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Las prendas de refrigeración (también pueden utilizarse para calentamiento), entre las que la más conocida es la chaqueta de refrigeración (cooling jacket) suponen una herramienta inigualable cuando se trata de mantener estable la temperatura corporal en un ambiente adverso. El organismo humano tiene una temperatura de funcionamiento muy estrecha, y los sistemas de equilibrio (tanto de formación, como de eliminación de calor) consiguen su objetivo de forma habitual y continuada; sin embargo, situaciones climatológicas adversas (altas temperaturas y humedad, o frío muy intenso) pueden poner en situación límite los mecanismos de termo-regulación, disminuyendo el rendimiento físico y pudiendo poner en peligro la salud y la vida por fenómenos de hipertermia o hipotermia.
En situaciones en las que la temperatura exterior es elevada, donde el problema de los mecanismos de termo-regulación es la eliminación de calor, esta situación se ve agravada cuando el individuo debe realizar un esfuerzo físico como es el caso de trabajadores en ambientes extremos (bomberos, trabajadores de fundiciones,…) o deportistas que realizan una actividad física continuada. La actividad física da lugar a una formación de calor muy importante, razón por la que existe el peligro de sufrir fatiga, disminución del rendimiento físico, calambres musculares, e incluso golpe de calor, al unirse una temperatura externa elevada y ejercicio físico. En diferentes estudios se ha comprobado la influencia negativa que tiene el Calor en el Rendimiento deportivo.
Con el fin de ayudar en la prevención de estos problemas derivados del aumento de temperatura corporal, además de evitar o disminuir la deshidratación, en la actualidad tenemos las prendas refrigeradoras que nos permiten un mejor mantenimiento de la temperatura corporal. Los primeros chalecos refrigeradores (cooling vest) fueron ideados por el Instituto Australiano del Deporte y en un principio se trataba de prendas que incorporaban elementos congelados de ahí que se denominaran “ice jackets” (chaquetas de hielo). El buen resultado obtenido en cuanto a mejora del rendimiento deportivo favoreció la investigación y el desarrollo de nuevos sistemas de mantenimiento de la temperatura (tanto fría como caliente); 
el Instituto Australiano del Deporte continuó con esta vía investigadora y sus resultados fueron puestos en práctica y comercializados por ArcticHeat, que son los productos que comercializamos en Biolaster. En la actualidad estos productos están realizados con un tejido mixto en el que se incluye lana de oveja y tejido sintético, y llevan unos depósitos de gel que son los que mantienen la temperatura; caso de que el chaleco (es la prenda más habitual) lo mantengamos en frío, posteriomente mantendrá esa temperatura, pero si en lugar de mantener el chaleco en frío introducimos el chaleco en un microondas para que adquiera una temperatura elevada, será esta temperatura la que mantenga. Las condiciones de uso son muy sencillas, por lo que no es necesario ningún tipo de formación especial ni infraestructura complicada.
La utilización de productos de última tecnología, las diferentes alternativas de enfriamiento (puede utilizarse el congelador, pero también se puede enfriar en agua helada, con lo que a pie de pista puede recuperarse la funcionalidad del chaleco), la estética, el acoplamiento perfecto al torso del usuario y su bajo peso (entre 800 y 1000 gramos), convierten al chaleco refrigerante de ArcticHeat en la referencia mundial en este tipo de productos. No en vano la competencia intenta comparar sus resultados con los de ArcticHeat, introduciendo datos no reales del chaleco refrigerante de ArcticHeat para poder quedar bien en la comparativa.
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