Palabras claves: EDUCACION/METODOS DE DIRECCION/CALIDAD DE LA ENSEÑANZA

Título: La gestión de dirección del centro universitario municipal (cum) en función del mejoramiento  de la preparación de los docentes.

Autor: MsC. Regla María Albelo Ginnart. 

Fecha de publicación: 26 de abril del 2011 

Texto completo

INTRODUCCIÓN:

La época actual se caracteriza por un perfeccionamiento constante del proceso pedagógico para elevar la calidad de la educación,  como respuesta ineludible en cada sociedad a los vertiginosos cambios científicos, técnicos, económicos, culturales, que se producen en el mundo. En este contexto el papel que desempeñan las actuales transformaciones de la educación en Cuba han posibilitado el alcance progresivo de una superior cultura y el disfrute de  igualdad de oportunidades de toda la población.

En nuestra época los procesos educativos adquieren más trascendencia y fuertes implicaciones hacia el futuro, y en particular la educación superior constituye un espacio que concentra y a la vez refleja las múltiples facetas del desarrollo social.

Tal situación se convierte en imperativo para que la educación superior priorice el perfeccionamiento constante de sus procesos sustantivos,  con el objetivo de cumplir su misión de favorecer una actitud de cambio y transformación social a través de los profesionales que egresan de las universidades, a partir de una formación cada vez más integral y una consecuente conciencia ética.

El actual proceso librado por nuestro pueblo en defensa de sus más preciadas conquistas, tiene en las universidades una fuerza inestimable por el potencial científico y revolucionario que se concentra en las mismas, la pujanza del movimiento estudiantil y la tradición de lucha que ha acompañado su devenir. La Batalla por la Cultura y el Deporte tiene particular significado para las universidades, en tanto su desarrollo está estrechamente vinculado a las necesidades sociales de los jóvenes que se desenvuelven en un medio social que  promueve la cultura y el deporte como medios para lograr  una mejor calidad de vida.

Múltiples han sido las investigaciones que en estos últimos años han aportado un significativo referente teórico a aquellos que se empeñan en encontrar en su actividad diaria, las vías más acertadas para lograr que la gestión universitaria  transite hacia estadios superiores en el orden cualitativo y en alternativa transformadora a nuestra práctica sistemática, donde la integración armónica de los fundamentos administrativos y tecnológicos, se convierte en el eje conductor del proceso que permite transitar a la excelencia universitaria.

Resulta necesario sustentar entonces los criterios de investigadores, que hoy muestran los resultados de una larga trayectoria en este tema, entre los que contamos con Sander, B.(1996), Díaz Barriga, A.(1997), Martín Sabina, E. (1997, 1999), Garita Bonilla, L. (1997), Díaz Domínguez, T. (1998), Hernández Cotón, S. (1998), Tristá Pérez, B. (1999, 2000),  Almuiñas Rivero, J.L. (1999), Bringas Linares, J.A. (1999), Arrechavaleta Guarton, N. (1999), Rodríguez González, F.(1999) Vega García, A. (1999) y  Moreno Orrego, M. C. (2001). Todos de hecho han enriquecido el referente teórico desde una óptica generalizadora sobre la problemática de la gestión universitaria que nos ha permitido llegar a la particularidad de las regularidades en el estudio de dicha gestión en un centro universitario municipal.

El proceso de transformaciones en la educación superior cubana se ha materializado con la llamada universalización de la universidad que ha dado lugar a la creación de centros universitarios municipales .en diferentes territorios para favorecer la inserción de una amplia matrícula universitaria con una nueva concepción de la formación del profesional.

La presencia de las actuales transformaciones hace que la dirección educacional reconceptualice su labor sobre la base de su influencia en la educación de todos pero a la vez marcan nuevos retos y perspectivas a los directivos quienes con su actividad profesional deben dar respuestas a las exigencias, como expresión del cambio educativo necesario.

Como se aprecia dichas transformaciones conllevan a realizar modificaciones sobre bases científicas desde los sistemas de trabajo educacionales, las que deben estar caracterizadas por su flexibilidad y adaptabilidad a las condiciones actuales del contexto donde interactúan los directivos educacionales.

La entidad educativa actual que busca su desarrollo en medio de continuas transformaciones e impactos provenientes de los nuevos programas y proyectos educacionales no puede ser conducida con los conceptos y métodos tradicionales de dirección.

El contenido del proceso de dirección lo determina el sistema o entidad que se dirige. Este contenido debe reflejar la actividad del  objeto dirigido.

El Dr. Sergio Alonso Rodríguez (2007) considera la dirección científica educacional como “la ciencia de la Educación que estudia las relaciones de dirección que se establecen entre dirigentes y dirigidos en la esfera educativa y el impacto de las mismas en el perfeccionamiento continuo de la actividad de dirección de todos los profesionales que trabajan en el sector”[1]

El proceso de dirección del CUM como en las demás Instituciones, es la forma de concatenar, ordenar y organizar todos los procesos inherentes a esta institución. El proceso de dirección en el CUM también es cíclico pues la etapa o fase precedente es premisa obligatoria para la siguiente y  a cada una de ella corresponde una función de dirección. Al conjunto de esas funciones se le denomina ciclo directivo.

En la dirección del CUM la administración de los recursos humanos está relacionada directamente con dos tipos de sujetos: los clientes- estudiantes y los docentes, ambos  de singular importancia en  el cumplimiento de la misión, pues los primeros constituyen los futuros los profesionales del territorio y los segundos son los encargados de orientar y dirigir el proceso de formación; de aquí que sea tan importante la preparación de estos últimos.

Estos nuevos requerimientos en lo esencial están vinculados con:

¨       La existencia de un nuevo modelo pedagógico con carácter semi- presencial debe dotar a los estudiantes de la preparación en los elementos imprescindibles para su formación profesional en vínculo estrecho con la actividad laboral desarrollada cotidianamente. Esta concepción conlleva cambios en los roles tradicionales del profesor y de los estudiantes, potenciando el papel de guía del primero para dirigir el proceso de autoformación del futuro profesional.

 

¨       Las limitaciones en el uso de las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones (NTCI) pues el nuevo modelo presupone el uso de las mismas como un instrumento del aprendizaje y de la educación.

 

¨       El no dominio en todos los casos de las especialidades de Cultura Física, pues muchos de los docentes provienen del potencial científico de cada territorio sin que necesariamente tengan conocimientos de las particularidades de la especialidad.

 

¨       La formación no pedagógica de muchos docentes, también obedece a la fuente de procedencia de los claustros pues si bien son altamente calificados no han recibido preparación pedagógica para el ejercicio de la docencia.

FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA GESTIÓN  DE DIRECCIÓN Y LA PREPARACIÓN DE LOS DOCENTES EN  EL CENTRO UNIVERSITARIO MUNICIPAL(CUM) DE CULTURA FISICA DE HABANA DEL ESTE.

1.1 Criterios teóricos sobre la dirección.

La acción mancomunada y organizada de los hombres, ha permitido todo el desarrollo social de la humanidad desde la horda y el clan hasta nuestros días. La aparición de grupos organizados formalmente ha sido una característica de todas las sociedades en la historia de la humanidad. El hombre siempre ha tenido la necesidad de organizar actividades cooperativas. La actividad de dirección fue desarrollada por los hombres en su devenir social, realizada mediante un proceso donde la comunicación resulta vital.

Carlos Marx caracterizó en El Capital el doble carácter de la dirección planteando que por una parte es una condición natural en la estructuración de los procesos sociales, surgida de la división social del trabajo, es decir, una forma especial de la acción de los grupos humanos; y por la otra un instrumento de las clases dominantes para imponer sus intereses. Es producto y al mismo tiempo elemento de la división del trabajo.

Es esencial el planteamiento realizado por Marx en “El Capital” que “todo trabajo directamente social o colectivo (…), requiere en mayor o menor medida una dirección que establezca un enlace armónico entre las diversas actividades individuales y ejecute las funciones generales que brotan de los movimientos del organismo productivo total” [2].

La teoría de la dirección ha resultado del desarrollo práctico de esta actividad. Los primeros postulados teórico-científicos en los albores del siglo XX desarrollaron los subsistemas estructural y administrativo centrando su interés en el desarrollo de las técnicas administrativas. Los estudiosos de las relaciones humanas y los científicos de la conducta,  en la segunda mitad del siglo pasado, destacaron el subsistema psicosocial y concentraron su atención en la motivación, la dinámica de grupos y otros factores relacionados. La llamada escuela de ciencia de la administración hizo hincapié en el subsistema técnico, en los procesos de control y en los métodos cuantitativos para la toma de decisiones. Cada enfoque de la organización y la administración ha destacado un subsistema específico que en determinado momento del desarrollo de las organizaciones fue considerado neurálgico. El enfoque moderno de la organización la concibe como un sistema sociotécnico abierto, considerando todos los subsistemas primarios y sus interacciones, enfatizando la importancia de cada uno de ellos para la supervivencia y el equilibrio de aquella y centrando su interés en asegurar las interrelaciones entre los subsistemas internos.

Los problemas a los que la actividad de dirección debe dar respuesta hoy, en cualesquiera de las sociedades son tales, que no pueden ser abordados con efectividad por un hombre o una disciplina científica. Muchos de ellos superan este marco para convertirse en complejos problemas de política de los estados.  Según A.A.Voronov  “el enfoque sistémico en la solución de semejantes problemas supera el aislamiento de diferentes disciplinas científicas”[3] y, por tanto, requiere la participación de grupos o equipos multidisciplinarios o simplemente el concurso de diversas personas calificadas para hallar justa respuesta a problemas identificados.

Estas características se derivan del aumento creciente de la complejidad de los procesos sociales y la interrelación entre los mismos; también de la elevación del nivel cultural, científico-técnico y de la conciencia de los hombres, que implican aumento de las exigencias. El dominio teórico-práctico profundo de esta ciencia y de los campos específicos en que se aplica, de la situación socio-moral e intelectual de los hombres y mujeres, de los colectivos, así como de los contextos en que desarrollan su labor, toma entonces significación especial para un desempeño eficaz.

Como proceso social, la dirección se manifiesta en multitud de esferas de la vida donde interactúan dos o más hombres y mujeres y se condiciona por el sistema social, el tiempo en que se desenvuelve, los contextos y los recursos implicados. Ello supone la realización de un intercambio de los valores materiales, intelectuales y espirituales.

La actividad de dirección es el tipo específico de actividad social que se caracteriza por la especialización de quien la realiza, en orientar el trabajo individual o colectivo, influyendo sobre él de manera consciente, premeditada, sistemática y estable, a fin de lograr los objetivos propuestos. Para comprender su alcance, es necesario precisar que la actividad de dirección de la Educación presenta dos formas básicas de existencia:

¨       La actividad pedagógica profesional, que es desarrollada por los docentes, y está dirigida a la formación de la personalidad de los educandos con la cultura general integral y los valores ético-morales de la sociedad.

¨       La actividad pedagógica profesional de dirección, que es la que despliegan los dirigentes educacionales de todos los niveles directivos, que se distingue por el marcado carácter técnico-metodológico y científico-pedagógico con que desarrollan el proceso de dirección.

Obsérvese que esta última actividad no niega la primera sino que se complementan como dos caras que revelan la complejidad del proceso educativo y de esta manera la calidad de la educación se entenderá desde un enfoque sistémico como las características o rasgos de los insumos, procesos, resultados y productos educativos que la singularizan y la hacen distinguirse. La calidad de la educación implica un proceso sistemático y continuo de mejora sobre todos y cada uno de sus elementos. Este compromiso con el mejoramiento viene dado por el propósito de la educación.

En la actualidad se cuenta con una dirección educacional más práctica, ágil y responsable, reconocida por el  medio social. La concentración de esfuerzos que elimine la tendencia a la ineficiencia, el burocratismo y la falta de profesionalidad, unida a la conformación de coaliciones y alianzas alrededor de la misión institucional, son requisitos indispensables para potenciar las fortalezas disponibles.

El funcionamiento institucional debe girar alrededor de valores compartidos, donde se evidencie un liderazgo de los principales cuadros de dirección. La conformación de estructuras flexibles, dinámicas, ajustadas a las necesidades y al entorno, la descentralización de la administración y la búsqueda de una mayor racionalidad en la estructura académica brindarán mejores opciones de desempeño institucional.

 

La definición de sistema de dirección propuesta por la cubana Zoila González. (1978), establece: “el sistema de dirección (…) como el conjunto de principios, subsistemas, métodos y procedimientos, a partir y a través de los cuales se realiza la organización, planificación, gestión y control de las actividades económicas.” (1)

Si bien esta autora refiere un sistema de dirección para actividades económicas, se considera aplicable a la actividad educacional en sus componentes y funciones fundamentales, pues toda actividad de   dirección está compuesta por las funciones básicas antes mencionadas  en cualquier entidad y organismo.

Las  leyes,  principios  y  reglas propias de la dirección  tienen  una relación  causa efecto,  no solo  dentro de la propia disciplina de  la dirección, sino además  en la interrelación del  mismo objeto dirigido. La  actividad de  dirección es  una actividad racional con el objetivo de resolver un problema o satisfacer una necesidad.

Hay que tener en cuenta que las instituciones no son simples centros financieros, productores de bienes y servicios, cuya actividad  debe ser organizada, planificada y controlada. También son centros sociales, productores de valores y ética.

Muchas organizaciones exitosas, han iniciado intentos de hacer explícitos sus valores. La formación de valores, normas éticas y principios juegan un rol decisivo en el desarrollo – no solo de los individuos – sino de las organizaciones, y la sociedad como un todo. Creemos que toda conducta y actitud en el puesto de trabajo tiene un valor o ética correspondiente.

Hay consenso en que las organizaciones no son solo unidades (Técnicas – Económicas) sino también socio-políticas así como el rol que le corresponde a los dirigentes dentro de ellas. Para que las organizaciones funcionen con eficiencia es necesario que se estructuren las relaciones entre los distintos grupos e individuos y que se armonicen los intereses o sea concebir las organizaciones como realidades socio-políticas en las cuales es indispensable transformar el entorno y al conjunto de personas en un sistema social coherente de justicia social y dotado de sentido, de eficiencia e eficacia.

Resulta innegable el valor que en los últimos años se le ha conferido a los recursos humanos, los que se consideran el capital más valioso con que cuenta una organización. Para las transformaciones en la educación esta concepción ha sido analizada y fundamentada por el Comandante en Jefe Fidel Castro de manera reiterada y clara: “Vean lo que vale ir creando valores, ir creando capital humano, es lo que nos permite hacer hoy(…) lo que ni siquiera habría podido soñarse en los primeros 10 años,(…). Hoy se pueden hacer cosas que parecen milagrosas, (…)  a partir de la experiencia alcanzada y a partir de los valores humanos creados, los valores éticos, los valores revolucionarios y, de modo especial, el sentimiento de solidaridad” [4] .

1.1.1 Dirección por Objetivos.

Acercarse a la literatura científica sobre dirección y en particular sobre dirección por objetivos implica un acercamiento a la esfera general de la economía y sus formas productivas de organización pues es en ese sentido en el que mayor desarrollo se ha alcanzado, se trata por tanto de tomar de estas fuentes aquellos elementos que desde la teoría y de sus posibilidades de aplicación en otro entorno permiten entrar a la dirección educacional y a la dirección por objetivos en esta esfera.

“La función clásica de la dirección sigue siendo la misma: convertir los recursos, en bienes y/o servicios con resultados económicos y sociales altamente satisfactorios. Por ello, la dirección ha de seguir planeando, organizando, decidiendo y evaluando el desarrollo de la organización”. [5] Esta consideración general justifica esa intención de aplicación a la esfera educacional.

No se ha atribuido a ningún autor en particular la paternidad de la Dirección por Objetivos, pero se ha  reconocido a Peter F. Drucker como su promotor y defensor; es Drucker quien a partir de 1954, declara: “los objetivos son necesarios en cualquier área donde el desempeño y los resultados afecten de modo directo y vital la supervivencia y la prosperidad de la empresa[Weihrich, 1995][6], con lo que se inició una nueva era para la dirección bajo el nombre de Administración por Objetivos (APO), denominación que también ha cambiado indistintamente para llamarla Dirección por Objetivos, Administración por Resultados, Administración por Acuerdos, etc.

En la búsqueda del concepto Dirección por Objetivos fueron recopiladas 19 formulaciones de distintos autores, de los que se han tomado aquellos que están más cercanos a los intereses de esta investigación, los que se relacionan a continuación:

  • Koontz & O’Donnell, [1967]

Es un sistema por el cual, al principio de un período que se pretende evaluar, superior y subordinado discuten los resultados específicos que se deben obtener en el período midiéndose siempre que se pueda.

  • McConKey, D. [1972]

Enfoque para la planeación y evaluación administrativa en el que se establecen, por cada jefe, metas específicas para un año u otro período de tiempo sobre la base de las metas que cada uno puede lograr, para que los resultados totales de la empresa puedan realizarse.

  • Dessler, G. [1991]

Administración por Objetivos: Incluye fijar metas específicas y verificables con cada colaborador y luego analizar periódicamente su progreso hacia la consecución de esas metas.

  • Morrisey, G. [1994]

Enfoque administrativo directo y lógico, implica una identificación clara y precisa de los objetivos o resultados deseados, el establecimiento de un programa realista para lograrlo y una evaluación de la ejecución en términos de resultados medibles; puede ser algo difícil y tedioso al emplearlo ya que requiere que muchos administradores cambien radicalmente sus estilos administrativos y que ejecuten actividades que puedan encontrar menos interesantes y agradables que la que están acostumbrados a realizar.

  • Odiorne, G. S. [1994]

Un proceso administrativo en el que el supervisor y el subordinado, trabajando con una definición clara de las metas comunes y las prioridades de la organización, establecidas por la alta administración, identifican en forma conjunta las áreas principales de responsabilidad de los individuos, en función de los resultados que se esperan de él y utilizan esas medidas como guías para manejar la unidad y evaluar las contribuciones de cada uno de sus miembros.

  • García, S. & Dolan, S. L. [1997]

Herramienta de Dirección propuesta desde mediados del siglo XX para racionalizar y motivar la eficiencia productiva (el esfuerzo personal) donde los objetivos deben descomponerse en objetivos más específicos para que las diferentes áreas funcionales y miembros de la empresa puedan hacerlos suyos.

  • Stoner, J. F. [1997]

Consiste en un conjunto de procedimientos formales o moderadamente formales que empiezan con la fijación de metas y van a la revisión del desempeño. La clave está en que es un proceso de participación activa del gerente y miembros del personal a todos los niveles organizacionales, estableciendo vínculos entre las funciones de planeación y control.

Con independencia de las diversas consideraciones que hacen estos autores sobre la dirección por objetivos como un sistema, enfoque, proceso, herramienta, o conjunto de procedimientos  aparecen en ellos elementos esenciales y necesarios para el desarrollo de esta investigación. Así se consideró que las metas específicas e individualizadas que descomponen los objetivos propiamente dichos y que se establecen por análisis participativo que entraña además, compromiso de los participantes, son indispensables para concebir el modelo del docente al que aspiramos capaz de cumplir los objetivos de la Institución.

En una entidad educacional el  desempeño de cada miembro  garantiza o empeña el futuro de la organización y el logro de sus objetivos. Por ello, es imprescindible que  los sistemas y mecanismos de dirección busquen despertar en el personal el deseo de un mejor desempeño individual y organizacional, motivando, a su vez, la posibilidad de asumir responsabilidades y la estimulación por el logro de los objetivos.

Buscar la excelencia en el desempeño de los recursos humanos constituye sin lugar a duda uno de los retos mas importantes en cualquier organización en los inicios del tercer milenio.

En este contexto de demandas y retos se impone desarrollar la Dirección Educacional por Objetivos y Prioridades, debido a lo cual los esfuerzos y las energías se tienen que concentrar en los asuntos fundamentales, evitando la dispersión y la desviación de los objetivos esenciales de trabajo.

Su  desarrollo implica el contacto directo y sistemático entre dirigentes y dirigidos para planificar, organizar, regular y controlar (más que las actividades específicas a desarrollar en la ejecución del trabajo), las acciones de dirección que se requieren para elevar la calidad de la educación y los modos de actuación más convenientes en cada lugar.

Esta postura posibilita concebir la dirección educacional como un  proceso social que se caracteriza por la elevada disposición del personal directivo y sus colaboradores en función de metas claras y exigentes, en una constante atención hacia las personas (profesores, estudiantes y otros actores sociales) y hacia lo técnico por lo que prioriza la asimilación y el desarrollo de las experiencias de avanzada en este campo.

1.2 La gestión de dirección en la Universalización de la Universidad.

La educación superior está enfrentada a un enorme desafío. Para afrontarlo con posibilidades de éxito, será imprescindible encarar con firmeza su transformación y en consecuencia emprender los cambios necesarios es decir aquellos que puedan dotarla de un máximo de eficiencia social, entendiendo por tal la capacidad de satisfacer, la creciente demanda de una educación masiva de calidad, altamente pertinente ante los requerimientos de la sociedad.

La educación superior tiene como misión “educar para la realidad, pues es esta la mejor escuela. Educar para formar una ética de lo cotidiano desintelentualizando la ética y convirtiéndola en un instrumento de acción social. Educar para la integración y el desarrollo. Educar para la paz, teniendo en cuenta que si en los contenidos de los programas de desarrollo y democracia no se incorpora como precondición la paz, esta no solo no se consolidará, sino que los conflictos se incrementarán. Y es por ultimo necesario educar para la convivencia, piedra angular de la educación en el siglo XXI”[7]

El fundamento principal de las sociedades modernas, es la capacidad de aprender de los individuos y de las instituciones, cuyos tres pilares son: conocimiento, innovación y capacidad de aprendizaje. El hombre moderno para enfrentar su desempeño tiene que estar en capacidad de aprender por encima de los conocimientos básicos que  garantizar su actividad, de innovar en el sentido de buscar soluciones mediante la aplicación de variantes y de ajustar y enriquecer la propia tecnología requerida en su trabajo y tener capacidad de aprendizaje para enfrentar los retos, cambios, nuevas tecnologías, etc. que impone esta época.

Tal estado de cosas  determina el papel protagónico de los sectores productivos, educativos y de servicios en el mercado y ha influido radicalmente sobre la demanda y  la provisión de los servicios de educación que debe brindar la universidad.

A las instituciones educativas se les ha asignado la misión de orientar el proceso de formación del hombre en cada sociedad.  Tal encargo supone la formación en dos aspectos correlacionados: la instrucción propiamente dicha y la formación axiológica o valorativa de la existencia humana; elementos que propician experiencias facilitadoras para formar el hombre en la modernidad.

Las universidades, como instituciones del cuerpo social han tenido históricamente la misión de preservar, desarrollar y promover la cultura acumulada por la sociedad, a través de la formación de personas que se apropien de ella, la apliquen y la enriquezcan, para responder a las demandas del desarrollo  económico y social. Para cumplir este encargo se estructuran sus  procesos esenciales, los cuales tributan de manera coordinada al cumplimiento de su misión.

La Declaración Mundial sobre Educación Superior para el siglo XXI adoptada en la Conferencia Mundial sobre Educación Superior de la UNESCO celebrada en Paris  (1998) expresa al respecto en su artículo 6:

“la pertinencia de la Educación Superior debe evaluarse en función de la adecuación entre lo que la sociedad espera de las instituciones y lo que éstas hacen. Ello requiere normas éticas, imparcialidad política, capacidad crítica y al mismo tiempo una mejor articulación con los problemas de la sociedad y del mundo del trabajo,(…), comprendidos el respeto de las culturas y la protección del medio ambiente. “[8].

Estos retos para la educación han sido encarados por la Revolución mediante las transformaciones en todos los subsistemas de educación y para la educación superior cubana está estrechamente vinculado al concepto de universalización de la universidad. Desde los primeros años  de la Revolución, el Comandante en Jefe Fidel  Castro  Ruz siempre ha enarbolado la importancia de la misma, en  marzo de 1969 expresó en la Universidad de La Habana:

….No se concibe como puedan resolverse los problemas del futuro si los conocimientos no se universalizan, en segundo lugar, no se concibe como puede llegar a  hacerse realidad la sociedad comunista sin la universalización de los conocimientos científicos y técnicos….[9]

Como parte de la materialización de esta idea, en el año 2003 se inaugura el programa de la Universalización de la  Enseñanza Superior que ya muestra  las bondades de  un  sistema donde la igualdad es principio para la formación de los recursos humanos y que ha constituido un paradigma a seguir en diversos lugares del mundo.

La universalización de la Universidad se caracteriza por el sistemático proceso de transformaciones dirigido a la ampliación de posibilidades y oportunidades de acceso a la universidad, iniciado con el triunfo de  la Revolución. Los centro Universitarios Municipales (CUM) están enmarcados en este proceso de universalización de la  Enseñanza Superior que se lleva a cabo en el país. El surgimiento de las Sedes, significó cambios sustanciales en la manera de diseñar y organizar el proceso docente educativo en la nueva universidad.

La asunción de un nuevo modelo pedagógico, cuya modalidad está basada en la semipresencialidad y donde el papel de  los medios y la tecnología adquieren una relevancia significativa en el aprendizaje ha representado cambios importantes en los roles de maestros y alumnos.

El nuevo modelo de formación de profesionales, aplicable  en cualquier territorio, acerca la docencia a los lugares de residencia y trabajo de los estudiantes y permite la asimilación de una matrícula masiva. Estas Instituciones  surgidas para dar continuidad de estudios a jóvenes  involucrados en tareas de la Revolución han ido incrementando las fuentes de ingreso a las mismas.

Los recursos  materiales y humanos fundamentales para llevar adelante este programa son los mismos existentes en cada territorio como resultado de la obra de la Revolución.

En correspondencia  con la concepción anterior las Sedes de Cultura Física fueron inauguradas en el año 2003.

Inicialmente en las mismas  se atendían los jóvenes habilitados, para ser profesores  de Educación Física, posteriormente se incorporaron otras fuentes de  procedencia tales como Glorias Deportivas, Graduados de las Escuelas Provinciales de Educación Física (EPEF), egresados del Curso de Superación Integral para Jóvenes (CSIJ), cuadros de dirección de diferentes  organizaciones Estatales, políticas y de masas, miembros del Ministerio del Interior (MININT), etc.

Para dar respuesta a las necesidades sociales que explican la creación de estas sedes universitarias se concibió  la formación integral de un profesional de perfil amplio, competente, capaz de dar respuesta creadora a  los problemas que se presentan en su actividad laboral,   y comprometido con el proyecto social que se expresa en las cualidades, valores y principios.

Esta carrera se desarrollará en vínculo directo con la actividad laboral durante 6 años, con un currículum de asignaturas de formación general, y del ejercicio de la profesión, preparando al futuro egresado en la actividad de cultura física, deportiva y de recreación.

Las doce disciplinas que conforman la carrera en la actualidad van encaminadas a fortalecer el área de humanidades; el perfil pedagógico de la carrera y el vínculo teoría y práctica.

Las denominadas disciplinas generales abarcan el 11,9% del currículum son: Idioma, Marxismo Leninismo y Preparación para la Defensa.

Las básicas específicas representan el 24% y corresponden a las Ciencias Biológicas, Morfología, Biomecánica, Psicopedagogía, Dirección de la Cultura Física, Metodología de la Investigación y Método de Análisis de la Cultura Física.

Las disciplinas  llamadas del ejercicio de la  profesión que corresponden al 60,6%  del Plan de Estudio son: Teoría y Práctica de la Educación Física, Teoría y Práctica del Deporte, Cultura Física Terapéutica y Recreación.

Para cumplir los objetivos de la interdisciplinariedad entre las disciplinas y asignaturas del Plan de estudio así como la transversalidad mediante la que alcanzarán una función profesional más ligada a la vida y una vida profesional más educativa y desarrolladora de valores sociales.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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[1] Sergio Alonso Rodríguez (2007) “El Entrenamiento Metodológico Conjunto, un método revolucionario de dirección científica educacional” Editorial Pueblo y Ecuación, La Habana, p. 194-195

[2] Marx, Carlos:   El Capital; Ed. Venceremos, La Habana, 1982, pág 282

[3] VORONOV, A.A.   La investigación de operaciones y las tareas de dirección; Ed. Ciencias Sociales, La Habana,

1980, Capítulo I. p.26

 

(1) González Zoila y otros (1978): “El sistema de dirección y planificación de la economía” Editora  Política. La Habana. Pág. 1

 

 

[4] Castro Ruz, Fidel: Discurso  por la graduación del Primer Curso Emergente de Maestros Primarios, 15 de marzo del 2001. En: Recopilación de discursos del Comandante en Jefe sobre Educación (2001-2003) Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. Ciudad de La Habana, 2005. p. 9

 

[5] Herrera Lemus, K. y Martínez Martínez, C: “Desarrollo de la Dirección por Objetivos hacia un enfoque estratégico”. Monografía _com.htm (Internet, 2006)

[6] Citado por: Herera Lemus, K y Martínez Martínez, C: Ob. Cit.

[7] López Segrera, Francisco. Universidad 2000. 2da Convención Internacional de Educación Superior Habana, 7-11 de febrero del 2000.

 

[8] Unesco: Conferencia Mundial sobre Educación Superior. París. 1998. Revista Cubana de Educación  Superior Volumen XX.

[9] Fidel Castro, Discurso pronunciado en la Universidad de L Habana, marzo, 1969. En : Periódico Granma, 15 marzo, 1969.