Palabras claves: ENTRENAMIENTO DEPORTIVO/ FISIOLOGIA/ ADAPTACION
Título: El Proceso Adaptativo
Autor: Molnar, Gabriel
URL: http://www.chasque.apc.org/gamolnar/entrenamiento%20deportivo/entrenamiento.02.html
Texto completo:
El Proceso Adaptativo

Adaptación, Restauración y Supercompensación
Los efectos adaptativos del entrenamiento están en relación directa con los estímulos que los provocan (la especificidad del proceso adaptativo).

El entrenamiento interesa a los órganos, las funciones y los comportamientos.
Si se le examina desde el punto de vista del proceso adaptativo puede ser analizado para su estudio desde le punto de vista:
•anatómico (estudio de las adaptaciones morfológicas), 
•bioquímico ( estudio de las modificaciones bioquímicas), 
•funcional ( estudio de las adaptaciones funcionales), 
•psicológico (por el estudio de la dinámica de la motivación y de los procesos del aprendizaje). 
La adaptación de las diversas funciones orgánicas es específica, pero no ilimitada, ya que es posible solo en ciertos límites establecidos por el patrimonio genético (genotipo) del individuo. Es por esta razón que pueden distinguirse adaptaciones genéticas y extragenéticas.
Las adaptaciones genéticas son las que conciernen al programa genético codificado en el núcleo celular y desarrollado en el transcurso de la evolución. Este programa es estable y sus modificaciones sólo son posibles por la mutación y la selección, exigiendo plazos muy prolongados y conciernen a la especie y no al individuo.
Las adaptaciones extragenéticas, conciernen a cada individuo y son obtenibles con el entrenamiento y se desarrollan en estructuras y funciones potencialmente modificables aunque sea dentro de los límites establecidos por el genotipo.
Se distinguen 2 tipos de adaptación extragenética:
•la adaptación metabólico- funcional o aguda, 
•la adaptación epigenética o crónica. 
La adaptación metabólico- funcional refiere al conjunto de modificaciones que se producen inmediatamente de realizado un ejercicio.
La adaptación epigenética refiere a las modificaciones estables producidas por el proceso del entrenamiento.
Esta adaptación es una condición dinámica de tipo progresivo, pero también regresivo ya que depende la reiteración de los estímulos.
Ambas adaptaciones (aguda y crónica) están fuertemente ligadas, tanto que la primera se modula a partir de la modificación dinámica de la segunda. En el entrenamiento hay , entonces, adaptaciones inmediatas y diferidas, y un efecto acumulativo buscado por el proceso del entrenamiento.
Los procesos de adaptación se rigen por el concepto del heterocronismo ya que el proceso de supercompensación presenta una variabilidad individual muy importante y un comportamiento claramente diferenciado en los diferentes órganos y funciones.
Entrenamiento y Adaptación
La teoría de la adaptación del organismo humano a los medios y métodos del entrenamiento está pasando por una etapa de cambio y desarrollo muy importante, hay que entenderla dentro de un proceso de desarrollo y crecimiento, en un sistema de puntos de vista que definen la esencia del proceso dentro de un conjunto de causas íntimamente relacionadas y vinculadas al medio ambiente, y las leyes de las reacciones de adaptación.
Hoy, la teoría moderna del entrenamiento busca medios y métodos más efectivos y una estructura de competición óptima, fundamentados en las leyes de la adaptación humanas.
La adaptación crónica aparece gradualmente a partir de la realización repetidas de adaptaciones agudas, mediante la cual el organismo adquiere una nueva cualidad al final de la adaptación progresiva: de no adaptado pasa a ser adaptado.
La Interrelación entre la función de la célula y su aparato genético es una etapa clave para la formación de todas las reacciones de la adaptación crónica. Todos las cambios estructurales en órganos y tejidos, obedecen a la activación de los ácidos nucleicos y de las proteínas en las células responsables de la adaptación.
El sistema funcional de adaptación está integrado por una vía aferente (sensitiva), una vía de regulación neurohumoral (intermediaria), y una vía efectora (motora-funcional).
El incremento de la performance en la adaptación se consigue mediante 2 procesos principales: un proceso neurosensitivo y motriz de control y regulación y los cambios morfofuncionales del sistema muscular. (hipertrofia, metabolismo, enzimas, capilarización, remoción, etc.)
El concepto de adaptación está estrechamente ligado al concepto de reservas funcionales o sea el máximo nivel de actividad de los diversos órganos y tejidos en función de su nivel de actividad en el reposo.
La velocidad y magnitud de los procesos de adaptación están directamente vinculados al tipo (entrenamiento o competición), intensidad (submáximas o máximas), volumen (alto o bajo) y objetivo de las cargas propuestas (velocidad, fuerza, resistencia, coordinación, etc.)
Las cargas físicas extremas pueden tener para el organismo consecuencias negativas que se manifiestan en el agotamiento directo del sistema funcional y especialmente de sus eslabones que soportan la carga fundamental, en segundo lugar, en los fenómenos de adaptación cruzada negativa, es decir en la destrucción de los sistemas funcionales y de las reacciones de adaptación no relacionadas con la carga física.
Cuando las cargas superan las posibilidades de adaptación humanas, la formación de una adaptación crónica no puede llevarse a cabo y causan la aparición de micro y macro lesiones musculares, necrosis muscular, edemas inter e intracelulares, así como un conjunto de cambios patomorfológicos cardiovasculares, respiratorios, inmunológicos y endócrino metabólicos.
Las reacciones de adaptación se agotan al acabarse las capacidades del aparato genético de las células diferenciadas para la regeneración de ARN y albúmina, siendo esta insuficiencia funcional un signo de envejecimiento del sistema.
Por ejemplo: el entrenamiento excesivo e intensivo de la fuerza, provoca un aumento de la proteínas contráctiles (hipertrofia), sin la correspondiente síntesis proteica mitocondrial y proporcional vascularización muscular (disminución del aporte de O2)
Es muy importante destacar que las sesiones de entrenamiento intenso (máximo) son necesarias para intensificar la síntesis proteica, que permite sustituir y recomponer las estructuras celulares agotadas y sustituir las proteínas envejecidas y dañadas.
Una de las características más importantes de los procesos de recuperación luego de las cargas de entrenamiento y competición es la no simultaneidad (heterocronismo) de la recuperación de las distintas variables morfo-funcionales y metabólico-plásticas.
La alternancia sistemática de sesiones con diferentes objetivos específicos es la forma de regulación de los procesos de agotamiento y de los procesos de recuperación para alcanzar las respuestas de adaptación óptimas.
El factor decisivo es la selección de los métodos de entrenamiento, su orden de aplicación, su combinación en las distintas sesiones y la planificación racional de los procesos de recuperación.

“El conjunto del Sistema Morfológico, Funcional y Metabólico, presenta respuestas de adaptación específicas para los distintos tipos de carga (estímulo), expresados en las diferencias de intensidad, volumen, densidad y periodización de la misma.”

La Fatiga

Definir la fatiga en el deporte resulta sencillo pues indica una disminución de la capacidad de rendimiento como reacción a las cargas de entrenamiento. 
Esta pérdida de rendimiento, que aparece asociada a sobrecargas funcionales y que se manifiesta tras la ejecución de un ejercicio físico, es lo que Legido (1986) denomina fatiga física o muscular, y que conjuntamente a otros tipos de fatiga (mental, sensorial, local, general etc.) es lo que comúnmente se conoce con el nombre genérico de fatiga.
Edwards (1981) la definía como la imposibilidad de mantener la fuerza requerida o esperada, mientras que Vollestad y Sejersted (1988) la definen como la disminución de la capacidad de generar fuerza.
Entender y conocer este concepto resulta básico para la elaboración, control y ejecución de cualquier programa de entrenamiento.
“En el estado de fatiga disminuye la concentración de ATP en las células nerviosas y se altera la síntesis de acetilcolina en las formaciones sinápticas, se retarda la velocidad de transformación de las señales procedentes de los propio y quimiorreceptores y en los centros motores se desarrolla la inhibición protectora vinculada a la formación del ácido gamma-aminobutírico.” Volkov (1990)
“Durante la fatiga se inhibe la actividad de las glándulas de secreción interna, lo que disminuye la producción de algunas hormonas y la actividad de algunas enzimas. Esto se proyecta en la ATP-asa miofibrilar que controla la transformación de la energía química en trabajo mecánico. Al bajar la velocidad de la desintegración de ATP, en las miofibrillas disminuye automáticamente la potencia del trabajo que se realiza. En el estado de fatiga se reduce la actividad de las enzimas de oxidación aeróbica y se altera la conjugación de las reacciones de oxidación con la resíntesis de ATP. Para mantener el nivel necesario de ATP se efectúa la intensificación secundaria de la glucólisis.” Volkov (1990)
“El catabolismo intensificado de los compuestos proteicos va acompañado de un aumento del contenido de urea en sangre. Fatigados los músculos, se agotan las reservas de substratos energéticos, se acumulan los productos de la descomposición (Lactato, cuerpos cetónicos, etc.) y se observan bruscos cambios del medio intracelular. En este caso se trastorna la regulación de los procesos vinculados al abastecimiento energético de los músculos, se manifiestan las alteraciones bien expresadas en la actividad de los sistemas de respiración pulmonar y de circulación sanguínea”. Volkov (1990)
Causas relacionadas con el estado de fatiga típico de los deportistas:
• Errores en la organización de las estructuras intermedias en que se organice el plan de entrenamiento (microciclos, mesociclos, etc.).
• La utilización insuficiente de los métodos de recuperación.
• Aumento demasiado rápido de las exigencias de entrenamiento.
• Aumentos muy bruscos de las cargas de entrenamiento después de descansos involuntarios (lesiones, enfermedades, etc.).
• Uso excesivo de cargas de alta intensidad.
• Requerimientos técnicos complejos sin las pausas de recuperación necesaria.
• Participación en numerosas competiciones de alto requerimiento.
• Alteraciones frecuentes de los hábitos de vida por requerimientos de la practica deportiva (viajes, jet lag, etc.).
• Descuido del entrenamiento invisible (falta de sueño, tabaquismo, alcoholismo, males condiciones de vida, etc.).