Palabras claves: ACTIVIDADES DEPORTIVAS/ADULTOS/CAPACIDADES MOTRICES/MOTRICIDAD/RENDIMIENTO MOTOR
Título: La actividad deportiva y la capacidad de rendimiento motor en el adulto mayor.
Título original: Sportliche Aktivität und motorische Leistungsfähigkeit älterer Menschen.
Autor(es): Köpsel, Jan
Traductor: Publio Cepero Fadraga (SETIDEP)
Fuente: Sportwissenschaft, Schorndorf, Vol. 32 , 2002, No. 4, p. 363-475. Ilus.
Texto completo:
Introducción
Conjuntamente con la participación incrementada del adulto mayor en la población en su conjunto y la expectativa de vida en aumento las oscilaciones socio-culturales (por Ej. más tiempo libre, jubilación anticipada) representan también un gran reto para el deporte en la edad más avanzada. En la investigación científico-deportiva resulta con frecuencia difícil poder obtener muestras en suficiente cantidad y al mismo tiempo, representativas de personas de edad avanzada. En este contexto el estudio longitudinal interdisciplinario del adulto mayor (ILSE)1 brinda, sobre la base de elevados volúmenes de pruebas de control, la gran oportunidad de investigar el proceso del envejecimiento de forma variada y amplia. Por otro lado en el proyecto de investigación (ILSE) se deben precisar importantes condiciones para el envejecimiento exitoso mediante la comparación entre dos grupos.
En el estudio ILSE se constituyen los cohortes mediante la pertenencia a los años de nacimiento 1930/32 (de forma abreviada: K32) y 1950/52 (de forma abreviada: K 50). Bajo la dirección del Departamento de Investigación para el Desarrollo del Centro Alemán para la Investigación del Envejecimiento (DZFA) en Heidelberg se ocupan las universidades de Heidelberg, Leipzig, Rostock, Bonn y Erlangen-Nürmberg de este estudio.
El volumen de pruebas reunió en la primera etapa en total a 1395 sujetos de ambos sexos de los grupos más jóvenes y de mayor edad. La primera fase de investigación tuvo lugar en el año 1996 y el segundo momento de control, en el que participó de nuevo aproximadamente el 90% de los participantes (de ambos sexos) concluyó a principios del 2000 en los centros de Heidelberg, Leipzig y Rostock. Condicionado por una reducción de los medios financieros el proyecto ILSE tuvo que ser continuado en la segunda fase de investigaciones sin la colaboración activa de los centros de Bonn y Erlangen-Nürnberg.
Del estudio ILSE se han editado entretanto numerosas publicaciones, las que abordan el proceso del envejecimiento desde el punto de vista de las diferentes disciplinas científicas (medicina, psicología, ciencia del deporte y sociología) (Martin y otros 2000). En el sector de la ciencia del deporte se han publicado entre otros, trabajos sobre la importancia de las actividades motoras y deportivas en la vejez (Denk/Pache/Rieder 1997), en comparación con la capacidad de rendimiento físico de los pertenecientes a los grupos más viejos y más jóvenes (Ehrler/Huth 2000), así como también en relación con el comportamiento del tiempo libre y a la capacidad de rendimiento físico de las personas más viejas (Vogt/Köpsel 2000).
Las investigaciones sobre la capacidad de rendimiento motor de las personas en la esfera de la vejez de los 65 a los 70 años se limitan con frecuencia a la valoración de tests particulares y se basan por regla general en volúmenes pequeños de pruebas al azar. En los siguientes casos junto a la caracterización de la actividad deportiva un aspecto central a tener en cuenta de forma especial es la descripción y el análisis de la capacidad de rendimiento motor de los hombres y mujeres de edades avanzadas pertenecientes al K30. La capacidad de rendimiento motor se describe con la ayuda de un índice de movilidad, en el que afluyen los resultados de los tests de pruebas deportivas motoras seleccionadas (ver el epígrafe 2.3). De esta forma resulta posible, conjuntamente con las esferas particulares de la capacidad (por Ej. fuerza, resistencia, movilidad), describir también la capacidad del rendimiento motor de las personas de edad más avanzada.
La nominación de los tests deportivo-motores se presenta con frecuencia en personas con un rango de vejez entre los 65 a los 70 años, sobre la base de los volúmenes pobres de pruebas de control, en investigaciones2 ya realizadas, como problemática o incluso cuestionable. Teniendo en cuenta, sin embargo, que los valores normativos de una tarea de prueba deportivo – motora permiten una comparación interindividual y de esta forma contribuyen también al descubrimiento de virtudes y debilidades en la esfera de la capacidad verificada en cada caso, resulta aquí precisamente la necesidad de establecer las normas, incluso para las personas más viejas (ver el epígrafe 3.2).
Por medio de valores normativos se subraya con mayor intensidad la independencia de los más viejos, lo que puede ser visto como componente esencial del modelo de competencia de la vejez. El modelo de competencia no observa en primer lugar el defecto o la carencia, sino que recoge las transacciones adaptables, eventualmente incluso productivas del hombre. Fundamental para este modelo es la orientación al individuo y ciertamente en especial en la esfera interindividual, es decir, relacionado con las normas de la población envejecida correspondiente y no con los valores estándares de las poblaciones más jóvenes.
El modelo de competencia contiene, sin embargo, también un enfrentamiento activo ante la modificación de la capacidad de rendimiento físico e intelectual, la aceptación del cambio visible de la apariencia y la adaptación a las posibilidades de la acción motora transformada. Estos son factores a los cuales el adulto mayor se tiene que enfrentar de forma activa con la finalidad de poder evitar un estancamiento y las tendencias regresivas del desarrollo en la vejez (Philippi-Eisenburger 1990).
La actividad deportiva y la capacidad de rendimiento motor.
Acerca de las prueba para el control del estudio.
La prueba de control del estudio agrupa en total a 486 personas de los grupos de edad más avanzada (K30) de la segunda fase del estudio del proyecto3 (ILSE) de los centros de Heidelberg, Leipzig y Rostock, donde se presenta un ligero Oversampling de ambos centros principales (ver la tabla número 1). En comparación con el volumen de las pruebas de control de la primera fase en estos tres centros se ha de establecer que el 88% de los 554 sujetos de ambos sexos inicialmente seleccionados del K30 no entran en las valoraciones del estudio. La causa para la reducción de la prueba de control está dada por varias razones, así por Ej. Entretanto murieron 21 individuos de ambos sexos.
Por otra lado una pequeña parte de la prueba (n=13) fue excluida por disposición médica, por lo que no pudo participar en las investigaciones científico-deportivas. La mayor parte de los ausentes la constituyó, sin embargo, (n=34) aquellas personas que por razones organizativas no pudieron ser incorporadas a la segunda vuelta (por Ej. por cambio de dirección o que por razones personales se mantuvieron alejados de otra participación en las investigaciones.
La prueba de control del estudio se compone de 255 (52,5%) hombres y 231 (47,5%) mujeres, de los cuales 267 (54,9%) participantes de ambos sexos proceden de los nuevos países federados mientras que 219 (45,1%) de los antiguos (ver tabla número 1).
La edad de los individuos se sitúa en un valor promedio de 55,8 años, mientras que la edad de vida va de los 65 hasta los 68 años.
Notas del autor:
1. El ILSE es auspiciado desde 1993 por el Ministerio Federal para la Familia, Ancianos, Mujeres y la Juventud (BMFSF), así como también por el Ministerio de Ciencia, Investigación y Arte (MWK) de la región de Baden-Würtemberg.
1. Las tablas normativas para los tests deportivo – motores de las diferentes investigaciones fueron recogidas por Meusel (1999). Las pruebas de control de individuos más viejos tenían con frecuencia tan solo un n< 30.
2. Las pruebas de control del ILSE se obtuvieron sobre la base de un procedimiento de dos fases para las pruebas (Cochran 1972) y son representativas para pertenecientes al K 50 y el K30 en regiones industrialmente densas.
Tabla número 1.
Descripción de la prueba de control, diferenciada por el centro y el sexo.
En la línea de arriba dice: Centro, sexo (masculino y femenino), total.
Abajo a la izquierda dice: total.
La medición de la actividad deportiva del estudio ILSE.
De forma general se ha de precisar que para la caracterización de la actividad física – deportiva no existe método estandarizado alguno para el sondeo. Por tal razón la medición de la actividad deportiva se presenta como un problema básico en la investigación científica.
A continuación se ha de representar sobre la base de los datos científico – deportivos del ILSE en los grupos más viejos y partiendo de ambas fases del estudio una posibilidad para la medición. Según Jacobs/Ainsworth/Harman/Leon se emplean para la medición de la actividad deportiva de hombres y mujeres de edad avanzada en esta investigación tanto datos sobre la actividad deportiva actual como también de la habitual de los participantes, que al mismo tiempo constituyen también la base para el cálculo del índice deportivo (SI) (Ver la figura número 1).
Nota del autor.
La base para ello consiste en que el ILSE se presenta como un estudio por largo tiempo y el por ciento de mortalidad al aumentar la edad es mayor en los hombres que en las mujeres (Hayflick 1996).
Figura número 1.
Materialización de la actividad deportiva.
Actividad deportiva
Actividad deportiva actual Actividad deportiva habitual
Intensidad frecuencia duración Biografía deportiva
Índice deportivo
SI £6 SI³7
Participantes deportivamente inactivos Participantes activamente deportivos
Durante el registro de la actividad deportiva actual en el segundo momento del levantamiento se tuvo en cuenta la autovaloración de los participantes en cuento a la intensidad (grado de esfuerzo subjetivo), periodicidad (cantidad de sesiones de ejercicios por semana) y la duración (horas por semana) de la actividad deportiva.
En la primera fase del estudio se recogió por medio de un cuestionario en la investigación científico deportiva la biografía deportiva, la que se empleó aquí como base para la caracterización de la actividad deportiva habitual.
Durante la diferenciación de la prueba de control en personas activamente deportivas e inactivas se tomaron en cuenta además de la auto clasificación en el grupo de los deportivamente activos e inactivos otros criterios de sondeo. De esta forma, por un lado con la ayuda del índice deportivo (SI) se puede recoger el diferente grado de desarrollo de la actividad deportiva de las mujeres y hombres más viejos y por otro el índice deportivo sirve para la diferenciación de los grupos en deportivamente activos y participantes inactivos (ambos sexos). El cálculo del índice deportivo fácilmente obtenido por la suma sencilla se representa en la tabla número 2.
Para poder estar ordenados en la categoría de los activamente deportivos tienen que reunir los criterios siguientes además de cumplir la condición SI ³7:
· Actividades deportivas habituales: actividades deportivas regulares en al menos tres de los cuatro periodos de la vida.
· Actividades deportivas actuales: actividades deportivas regulares en el segundo momento del levantamiento, en cuyo caso el grado de esfuerzo subjetivo tiene que ser valorado como mínimo de medianamente exigente.
Tabla 2.
Cálculo del índice deportivo sobre la base de los datos subjetivos acerca de la actividad deportiva actual y habitual.
Criterios sobre la actividad/inactividad deportiva |
Puntos Deportivamente Activo inactivo |
|
Actividad deportiva habitual |
|
|
(1) como joven (de 14 – 20 años) |
1 |
0 |
(2) en edad adulta temprana (20-40 años) |
1 |
0 |
(3) en la edad adulta media (40-60 años) |
1 |
0 |
(4) veteranos 1 (1. Fase ILSE) |
1 |
0 |
Actividad deportiva actual |
|
|
(5) veteranos 2 (2 fase ILSE) |
3 |
0 |
(6) grado de esfuerzo (2 fase ILSE) |
|
|
6.1 prácticamente sin esfuerzo |
0 |
0 |
6.2 menos esfuerzo |
0 |
0 |
6.3 esfuerzo mediano |
1 |
0 |
6.4 mayor esfuerzo |
2 |
0 |
6.5 muy exigente |
3 |
0 |
Índice deportivo (SI) |
|
|
Deportivamente activo mínimo SI ³7 Deportivamente inactivo máximo SI£6 |
0 |
|
10 |
Apoyándonos en Stender (1991) resulta válido en el presente estudio como actividad deportiva regular cuando se practica activamente deportes, como mínimo una hora por semana. Los criterios planteados anteriormente, exigidos de forma adicional, a la hora de la admisión en el grupo de los deportivamente activos, son el resultado de varias causas. Un fundamento importante consiste en que especialmente en el deporte para el adulto mayor predomina una amplia comprensión de las disciplinas deportivas y que la Gimnasia en Casa y el Excursionismo están recogidos, condicionados por lo anterior, en el estudio del ILSE a manera de ejemplo como disciplinas deportivas.
A fin de evitar que la actividad deportiva actual tenga un peso demasiado grande, sobre la base de un concepto deportivo amplio, en relación con la actividad deportiva habitual se exigen también en los anteriores momentos de la vida las actividades deportivas correspondientes. Por otra parte se ha de tener en cuenta que la participación de los deportivamente activos es aún relativamente alta a pesar de los criterios adicionales en la segunda fase de la investigación ILSE con 20,6% (ver el 3.1).
Al interpretar el índice deportivo con respecto al valor en puntos mínimo y máximo (mínimo: 0 puntos; máximo 10 puntos) se ha de establecer que pertenecen al grupo con la puntuación mínima todas las personas, que fuera de la escuela no practicaron jamás activamente deportes. Por el contrario pertenecen al grupo con la puntuación máxima todos los participantes de ambos sexos, que por un lado fueron deportivamente activos de forma regular en todos los momentos de su vida y por otro valoraron su programa motor o deportivo de muy exigente en el momento de la segunda fase.
De los 486 hombres y mujeres de este estudio se pueden ordenar 63 (13%) sujetos de ambos sexos (hombres: 30 (11,7%); mujeres: 33 (14,3%) en el grupo, que nunca fueron deportivamente activos. En comparación con ello Rittner/Mrazek/Meyer/Hahnemann (1994) pudieron recoger en un estudio en la región de Neuß una participación muy superior de 40,3% de personas nunca activas entre individuos de más de 65 años. La participación de los deportivamente activos durante toda su vida (SI³8) alcanza en la prueba de control tan solo el 1,2%. Los datos de comparación representativos no existen en la población alemana federal.
La medición de la capacidad del rendimiento motor
En la ciencia deportiva se refieren muchos conceptos a más de una dimensión – así también el concepto de capacidad de rendimiento motor, cuya caracterización resulta especialmente difícil. Una causa para ello se ha de encontrar con seguridad en la complejidad del aspecto capacidad de rendimiento motor. Por otro lado la discusión terminológica variada acerca de las capacidades motoras y los diferentes criterios sobre la sistematización de este tipo de capacidades presentan otro problema en la caracterización de la capacidad del rendimiento motor (Bös 1987; Beck/Bös 1995). La medición de las capacidades motoras, que también son denominadas como situaciones hipotéticas resulta posible indirectamente a través del nivel de comportamiento mediante la aplicación de los tests deportivo – motores.
En la investigación científico deportiva la dedicación a la capacidad de rendimiento físico / motor tiene, como condición para la erradicación de las exigencias deportivo – motoras y de la vida diaria, una larga tradición. A pesar de los muchos principios diferentes para la determinación del aspecto capacidad de rendimiento motor les resulta común a todos los investigadores el esforzarse por determinar el grado de desarrollo de esta capacidad de rendimiento típico de los grupos individuales o determinados mediante la diferenciación y registro de los factores motores generales (Bös/Mechling1983; Bös 1987; Baumann/Reim 1994; Beck/Bös 1995; Roth/Willimzik 1999).
El modelo estructural sobre el grupo de sistemas de las capacidades motoras publicado por Bös (1987, 94) constituye la base inicial para la descripción y caracterización de la capacidad de rendimiento motor de los hombres y mujeres de mayor edad del ILSE con la ayuda de un índice de movilidad. En el marco de las investigaciones científico deportivas se aplicó una batería de pruebas heterogénea para el registro de la capacidad de rendimiento motor, que contienen pruebas para la caracterización de la capacidad de rendimiento deportivo motor, pero también ensayos, que posibilitan una caracterización de las capacidades y habilidades (movilidad de la vida diaria).
Durante el desarrollo de la batería de pruebas se le tuvo que brindar atención por un lado a lo específico del grupo de edad y por otro a la situación del estudio en su calidad de investigación de corte longitudinal. Precisamente para los grupos de mayor edad (K30) fueron cuestionados los tests que se aplicaban no sólo a las personas de 60 años sino incluso a los de 20 años más, es decir de 80 años de edad.
En lo particular se presentaron en la investigación deportiva de la segunda etapa de los grupos de mayor edad 15 tests diferentes, de los cuales seis tests a su vez se componían de varios sub-tests. Durante la selección de los ensayos para las siguientes valoraciones se exigió, conjuntamente con la validez de contenido, lograda mediante consideración de los expertos, la suficiente confiabilidad5 de los tests (rtt ³0,5), a fin de poder realizar análisis específicos de los grupos (Lienert/Raatz 1998).
Una representación panorámica de los tests particulares y subtests, que corresponden a los criterios exigidos y que son tenidos en cuenta en lo siguiente, se representan en la tabla 3.
Tabla 3.
Denominación de la tarea del test |
Contenido del test (capacidades) |
Capacidades exigidas en primer plano. |
A) Condición |
|
|
1. marcha por tiempo (GZ) (ritmo rápido) |
Rapidez |
Capacidad de la fuerza rápida de las piernas |
2. Arriba y abajo (UD) |
Rapidez |
Capacidad de la rapidez de las piernas |
3. Vigorímetro manual (HV) 3.1 HV –derecha* 3.2 HV –izquierda* |
Fuerza
|
Fuerza máxima de la presión de la mano – mano derecha – mano izquierda |
4. Veloergometría (FE) |
Resistencia |
Resistencia aerobia general (extremidades inferiores) |
B. Coordinación |
|
|
5. Seguir líneas* (LF) |
Coordinación en las tareas de precisión |
Coordinación de la vista y la mano |
6. Volver a colocar* (US) |
Coordinación bajo presión de tiempo Rapidez de la acción (AS) |
Coordinación de la vista y la mano. AS de las manos. |
7. Colocar lápices (SE) |
Coordinación bajo presión de tiempo. Rapidez de acción (AS) |
Coordinación de la vista y la mano. AS de las manos |
8. Parada en una pierna (ciego), (EB) |
Equilibrio |
Equilibrio estático |
9. Balanceo (atrás con medio giro), (BD) |
Equilibrio |
Equilibrio dinámico |
C) Movilidad |
|
|
10. Coger el bastón detrás de la espalda (SR) 10.1. Mano derecha arriba* 10.2. Mano izquierda arriba |
Capacidad de elasticidad |
Capacidad de elasticidad activa (extremidades superiores) |
11. Movilidad de las piernas (BB) 11.1 Pierna derecha arriba 11.2 Pierna izquierda arriba |
Capacidad de elasticidad |
Capacidad pasiva de elasticidad (extremidades inferiores) |
Notas del autor.
5. La confiabilidad de los tests se determinó con la ayuda del método Test – Retest (Köpsel 2001).
6. En el caso de las tareas marcadas con una * se realizaron en cada caso dos ensayos. Durante la representación de los valores del ítem se tuvo en cuenta siempre el ensayo con el mejor resultado.
Una descripción exhaustiva de las tareas particulares del test con los conceptos de medición correspondientes, así como también una información fundamentada de las guías de los tests de los centros representativos aseguraron la realización correcta y la valoración de los tests. Los datos obtenidos se introdujeron en una base de datos creada de forma unificada para todos los centros. Para la esfera científico-deportiva del Proyecto ILSE los estados de cosas representados aquí dan luz acerca de las preocupaciones sobre una objetividad de ejecución y evaluación elevadas de los tests.
Las tareas de los tests sobre el registro de las capacidades condicionales y coordinativas, así como también de la movilidad se basan en las prescripciones físicas de las mediciones (medición del tiempo, la fuerza y la longitud), en valores por puntos (por Ej. cantidad de errores durante el ensayo de la marcha por líneas) y en los parámetros médico –físicos (trabajo en Watt de la veloergometría).
La caracterización de la capacidad de rendimiento motor de los hombres y mujeres de mayor edad debe tener lugar con la ayuda de un índice de movilidad (motind), el que está compuesto por los siguientes componentes de índices (subescalas):
· Índice de la condición (kondind)
· Indice de la coordinación (koordind)
· Indice de la movilidad (bewind).
En el índice de condición y el de coordinación entran en cada caso 5 ítems y en el índice de movilidad cuatro (ver la tabla 3). El índice motor (1) se obtiene por simple suma de los índices particulares:
Motind = kondind + koordind + bewind (1)
La validez (factorial) de la estructura del parámetro capacidad de rendimiento motor se puede confirmar en lo esencial con ayuda de un análisis de factores. Así pues se puede contar como indicador de la verificación de un modelo de factor, entre otros, con el criterio de Kaiser/Meyer/Olkin (KMO) (Kaiser 1974). Con un valor KMO de 0,7 se puede aceptar aquí el modelo presentado de los factores.
Además, se presenta en el resultado del análisis de los factores con rotación Varimax una solución de cuatro factores a partir de 14 ítems, los que explican el 64,1% de la variante total. La mayor participación (20,2%) en la variante total esclarece el factor 1 (condición), seguido por el factor 2 (coordinación) con el 17,3%. Para los cuatro ítems de la caracterización de la movilidad el análisis de los factores no muestra factor conjunto alguno. De esta manera tanto para los dos ítems del test de movilidad de las piernas como también para los dos ítems del test de movilidad de los hombros se prevé en cada caso un factor. Por lo demás los ítems para la comprobación de la movilidad de las piernas y la capacidad de equilibrio se cargan de conjunto en un factor (ver la tabla número 4).
Este hecho se presenta por lo demás como evidente ya que la ejecución de los tests de equilibrio se realizó siempre en conexión con las actividades motoras de las extremidades inferiores. La completa certeza de las reflexiones teóricas acerca del parámetro aquí presentado capacidad de rendimiento motor no se pudo lograr por medio del análisis de los factores calculados. La idea de una separación completa de las esferas de la capacidad motora condición, coordinación y movilidad no es con seguridad realizable porque estas no presentan diferencias disyuntivas evidentes. Contienen mucho más una diferenciación típica ideal de los componentes predominantes (Teipel 1988).
Tabla 4.
Análisis de factores para el modelo de la capacidad de rendimiento motor.
Denominación de la tarea del test |
Carga de los factores 7 |
|||
Factor 1 |
Factor 2 |
Factor 3 |
Factor 4 |
|
1. marcha por tiempo (GZ) |
0,65 |
|
|
|
2. Arriba y abajo (UD) |
0,51 |
|
|
|
3. Vigorímetro manual (HV) 3.1 HV –derecha ^ 3.2 HV –izquierda* |
0,85 0,83 |
|
|
|
4. Veloergometría (FE) |
0,62 |
|
|
|
5. Seguir líneas* (LF) |
|
0,71 |
|
|
6. Volver a colocar* (US) |
|
0,83 |
|
|
7. Colocar lápices (SE) |
|
0,68 |
|
|
8. Parada en una pierna (ciego), (EB) |
|
|
0,61 |
|
9. Balanceo (atrás con medio giro), (BD) |
|
|
0,64 |
|
10. Coger el bastón detrás de la espalda (SR) 10.1 Mano derecha arriba 10.2 Mano izquierda arriba |
|
|
|
0.88 0.88 |
11. Movilidad de las piernas (BB) 11. 1 Pierna derecha arriba 11.2 Pierna izquierda arriba |
|
|
0,81 0,80 |
|
Sobre la base de las diferentes variantes de medición a la hora de la construcción de las escalas y las sub-escalas se norman de manera estandarizada los valores de los ítems por medio de las denominadas normas de Centil (m = 5, s = 2), a fin de poder más tarde ordenar los valores así calculados de la escala Stanine (Lienert/Raatz 1998). La escala Stanine está compuesta por los valores positivos del 1 al 9. En este contexto el número 1 corresponde a un rendimiento muy pequeño mientras el 9 a uno muy elevado en el test respectivo.
Por razones de exactitud en las valoraciones de los estudios se dan los valores correspondientes de la escala Stanine hasta el punto decimal después de una coma. Los test deportivo – motores forman de preferencia normas de grupos ya que para la mayoría de los tests existen diferencias específicas de los sexos. Sobre la base de los t-tests se calculan las normas de conjunto para los tests, en los cuales no se presentan diferencias importantes entre mujeres y hombres. Como valores normativos para el cálculo de la norma de conjunto sirven pues el valor promedio y la desviación estándar procedente de la medición de los tests particulares de la prueba de control general.
Nota del autor
El valor límite bajo para las cargas de los factores se previó con el valor 0,5.
En este contexto resulta difícil resumir los resultados de los tests deportivo – motores de las tres investigaciones. Así pues un análisis de la variante factorial para diez de los 14 ítems de tests totales (variables dependientes) plantea grandes divergencias de los valores promedios del test para la variable del centro (Heidelberg, Leipzig, Rostock).
Relativizar este problema es algo que se puede hacer, sin embargo, con ayuda del test Student-Neumann-Keul (SNK). En cada caso pueden ser resumidos aquí los grupos en un sub-grupo homogéneo, cuyos valores promedios no difieren grandemente en un nivel de importancia del 5% (Brosius 1998). En el resultado del SNK se puede mostrar que no existe prueba alguna en la que no se presenten diferencias a nivel de los tres centros. Así tenemos que los valores promedios para Leipzig y Rostock coinciden en seis ítems, para Heidelberg y Rostock en tres y en el caso de Heidelberg y Leipzig en uno. Durante el cálculo de las normas totales y de grupo se presentan separados los valores promedios y las desviaciones estándares de los subgrupos logrados, lo cual hace posible una comparación entre centros de los datos sobre la base de los valores de Stanine.
Los resultados
La actividad deportiva de los hombres y mujeres de mayor edad.
Bajo la observancia de los criterios planteados en el epígrafe 2.2 para la diferenciación de la prueba de control en deportivamente activos e inactivos resulta: 100 (20,6%) de los participantes se pueden colocar en la categoría de los deportivamente activos y 386 (79,4%) (Ver la figura número 2) de los inactivos.
Figura 2.
La actividad deportiva de los hombres y mujeres de más avanzada edad.
A la izquierda dice:
Dato en por ciento
Abajo: n=486 (base: prueba de control general) Test del cudrado de Chi.
En el centro de la figura a la izquierda: activos.
En el centro de la figura a la derecha: inactivos.
A la derecha dice de arriba abajo: total, hombres, mujeres.
La participación de los hombres deportivamente activos alcanza el 22,7%. En la mujeres por el contrario la participación de las deportivamente activas con 18,2% se sitúa sólo un poco por debajo del valor de los hombres. No existe una diferencia importante entre la actividad deportiva de las mujeres y hombres de avanzada edad.
La capacidad de rendimiento motor de las mujeres y hombres de edad más avanzada.
Conjuntamente con la comparación de la capacidad de rendimiento motor entre las mujeres y hombres de edad más avanzada sobre la base de los valores de Stanine se reproducen en este epígrafe también los valores normativos para los tests particulares, que permiten evaluar incluso individualmente los rendimientos obtenidos de las personas más viejas. Al respecto sirven como base para los cálculos de los valores normativos los resultados de los centros, en los cuales no se constatan diferencias de los valores promedios al emplearse el análisis de las variantes y los tests Student-Newmann-Keul. Por lo demás se tienen en cuenta aquí tan solo los tests, en los cuales no se previó limitación alguna del rendimiento (máximo) por medio de la tarea del test. En lo particular se pueden realizar así, bajo condiciones previas para los siguientes tests, las valoraciones individuales del rendimiento: la marcha por tiempo, arriba y abajo, vigorímetro manual, veloergometría, seguir líneas, realizar cambios en la colocación, colocar lápices8, coger un bastón y la movilidad de las piernas.
Haciendo referencia a Kirchner/Türk-Noack (1998) y bajo observancia de los valores Stanine se establece la valoración de los rendimientos de los resultados particulares de los tests por medio de una escala de cinco pasos (muy bien, bien, medio, mal, insuficiente).
En la esfera de la condición se presentan durante la comparación de los rendimientos entre hombres y mujeres en los cuatros tests grandes diferencias (ver la figura número 3). Al respecto los hombres muestran en todos los tests los valores más grandes. La mayor diferencia entre hombres y mujeres consiste en la prueba de la medición de la fuerza máxima de la presión de la mano (vigorímetro de la mano). Aquí el valor promedio de los hombres es casi el doble de alto que el de las mujeres (3,6). En una investigación de Lemmink y col. (1994) se pudieron verificar en personas con edades de 65 a 69 años en la esfera de la fuerza de la presión de la mano valores superiores en los hombres.
El parámetro de la resistencia se representa mediante los rendimientos obtenidos en la veloergometría (nivel de cargas antes de la interrupción). También en este sector los hombres (5,9) muestran con respecto a las mujeres (4,0) evidentes valores superiores. Los tests up and down (arriba y abajo) y marcha por tiempo permiten describir la capacidad de fuerza rápida de las piernas. Tanto en el test arriba y abajo (hombres: 5,3; mujeres: 4,9) como también en el test marcha por tiempo (hombres: 5,6; mujeres: 4,8) obtienen los hombres los rendimientos mayores.
Los resultados obtenidos aquí sobre la base de los t-tests confirman que los hombres más viejos presentan mejores valores en la esfera de la condición (fuerza, resistencia, fuerza rápida). En la tabla número 5 se introdujeron para los tests de condición vigorímetro de mano y veloergometría cinco categorías diferentes de la evaluación de los rendimientos, que posibilitan la clasificación de los rendimientos particulares para hombres y mujeres del K30.
Figura 3.
Los valores de Stanine de los tests de condición, diferenciados por sexo.
A la izquierda dice: Escala de Stanine
Arriba dice: hombres, mujeres
Abajo dice: vigorímetro de mano**, ergometría**, arriba y abajo**, marcha por tiempo**
Más abajo dice: N=486 (base: prueba de control total); comparaciones de los valores promedios (t-test): *: p<0,05; **p<0,01.
Para el cálculo de los valores normativos de los tests vigorímetro de la mano se diferenció entre mano predominante y no predominante, en cuyo caso la mano derecha fue predominante en el 96,8% de los hombres y 98,2% de las mujeres. Entre los valores de fuerza obtenidos de la mano predominante y no predominante existe una diferencia muy significativa. De esta forma los valores logrados por la mano predominante son como promedio superiores a los de la mano no predominante. Esto es válido igualmente para los hombres (predominante: 80,3 kPa; no predominante: 77,5 kPa) y mujeres (predominante: 54kPa; no predominante: 51,2 kPa.
Tabla 5.
Valores normativos de los tests de condición para hombres y mujeres del K30.
Los letreros dicen:
Valoración de los rendimientos |
Tests de condición |
|||||||
Vigorímetro de mano (f en kPa) mano predominante |
Vigorímetro de mano (f en kPa) no predominante |
Veloergometría (p en watt/kg) |
||||||
hombres |
mujeres |
hombres |
mujeres |
hombres |
Mujeres |
|||
Muy bien |
|
|
|
|
|
|
||
Bien |
|
|
|
|
|
|
||
Mediano |
|
|
|
|
|
|
||
Mal |
|
|
|
|
|
|
||
Insuficiente |
|
|
|
|
|
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En la veloergometría se elevó la carga con un trabajo inicial de 25 W cada dos minutos a 25 W. Entre los factores de influencia en el trabajo en la ergometría están entre otros, la talla, peso corporal, edad y sexo de una persona. Bajo la observancia del peso corporal se forma, a la hora de la obtención de los valores normativos, el cociente a partir del rendimiento máximo logrado y el peso corporal (Löllgen 1995). Teniendo en cuenta que los valores entre hombres y mujeres se diferencian grandemente en la investigación del ILSE tiene lugar una normación separada por sexos (ver la tabla 5).
De forma crítica se ha de resaltar que en la veloergometría el 38,5% de los sujetos (ambos sexos) (hombres: 40,6%; mujeres: 35,5%) lograron una carga máxima9 y de esta forma pudieron ser tenidos en cuenta en los cálculos de los valores normativos. De forma clara más de la mitad tuvieron que interrumpir el test antes del logro de la carga máxima por razones objetivas (por Ej. presión sanguínea diastólica mayor a 120 mmHg) o subjetivas (dispnea). En la tabla número 6 se muestran los valores específicos de los sexos para los tests marcha por tiempo y arriba y abajo.
Nota del traductor
En la tabla número 6 se repite el mismo texto que en la tabla anterior, en lo que a la parte izquierda se refiere. Arriba en el cuadro dice además: marcha por tiempo y arriba y abajo.
Nota del autor
En la investigación médica del ILSE se seleccionó para la carga máxima como criterio de interrupción la frecuencia cardiaca máxima (220 menos la edad de vida).
En los cinco tests seguir las líneas, cambio de colocación, colocar lápices, parada en una pierna y balanceo, que se aplicaron para comprobar las capacidades coordinativas se establecen en tres de los cinco tests grandes diferencias entre hombres y mujeres del K30 (ver la figura número 4). En ambos tests parada en una pierna y balanceo los hombres obtienen mejores valores que las mujeres. Así pues el valor promedio de Stanine en la parada en una pierna es para los hombres de 5,2 y en las mujeres de 4,6. Un cuadro casi similar resulta para el test balanceo.
Aquí los hombres obtienen un valor promedio de 5,3 y las mujeres uno de 4,7. Teniendo en cuenta que ambas pruebas prevén diferenciar la capacidad coordinativa equilibrio (estática-dinámica) se llega prácticamente a la conclusión de que los hombres más viejos poseen una capacidad de equilibrio mejor que las mujeres de esa edad. Por el contrario, Ehrler/Huth (2000) no pudieron comprobar en la primera fase de la investigación del ILSE diferencias significativas entre mujeres y hombres de mayor edad pertenecientes a la prueba de control parcial de Leipzig (n=252).
Figura 4.
Los valores de Stanine de los tests de coordinación, diferenciados por sexo.
Arriba dice: hombres, mujeres.
Debajo dice: Seguir líneas**, cambio de colocación, colocar lápices, parada en una pierna**, balanceo**.
Más abajo dice: N=486 (base: prueba de control total); comparaciones de los valores promedios (t-test): *: p <0,05; **: p<0,01. A diferencia de ambos tests de equilibrio el test seguir las líneas, que debe reflejar la capacidad de coordinación en las tareas de precisión (KP), indica una diferencia notable a favor de las participantes femeninas (mujeres: 5,3; hombres: 4,9). Para ambos sectores de la capacidad específica coordinación bajo presión de tiempo y rapidez de acción, que fueron verificados con los tests cambio de colocación y colocar lápices no se pudieron comprobar diferencias importantes entre los hombres y las mujeres. Por tal razón los valores normativos de los tests cambio de colocación y colocar lápices para hombres y mujeres se basan en la norma total y no en las normas para grupos (ver la tabla número 7.
Tabla número 7. Valores normativos de los tests de coordinación para hombres y mujeres del K30.
En la tabla número 7 se repite el mismo texto que en la tabla anterior, en lo que a la parte izquierda se refiere, luego en el cuadro dice: Seguir las líneas (cantidad de errores); cambio de colocación; poner lápices.
En los valores normativos para el test seguir las líneas en las categorías de insuficiente hasta medio las mujeres muestran de acuerdo a lo esperado los menores valores de errores. En la categoría bien y de forma muy especial en la esfera muy bien (mujeres: 0-12; hombres: 0-7) el comportamiento es completamente diferente. Una explicación evidente para esta aparente contradicción la brindan los datos de la tendencia central y la dispersión: el medio aritmético (m ) y la desviación estándar (s) del test seguir las líneas, que para los hombres alcanzaron m 1 = 27,7; s1 = 15,2 y las mujeres m 1 = 23,8; s1 = 10,0. Durante la comparación de las desviaciones estándares entre hombres y mujeres, bajo observancia de los valores promedios se reconoce con claridad que los valores de los hombres se dispersan con mayor intensidad que los de las mujeres. Ostensiblemente los rendimientos de los hombres en el test seguir las líneas fueron más heterogéneos que los de las mujeres, lo que explica el estado de cosas anterior.
Para la investigación de la movilidad de las mujeres y hombres de edad más avanzada se aplican tests para verificar la movilidad de los hombros y la movilidad de las piernas. Al respecto todos los tests confirman que las mujeres poseen una mejor movilidad que los hombres. En la investigación de Lemmink y col. (1994) para la determinación de la movilidad de los hombros las mujeres de mayor edad son en verdad más móviles que los hombres de esa edad. A la hora del registro de los valores normativos de los tests de movilidad se evalúa de los dos intentos por test el mejor en cada caso.
Teniendo en cuenta que los valores de medición de los tests parciales tomar el bastón (mano derecha arriba) y tomar el bastón (mano izquierda arriba) se diferencian muy significativamente (p<0,01), es por eso que los valores normativos se ejecutan de forma separada (ver la tabla número 8).
Tabla 8.
Valores normativos de los tests de movilidad para hombres y mujeres del K30.
En la tabla número 8 se repite el mismo texto que en la tabla anterior, en lo que a la parte izquierda se refiere. Arriba en el cuadro dice además: test de movilidad y directamente debajo: tomar el bastón detrás de la espalda; mano derecha arriba; tomar el bastón detrás de la espalda; mano izquierda arriba; movilidad de las piernas.
La relación entre la capacidad de rendimiento motor y la actividad deportiva.
Para la valoración de los rendimientos en los tests parciales en dependencia de la actividad deportiva se emplean los valores de Stanine basados en las normas de los grupos, mediante lo cual ya de entrada resulta posible eliminar influencias específicas del sexo. Bajo observancia de la actividad deportiva de los participantes de ambos sexos se ha de señalar, a la hora de la comparación entre los valores promedios Stanine de los tests particulares, que los deportivamente activos presentan frente a los deportivamente inactivos los mejores valores para todos los tests. Especialmente evidentes resultan las diferencias del valor promedio en los tests marcha por tiempo, arriba y abajo y la movilidad de las piernas (Köpsel 2001).
Para la certeza estática de estos resultados se aplica el test para las pruebas de control independiente, a fin de poder llegar a conclusiones acerca de la totalidad básica de los pertenecientes al K30. Para los tests antes aplicados (marcha por tiempo, arriba y abajo, movilidad de las piernas) resultan diferencias altamente significativas (ver la tabla número 9, donde para los tests de movilidad de las piernas se lograron intensidades de efectos bajos (derecha: d=0,27; izquierda: d=0,29) y para los tests marcha por tiempo, así como también arriba y abajo más bien medianos (marcha por tiempo: d = 0,37; arriba y abajo: d= 0,37).
Para el test parada en una pierna falla por poco con un 5% el nivel de importancia (p = 0,06). Todos los demás tests no presentan diferencias importantes y tampoco efectos dignos de mencionar en la actividad deportiva (ver la tabla número 9.
Tabla 9.
Test |
T |
p |
d |
1. marcha por tiempo (GZ) |
-3,30 |
<0,01 |
0,37 |
2. Arriba y abajo (UD) |
-3,23 |
<0,01 |
0,37 |
3.1 Vigorímetro manual – derecha |
-1,15 |
0,24 |
0,14 |
3.2 Vigorímetro manual –izquierda |
1,43 |
0,16 |
0,16 |
4. Veloergometría |
-1,60 |
0,11 |
0,18 |
5. Seguir líneas |
-0,93 |
0,35 |
0,10 |
6. Volver a colocar |
-1,19 |
0,24 |
0,14 |
7. Colocar lápices |
-1,41 |
0,16 |
0,16 |
8. Parada en una pierna |
-1,89 |
0,06 |
0,14 |
9. Balanceo |
-1,14 |
0,26 |
0,13 |
10.1 Coger el bastón -Mano derecha arriba |
-1,42 |
0,16 |
0,16 |
10.2 Coger el bastón -Mano izquierda arriba |
-0,46 |
0,64 |
0,05 |
11.1 Movilidad de las piernas. Pierna derecha arriba |
-2,34 |
0,02 |
0,27 |
11.2 Movilidad de las piernas. Pierna izquierda arriba |
-2,58 |
0,01 |
0,29 |
Sobre la base de los resultados de los tests se puede afirmar que en todos los tests existe la tendencia a las diferencias entre deportivamente activos e inactivos a favor de los primeros. De forma limitada hay que constatar que para tan solo 4 de los 14 tests completos / tests parciales se pueden comprobar diferencias importantes.
El registro de la capacidad de rendimiento motor de las mujeres y hombres de edad más avanzada se realiza mediante la adición simple de los índices de condición, coordinación y movilidad hasta el índice motor (ver epígrafe 3.2). Durante la comparación de los valores promedios Stanine de los índices parciales particulares los deportivamente activos muestran de acuerdo con lo esperado los valores más altos.
Resulta evidente durante la verificación de las interferencias estadísticas de los valores promedios de los tres índices parciales y del índice motor que todos los valores de los índices particulares se diferencian significativamente (índices de coordinación y movilidad) o incluso muy significativamente (índices de condición y motor). Los más viejos deportivamente activos (MW = 15,96) poseen por tanto una capacidad de rendimiento motor más elevada que los más viejos deportivamente inactivos (MW =14,75), donde existe un efecto mediano entre la actividad deportiva y la capacidad de rendimiento motor (d=0,42) (ver tabla número 10).
Tabla 10.
Significación e intensidades de los efectos – Indice de condición, coordinación, movilidad y motor en dependencia de la actividad deportiva (n=486).
Índice |
T |
P |
D |
1. Indice de la condición |
-371 |
<0,01 |
0,42 |
2. Indice de la coordinación |
-2,19 |
0,03 |
0,24 |
3. Indice de movilidad |
-2,39 |
0,02 |
0,26 |
Índice motor |
-3,72 |
<0,01 |
0,42 |
A la hora de la evaluación de la relación entre la actividad deportiva (índice deportivo) y la capacidad de rendimiento motor (índice motor) con ayuda del coeficiente de correlación según Pearson se ha de precisar que hay una interdependencia positiva. Esta no debe ser, sin embargo, exagerado, porque la intensidad del coeficiente de correlación (rxy = 0,2; p <0,01) indica realmente una relación más bien débil.
Discusión
En una subdivisión de la capacidad de rendimiento motor en las esferas de condición, coordinación y movilidad y bajo la observancia de lo específico de los sexos se pueden comprobar los mejores valores en el caso de los hombres en la esfera condicional y en el caso de las mujeres en el sector de la movilidad. En la esfera de la coordinación no se logra una imagen clara. Así pues las mujeres poseen aquí una mejor coordinación en las tareas de precisión mientras que los hombres tienen una mejor capacidad de equilibrio.
Desde el punto de vista médico deportivo se diferencia el rendimiento en la esfera condicional porque las mujeres poseen menor masa antropométrica y en ellas actúa una concentración de 10 hasta 20 veces menor de testosterona que en los hombres. Según Engelhardt/Neumann (1994) no se pueden equilibrar las desventajas en la esfera condicional de la mujer ni incluso por medio de mejores rendimientos de la coordinación. En la movilidad predominan las mujeres. Como causa se puede afirmar que la capacidad de elasticidad muscular y del tejido tendinoso en las mujeres es por naturaleza más apropiada que el de los hombres (Israel 1995). Por otra parte las investigaciones del ILSE confirman que la actividad deportiva en la esfera de la gimnasia en las mujeres está más intensamente desarrollada que en los hombres (mujeres: 73,8%; hombres: 38,8%).
Para la caracterización de la capacidad de rendimiento motor de las personas de edad más avanzada se calcula un índice motor, en el que se recogen los resultados de un total de 14 tests deportivo – motores. De forma crítica se ha de señalar que a pesar de la cantidad de los tests no se pudieron trabajar todas las capacidades motoras y que la validez del parámetro capacidad de rendimiento motor no se puede confirmar claramente mediante un análisis de los factores (ver epígrafe 2.3).
Como problemática se presenta en el deporte de la vejez la obtención de pruebas de control representativas y en cantidad suficiente para el cálculo de los valores normativos para los tests motores. En la investigación ILSE de hombres y mujeres en la esfera de edad de los 65 hasta los 70 años tuvieron lugar en total diez tests para cálculos de los valores normativos, los que se basaban en suficientes pruebas de control (ver el epígrafe 3.2). Con la ayuda de valores normativos le resulta posible a los más ancianos el poder ordenar sus propios rendimientos del test e incluso valorarlos.
En este lugar se adopta y transforma un pensamiento directivo esencial del modelo de competencia de la vejez (ver epígrafe 1). En el modelo de competencia, a diferencia del modelo de déficit y desuso de la vejez, no se observan las exigencias a los recursos de las personas más viejas como idénticas a las personas más jóvenes (Baumann 1998). Por medio de este principio se excluye una comparación negativamente predeterminada con personas más jóvenes, resultando de esta forma un criterio más positivo sobre la vejez y el envejecimiento.
En la comparación con los rendimientos de los tests entre los deportivamente activos y los inactivos todos los tests fallan a favor de los participantes de ambos sexos más viejos, deportivamente activos. Diferencias importantes resultan, sin embargo, sólo para cuatro de los 14 tests deportivo – motores (ver epígrafe 3.3.). Rendimientos ostensiblemente superiores de los deportivamente activos en la mayoría o incluso en todos los tests no eran tampoco de esperar porque la ejercitación de un deporte por un lado no es una garantía para mejores resultados de los tests y los practicantes de deportes de más edad de la investigación del ILSE por otra parte conectan al deporte conjuntamente con la capacidad de rendimiento físico (65,6%) también motivos como bienestar general (73,9%), diversión y cambio de motivaciones (62,2%), así como también movilidad intelectual (54,8%) y de esta forma la intención de la práctica del deporte no tiene que ser necesariamente predominio de los componentes físicos.
Un motivo importante del proyecto de investigación ILSE consiste en la colaboración interdisciplinaria entre psicólogos, médicos, sociólogos y científicos del deporte, unidos en el objetivo de poder lograr un cuadro, lo más complejo posible del proceso del envejecimiento exitoso. En este contexto se debe llamar la atención acerca de otras investigaciones, en las cuales se profundiza también sobre las relaciones del deporte y la capacidad de rendimiento motor con los parámetros médicos (por Ej. valoración objetiva de la salud) y psicológicos (por Ej. sentirse contento con la vida) de las personas de edad más avanzada (Köpsel 2001).
Literatura
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Revisado y actualizado por: Lic. Mariela C. Z. (20/10/03)
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