencias en los grupos estudiados (Docentes, Primaria y
Secundaria). Entre los docentes se observa que 15 tienen un peso normal, 15
están con sobrepeso y uno con obesidad, dado que estos docentes son mayores y
tienen unos estilos de vida diferentes ya consolidados, concuerdan con lo
observado en otras investigaciones. Con relación a los estudiantes de escolaridad
primaria, de una muestra de 192, se encontraron 140 con infrapeso, lo cual quiere
decir que tienen algún grado de desnutrición, equivalente al 72.9% del grupo
estudiado, creemos que estos alarmantes niveles de infrapeso pueden tener cierta
relación con los factores socioeconómicos (la mayor proporción de los estudiantes
pertenece a los estratos socoeconómicos 1, 2 y 3), 48 estudiantes de básica
primaria se encuentran con un peso normal para su estatura, y solo 4 estudiantes
el 2.1% de la muestra estudiada tiene sobrepeso. En la escolaridad secundaria,
los resultados fueron muy similares considerando que la muestra estudiada fue de
397 estudiantes de los cuales 129, el 32.5% tiene infrapeso. 248, el 62.5% tiene
un IMC acorde con su estatura, lo cual es considerado como normal, 18
estudiantes, 4.5% tienen sobrepeso, y finalmente 2 estudiantes el 0.5% tienen
obesidad.
Se encuentra una relación directamente proporcional entre la edad y el sobrepeso,
lo cual confirma que los hábitos son determinantes en estas valoraciones, los
estudiantes de básica primaria, con edades que oscilan entre los 6 y 10 años
tienen un peso por debajo del normal, lo cual indica que hay algún grado de
desnutrición. En secundaria el porcentaje de desnutrición ha bajado
considerablemente con relación a la básica primaria pero en esa medida, hay más
estudiantes con sobrepeso e inclusive en los grados superiores se encuentran
estudiantes con obesidad. Con relación a los profesores, el 48% tienen obesidad y
el 3.2% tiene sobrepeso. Lo cual denota que en la medida que aumentamos en
edad, los hábitos poco saludables se van consolidando y mostrando de esta
manera sus efectos sobre la salud de las personas, además que dado lo
arraigados que están, son más difíciles de modificar. Estos resultados son una
evidencia científica de la importancia de establecer a temprana edad hábitos de
vida sana que permitan a los jóvenes constituirse en hombre aptos desde el punto
de vista físico y mental para contribuir con el progreso del departamento. Para lo
cual es necesario que los entes a los cuales les corresponde velar por la nutrición
de los estudiantes con programas de apoyo como los restaurantes escolares
tomen las medidas pertinentes y revisen los revisen, dado el alto nivel de
desnutrición encontrado.
El Índice Cintura Cadera es muy predictivo, una relación entre cintura y cadera
≥1.0 en varones y ≥0.8 en mujeres está asociado a un aumento en la probabilidad
de contraer diversas enfermedades (diabetes mellitus, enfermedades coronarias,
tensión arterial…) de ahí la importancia de su estudio.
En la población valorada, encontramos que las mujeres se encuentran en alto
riesgo, el 25.8% tienen niveles de ICC que superan el 0.9, el 3.4% tiene niveles de
de 1.0, lo cual se considera de muy alto riesgo. En contraste solo el 5.0% de los
hombres se encuentra en 1.0 en el ICC. Estos resultados tienen una relación
directa con lo encontrado en los hábitos de práctica deportiva, en donde el 83% de
los hombres lo hace de manera regular, frente al 62% de las mujeres
Al consideran las variables relacionadas con los hábitos de vida y actividades en el
tiempo libre las cuales pueden llegar a determinar la salud de las personas,
notamos como a pesar de los logros educativos y culturales de la mujer, todavía
hay diferencia en cuanto a la práctica deportiva de unos y otros, el 83% de los
hombres practica con regularidad un deporte mientras que solo el 62% de las
mujeres lo hace, sin embargo es un adelanto notable de las mujeres con relación a
otras épocas.
Las campañas contra el tabaquismo a nivel mundial y regional, están comenzando
a dar resultados, entre la población estudiada solo hay un 2.2% en hombres y
1.7% en mujeres que todavía continúan con esta práctica nociva para la salud.
El hábito de fumar se va adquiriendo y afianzando en la medida que se aumenta
en edad y en nivel de escolaridad, encontramos que ningún estudiante de básica
primaria ha adquirido este hábito, mientras que el 2.5% de los encuestados en
básica secundaria ya se consideran fumadores. El 6.3% de los docentes
encuestados admitieron tener este hábito.
Al parecer el consumo de alcohol es una práctica socialmente permitida aún en los
infantes, el 5.2% de los estudiantes de básica primaria y el 24% de los que cursan
la básica secundaria y media admitieron consumir licor con regularidad, mientras
que en los docentes fue el 43%. Los niveles de consumo son preocupantes por la
edad de iniciación, siendo muy superiores al del tabaco. Este hallazgo se
constituye en una advertencia para las autoridades de la salud, por el aumento
progresivo que encontramos en la medida que se cursan los diferentes grados de
escolaridad. Mientras que 10 estudiantes de básica primaria admitieron consumir
alcohol, en básica secundaria lo hicieron 97 estudiantes, un aumento del 1.000%
en solo algunos años de escolaridad.
Al indagar sobre percepción de los grupos evaluados frente a la influencia de la
clase de la educación física en sus estilos de vida saludable podemos concluir que
las actitudes de los estudiantes, tanto hacia la EF como hacia sus profesores, han
sido positivas en todos los niveles académicos analizados, lo cual supone una
alentadora perspectivca sobre la mejora progresiva de la EF en lo concerniente a
mejorar los hábitos de vida si lo comparamos con los obtenidos en otros trabajos
de hace unos años51,52, en los que se expresaban opiniones menos favorables en
cuanto a las experiencias que numerosos alumnos habían vivido en las clases de
EF. A su vez, apoyan los resultados obtenidos en estudios previos en los que se
anunciaba que los alumnos tienen una actitud más positiva que negativa hacia la
EF, datos obtenidos por Luke y Cope (1994)53, Moreno y cols. (1997)54 y Rice
(1988)55.
Por tanto, podemos concluir diciendo que los alumnos analizados valoran
positivamente tanto las clases de EF como a los profesores/as que las imparten,
siendo los varones quienes muestran mayor preferencia que las mujeres por la E.
F. y el deporte en su tiempo libre, ya que éstas actividades los hace más “fuertes y
con una belleza estética corporal”. Tales resultados contrastan con los aportados
por el estudio de Stewart y cols. (1991)56, donde las mujeres se mostraban
interesadas por factores tales como “condición física”, “habilidad” y “dominio
social” y no tanto por los propios valores de la E. F.
Los estudiantes que practican deporte valoran más la asignatura y al profesorado
de E. F., encuentra más fácil la asignatura de E. F., entienden que la E. F. les será
útil para su salud, prefieren la E. F. y el deporte frente a otras actividades de
tiempo libre.
En conclusión, los resultados indican que los estudiantes muestran buenas
actitudes hacia la E. F. y sus profesores, abundando en este mismo sentido, Rice
(1988)55, Stewart y cols. (1991)56, Luke y Cope (1994)53. A nuestro entender, la
actitud de los jóvenes estudiantes hacia la E. F. en el Departamento del Tolima
está cambiando considerablemente hacia un terreno que la convierte en un “algo”
a considerar dentro del currículo y lo más interesante aún, como herramienta de la
salud para la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles y el
mejoramiento de estilos de vida saludables, pues a pesar de estos importantes
resultados, los niveles de inactividad e irregularmente activo presentados en la
muestra valorada llaman la atención por su alta prevalencia (Primaria: Hombres el
65,6%, Mujeres el 63,5%; Secundaria: Hombres 70,7%, Mujeres el 65,5%) y
requieren de la atención de los profesionales de la educación física ya que dichos
niveles no están considerados beneficiosos para la salud.
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