El equilibrio en el fútbol requiere de la adaptación del cuerpo a las modificaciones que sufre con el movimiento. Esto incluye el dominio del balón. Una habilidad que, si amas este deporte, sabes que es la base para llegar a ser buen futbolista.
De momento, el jugador y el balón son uno. Se mueven en la misma dirección y buscan iguales objetivos. Pero no es fácil controlar la pelota ni dirigirla hacia dondequiera. Requiere de práctica, tenacidad y perseverancia.
A la persona que se especializa en esa disciplina se le conoce como “dominador”. En Cuba tenemos uno que mide 1.90 metros. Destaca por el control eficaz en ambas piernas y la dinámica que despliega.
Con naturalidad y soltura, hace suyo el balón en cada presentación. No entiende de límites y siempre intenta superarse a sí mismo.
A sus 58 años, Erick Hernández impresiona a muchos. Hace apenas tres semanas logró récord de dominio durante 12 horas, seis minutos y 10 segundos. Fue solo golpeándolo con los pies de manera ininterrumpida y desde la posición de parado.
“Fue muy significativo, porque me convertí en el hombre que más tiempo ha dominado un balón con el pie. Me demuestra también que tengo potencialidades físicas aún para realizar este tipo de evento, y me pone a pensar en pruebas más difíciles”, nos dice Erick en su casa, en el municipio habanero del Cerro.
No nos detenemos en los récords, vamos más allá. Buscamos la historia detrás de ellos, que comenzó hace más de medio siglo, cuando de niño seguía al equipo de Brasil de la década de 1970.
Primeros toques
El capitalino proviene de una familia deportiva. Su padre fue José Hernández Estrada, bronce en triple salto en los Juegos Panamericanos Winnipeg 1967.
“Siempre estuve vinculado al deporte. Mi papá entrenaba con nosotros, veíamos que se reunía con varios deportistas. Todo eso nos iba familiarizando.
“Mi hermano y yo comenzamos en el fútbol a los siete u ocho años, en el equipo Armada. Primero, entrenábamos en la Ciudad Deportiva y luego en un terreno que estaba frente a Mazorra, el hospital psiquiátrico.
“Llegamos a participar en torneos provinciales. Después, integramos el equipo Ciudad Habana, para jugar varios campeonatos nacionales.
“Mi hermana Sandra, la mayor, estuvo en gimnástica, y mi otra hermana, Raysa, en esgrima. Douglas, Raysa y yo nos hicimos licenciados en el Fajardo.
“Habíamos empezado por la EIDE. En mi caso, practiqué atletismo y ajedrez durante varios años. Pero, como era un muchacho bastante activo, me incliné más por deportes de destreza y desgaste físico”.
Eres bastante alto, ¿cómo te fue en el atletismo?
–No tuve grandes resultados. Mi especialidad era el fondo. Primero, se hacía una especie de pentatlón, cuando uno es más niño. Y después, te especializas en una carrera. Corría los 3 000, los 5000, hasta los 10 000 metros. Tuve un buen desempeño a nivel provincial, pero no relevante como para ganar unos Juegos Nacionales Escolares.
“Llegué a ese nivel en el ajedrez. Participé en torneos a nivel zonal y nacional, y pude ganar algunos. Una vez derroté a un experto nacional, siendo juvenil. Fue de lo más significativo, pero, como te dije, me incliné más por el fútbol”.
¿Qué te aportaron los deportes anteriores al fútbol?
–El fondo me dio la parte física y, sobre todo, la voluntad para entrenar muchas horas, estar tiempo en el gimnasio, correr varios kilómetros.
“El ajedrez me aportó la paciencia y saber trazar una estrategia. Estos récords largos requieren planificación. Uno traza una estrategia. Sin querer saber el tiempo, vas calculando y dices: ‘Cuando llegue a tres horas, tomaré agua, comeré algo, voy a moverme, a caminar en el lugar’… Y, por supuesto, todo eso sin soltar el balón”.
¿Tuviste algún referente?
–Me guie siempre por mi hermano, Douglas Hernández. Fue el iniciador y comenzó este camino, sin pulir. Estaba realmente espinado. Lo admiro por eso. Fue mi inspiración.
“Sobre los dominadores actuales… No es que los menosprecie o que no los admire, pero se hacen muchas variantes de récords sin las características y la transparencia con que uno realiza las suyos. En cambio, el Guinness aprueba sus proposiciones fácilmente, no así las de los cubanos.
“Por ejemplo, sobre el récord de 347 toques con la cabeza, el Guinness me escribió, porque necesitas más evidencia. No entiendo, si ya se mandó bastante. Todo lo que salió en la prensa, videos en los noticieros, el video completo del récord, fotos, la planilla de los jueces. Se envió toda la documentación que se tenía y aun así piden más pruebas. Se mandará para que se homologue el récord, pero con Cuba parece que no hay confianza.
“Normalmente, se tiene que enviar más argumento del que mandan los competidores de otros países. Y he visto récords que se han hecho incluso dentro de casas. No estoy hablando en tiempo de covid ni mucho menos. Aun así, han sido homologados y no ha habido esa formalidad que hay aquí: abierto al público, con transmisiones directas por los móviles. Una transparencia total”.
El fútbol y Erick: Una relación para siempre
¿Por qué el fútbol?
–Siempre me gustó, porque, independientemente de que mi papá era deportista, en el barrio al que me mudé, el Casino Deportivo, había varios futbolistas. Estaban el Bufalito Sánchez; Olmaza, que fue entrenador de mi hermano posteriormente; el difunto Luis Manuel Alejarde y otros que nos inculcaron el interés y el gusto por la práctica del fútbol.
¿Fuiste futbolista en la categoría de mayores?
– Sí. Jugué fútbol con el equipo del Cerro, pero la mayor carrera provincial la hice con el de Diez de Octubre. Quedamos campeones varias ocasiones. Una vez salí entre los mejores atletas de Diez de Octubre. También, siendo juvenil, jugaba la primera categoría. Era delantero, lo que se llama d9. Quedé líder goleador de torneos provinciales.
“Esto hacía que me seleccionaran para el equipo Ciudad Habana, difícil de integrar en aquel entonces. Había muchos atletas en activo. Estoy hablando del tiempo de Carlos Loredo, Carlos González, Eugenio Ruiz, Fernando Griñán… O sea, jugadores que ya eran del equipo nacional y estaban establecidos y no tenían que eliminarse. Por eso no era fácil hacer la selección”.
¿Y por qué la pasión por el dominio del balón?
–Mi hermano y yo nos inclinamos por eso, porque de niños, como te decía, viví en un barrio, rodeado de futbolistas del equipo nacional. Lo del dominio del balón era producto de los mismos integrantes que había del Cuba. A veces, entrenaban en el barrio, veíamos que dominaban el balón, o íbamos con ellos al Cerro Pelado y los veíamos entrenar… Jugábamos mucho fútbol.
“Cuando el muchacho juega bastante fútbol, siempre dedica un momento al dominio del balón. Mi hermano tenía muy buen dominio. Era el que más dominaba. A veces, competíamos tres contra él para tratar de superarlo.
“Lo hacíamos de una forma sin pulir, con un pie. Prácticamente no dominábamos con la cabeza, pero dominábamos el balón, teníamos algo de control.
“Un día, el entrenador Juan Antonio Lotina, ya fallecido, animó a mi hermano a que se preparara para los récords Guinness, pues tenía buen dominio del balón.
“Y comenzó, se argumentó a través del Guinness y batió en 1994 el récord de más tiempo dominando con los pies, de dos horas y 11 minutos. Fue su primer récord, precisamente, el mismo que hice de 12 horas, pero en aquel tiempo era de dos.
“Ha tenido una evolución bastante rápida ese récord. El de mi hermano fue en la Marina Hemingway. Después, hizo dominios con peso, con tres veces su peso, récord de rapidez dominando con los pies más toques en un minuto, dominando con un solo pie… También corrió los 100 dominando, que en aquel tiempo estaba cerca de los 20 segundos… En 2004 se retiró. Fue mi entrenador un tiempo. Es dos años mayor que yo”.
¿Cuándo llegas al dominio del balón?
–En 1995, conversando con el entrenador Omalza, me dijo que, dado que yo tenía buen dominio del balón, por qué no me dedicaba a eso también.
“Y así me inicié. En 1996, logré mi primer récord en el hotel Neptuno-Tritón. Fue de 10 horas, dominando el balón con los pies y la cabeza. Es decir, sin utilizar los muslos.
“Posteriormente, logré el récord de 19 horas y 10 minutos en la Ramón Fonst. Ese consiste en dominar con pies, muslos y cabeza, con una secuencia de dominar una hora con los pies, una hora con la cabeza hasta llegar a las diez.
“Después, disminuía 50 minutos con los pies, 40 con la cabeza, y así sucesivamente, hasta cumplir la meta”.
Imagino que entonces llegaron nuevos récords. ¿Cómo fue esa sucesión?
–Me propuse hacer el récord de la maratón. Siempre me documentaba primero con el Guinness sobre lo que estaba establecido y, con base en eso, trataba de superarlo.
“Luego, comencé con récords de corta duración, como el de más toques con la cabeza en un minuto. En ese tiempo, el récord estaba en 290 toques aproximadamente y obtuve mi primer certificado Guinness cuando lo superé, con 311. Fue en el centro turístico La Macumba.
“Ese récord de más toques con la cabeza en un minuto lo mejoré en varias ocasiones. Fui aumentando: a 311, a 330… hasta que la última vez alcancé 347, conjuntamente con el de más toques para 30 segundos.
“Lo fui superando. Era de 150 toques y logré 158 en 30 segundos. Ahora es de 188 toques en 30 segundos. Posteriormente, fui alternando el récord de dominio sentado, el de la media maratón, los 100 metros corriendo y dominando el balón en 15 segundos, más tiempo dominando con los muslos…
“El año pasado, logré el de más toques en una hora, que estaba en poder del mexicano Abraham Muñoz, con 11 901 toques. Acumulé 12 237 en 60 minutos. Es decir, no es de larga duración, sino que consiste en dominar el balón muy rápido, es mucha la intensidad durante esa hora.
“También hice récord sentado, el de los muslos, el de 100 metros corriendo, el de las 12 horas y algunos con lastre. Igualmente, el de sentado dominando con la cabeza, con una hora y 10 minutos, pero con un peso de un kilogramo y medio en cada tobillo.
“Esa es la secuencia de récords que he mantenido durante estos años. He alcanzado tres o cuatro anualmente, lo que me ha valido para ser el atleta que en el deporte revolucionario más veces ha sido seleccionado entre los mejores de Cuba. Unas 22 o 23 ocasiones”.
De lunes a viernes, Erick se levanta entre cinco y cinco y media de la mañana. No lo hace antes porque el gimnasio no abre más temprano. Ahí comienza su rutina. El tiempo de entrenamiento depende del récord que esté en la mira. No menos de dos horas diarias.
Hay días en que toca carrera. Entonces, sale para la Ciudad Deportiva. Pero evita el asfalto, la superficie dura. Por lo general, corre por dentro del circuito, que tiene casi dos kilómetros.
12 horas y un récord para anotar
¿Cuál fue la estrategia de entrenamiento para lograr el último récord?
–Más gimnasio que carreras. Siempre trato de no desgastarme tanto físicamente. Tengo la ventaja de que, como domino bien el balón, no tengo que dedicar tanto tiempo de entrenamiento a eso. Lo que hago es mucha preparación física.
“Por ejemplo, ejercicios de gimnasio, trabajando cuádriceps, bíceps femoral, tríceps, esternocleidomastoideo, trapecio, pectorales y gemelos. Además, muchos abdominales, lo mismo de tronco que de piernas, enfatizando en la espalda alta y la zona lumbar.
“La parte física es directamente proporcional a la psicológica. Cuando estás muy bien físicamente, psicológicamente sabes que puedes, que estás apto. Eso ayuda muchísimo.
“La última semana de preparación siempre trato de ver dónde haré el récord y comprobar detalles como la iluminación y el espacio. Incluso, trabajo en condiciones más difíciles y utilizo el mismo calzado que usaré el día de la presentación.
“Priorizar más el gimnasio que las carreras hace que los entrenamientos sean más cortos. Así se evita el desgaste físico. Durante los récords, en todas esas horas hay que tomar mucho líquido para evitar las contracciones musculares. Uno va sudando durante ese tiempo y cuando pierde bastante líquido, vienen las contracciones. Es algo que se debe evitar.
“Y hay que comer, porque si solamente ingieres líquido llega un momento en que te sientes incómodo, con el estómago un poco estragado. Por supuesto, todas estas cosas se prueban en la práctica, en el entrenamiento. Si no llegas al récord en el entrenamiento, luego no lo logras de forma oficial.
“Este récord lo alcancé dos veces en entrenamiento, antes de hacerlo de forma oficial. Si tienes ganas de orinar, tienes que orinarte encima, porque no puedes parar. Cuando el récord es con pies y cabeza, se puede aprovechar el tiempo de dominio con la cabeza y poner un parabán. Pero cuando es solo dominio con los pies, no lo puedes hacer y tienes que orinarte encima.
“Luego, te echan un poco de agua para evitar que el orine, que es ácido, te irrite la piel y sea más molesto el roce entre los muslos. Es decir, hay una serie de estrategias que debes practicar muy bien en entrenamiento para saber cuando vas a coger un frasco con líquido, o comer algo, o desplazarte… Y cuando sientes que el piso está mojado, hay que secarlo, porque se pone resbaloso y eso te crea mucha inseguridad”.
¿Qué comes específicamente?
–Alimentos ligeros, como pedacitos de guayaba, fruta bomba, plátano, sobre todo por el potasio; algún pedacito de queso o de jamón, pero todo en pequeñas proporciones. Es solo para que caiga algo en el estómago.
“No se comen grandes cantidades y el líquido fundamental es el agua, para estar hidratado. Se puede tomar algún que otro energizante cada cierto tiempo, un jugo natural, rico en azúcar, para ganar energía, pero, sobre todo agua. Es lo que más se ingiere”.
Y luego, ¿cómo es la recuperación?
–Debes descansar entre 10 y 15 días. Hacer ejercicios de estiramiento, pasar hielo por los pies, que un masajista te aplique algunos movimientos específicos, consumir alimentos ricos en potasio y abundante líquido.
¿Este último récord ya fue homologado por el Guinness?
–Envié la documentación, pero después de que le llega al Guinness comienza una especie de intercambio. A veces, te piden algún dato o más evidencia. Y tienes que buscar nuevamente entre los registros, para mandarlo. Estoy en ese proceso, para que aparezca en el libro Guinness.
¿Qué tienes en mente ahora?
–Ya comencé a preparar el récord de más tiempo dominando el balón desde la posición de sentado en el piso, solo con los pies. Actualmente, está en cuatro horas y 25 minutos. Trataré de batirlo.
Un dominador de muchos
Erick se ha vuelto muy popular, las personas lo abordan en la calle. Siempre que se concreta un récord, se le acercan y le preguntan cuándo será el próximo.
“Es increíble, sales del hotel luego de imponer un récord y ya te preguntan cuándo vas a hacer el otro.
“Por mi extensa trayectoria deportiva, tengo seguidores. Además, el cubano es muy familiar. Hay personas que te ven y te abrazan y uno se queda pensando:’¿De dónde lo conozco?’. El cubano es así.
“Hay mucha gente que me sigue y me dice que pondrán el Noticiero Nacional Deportivo o el Noticiero Nacional de Televisión Siempre están pendientes”.
¿A qué equipo de fútbol sigues?
–Desde niño, soy admirador de Brasil. Nací viendo ese equipo. En aquel tiempo estaba más en el boom. Siempre era el uno en el ranking. Mi jugador favorito es Ronaldo Luís Nazário de Lima.
“A nivel de clubes, sigo al Real Madrid. Es con el que más simpatizo, como muchos; es el de la gran mayoría. Ha vivido grandes historias por la política que tiene, su filosofía, su entrega, su seriedad y la calidad, por supuesto”.
Hace casi un año explotó una moto eléctrica en la sala de tu casa. Por suerte, solo hubo daños materiales. ¿Cómo enfrentaste esa situación en medio de la preparación para los récords?
–Todo lo que había en la sala se quemó. Fue fundamental la ayuda de familia y vecinos, que apoyaron bastante, muy solidarios.
“Tuve que buscar concentración y motivación donde no la había. Es difícil entrenar y saber que tienes carencias económicas y dificultades familiares. Pero me seguí preparando. Eso me sirvió de inspiración para las cosas que sabía que debía buscar.
“Llegó un momento en que dije: ‘Nadie me las va a dar, las tengo que conseguir yo’. La única forma inmediata, porque es a lo que me dedico, es a través de estos récords. Entonces, ese fue uno de los motivos para seguir entrenando y preparándome”.
¿Cuáles son tus motivaciones?
–Siempre he estado vinculado al deporte. Yo sé que, aunque me retire, seguiré practicando deporte; es un hábito muy arraigado en mí, de mucho tiempo. Además, está el reto de superarme a mí mismo.
“A pesar de la edad, 58 años, no trato de mantenerme, sino de superarme. Cada año, intento metas más difíciles. Esa es la prueba, mi motivación. Si logré 12 horas, intento superarlas el año próximo.
“Incluso, en 2024 pienso incursionar en la modalidad de dominar con pelotas de tenis, que son más pequeñas. Quiero marcar uno o dos récords con esas pelotas. Me siento motivado, sabiendo que mantengo la capacidad de hacer esas cosas.
“No veo como un sacrificio tener que entrenar, levantarme temprano, ir al gimnasio, correr… Me gusta y tengo voluntad para hacerlo. Siempre he sido perseverante”.
¿Cómo logras esa forma deportiva con 58 años?
–He tenido una vida muy metódica, manteniendo una dieta balanceada y respetando la relación trabajo-descanso. Asimismo, he tenido una preparación con seriedad, con buenos calentamientos antes de la actividad física, y he priorizado los ejercicios de estiramiento.
¿Cuál es tu récord preferido?
–Quizás, por algún valor sentimental, siempre recuerdo con cariño mi primer récord. Uno prácticamente no se lo cree. Ahora estoy más habituado.
“Y también este último, porque fue trabajoso, tedioso. Por lo largo, a pesar de que lo había hecho en entrenamiento, y por el nivel de compromiso que se establece. Aunque uno esté adaptado, hay presión”.
¿Has pensado en el retiro?
–Siempre he dicho que está tan cerca como tan lejos. A lo mejor termina el año y no me siento motivado, o no me llega otro proyecto y dejo de dominar el balón o puedo mantenerme un tiempo más los patrocinios y demás. Es algo que no tiene fecha ni planificación.
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