Palabras claves: JUEGOS TRADICIONALES/NIÑOS/COMUNIDAD

Título: Juegos tradicionales y transformación comunitaria: una aproximación desde el análisis de un grupo de niños de la comunidad de San Francisco de Paula.

Autor: Lic. Yunia Fleita Rodríguez 

Fecha de publicación: 26 de abril del 2011

Resumen:

Los juegos tradicionales ocupan una parte considerable de la actividad lúdica que los adolescentes de edades tempranas desarrollan en la comunidad y en la escuela. Esta actividad lúdica, posee una serie de características que complementan la formación de la personalidad y la gestión de una identidad cultural que permiten enunciar su relación con el proceso de transformación comunitaria.

Texto completo:

Introducción:

El juego y sus diferentes manifestaciones es uno de los campos más interesantes y complejos en los estudios sociológicos sobre la actividad física. La actividad lúdica responde a la naturaleza social del ser humano, puesto que brinda la posibilidad de desarrollar cualidades morales, intereses y aspectos positivos de la personalidad. Como forma de socialización, la actividad lúdica ocupa un lugar preponderante en la formación de la personalidad de los niños y adolescentes, por su capacidad de generalización y sus potencialidades de convocatoria y participación social. Desde el punto de vista educativo, estas potencialidades lo convierten en una herramienta necesaria para el desarrollo integral de los educandos, sobretodo en edades tempranas.

Con el juego se contribuye a la formación de relaciones interpersonales, a un activo conocimiento del medio circundante y a la adquisición de nuevas experiencias y fuertes impresiones emotivas que influyen en la formación de la personalidad y el carácter de los niños.

Desde los años noventa, nuestro país ha confrontado realidades muy diversas que replantean la cultura y la identidad nacionales. Estos cambios implicaron a la cultura nacional, al estremecerse aquellas bases conceptuales que sustentaban las prácticas de lo popular, dando paso al desarrollo heterogéneo de manifestaciones culturales. Este fenómeno, aparejado a otros de igual naturaleza permitió el desarrollo de un proceso de estandarización de la cultura popular, y al mismo tiempo el desarrollo de manifestaciones culturales provenientes de concepciones consumistas y enajenantes, que a largo plazo se reflejaron en la ideología cubana en el surgimiento y desarrollo de la conocida crisis de valores.

Muchas de las tradiciones culturales que conformaban la identidad cubana se perdieron o re-semantizaron en la concepción de lo popular, sin embargo, es significativo que los niños en nuestro país siguieron jugando los mismos juegos. Esta supuesta estabilidad dentro de la actividad lúdica, nos invita a reflexionar en la relación que guarda este fenómeno con el proceso de conformación de la identidad y el sentido de pertenencia de los individuos respecto al grupo social y a la comunidad en la que se desarrollan.

Si se entiende que la identidad nacional –y por ende la Cultura Popular Tradicional- pasa por el proceso de socialización que tiene lugar en las transacciones simbólicas entre los individuos y las instituciones sociales, entonces no es vano preguntarse qué relación subyace entre las prácticas lúdicas de determinados individuos en relación con la identidad local y la transformación de las comunidades.

Por eso se propone como problema de investigación la siguiente interrogante: ¿Cuáles referentes teóricos y metodológicos permiten aprehender las potencialidades de los juegos tradicionales dentro de la transformación  comunitaria?

Como objetivo general se persiguió pues: Sistematizar los referentes teóricos y metodológicos que permitan explicar el papel de los juegos tradicionales dentro de la transformación comunitaria.

Dado que la investigación que se realizará es de tipo exploratorio, se propone utilizar el paradigma cualitativo. Entre los métodos teóricos, se utilizó el método inductivo, el analítico-sintético y el histórico-lógico para la recopilación y procesamiento de la información. Es imprescindible el uso de métodos empíricos y técnicas como el cuestionario. Se aplicará el Cuestionario Presencia y significación de los juegos tradicionales en niños, para reflejar cómo influyen la realización de los juegos tradicionales en la transformación comunitaria, a partir de las vivencias y percepciones de los niños estudiados.

A los líderes comunitarios y actores sociales identificados se les aplicará una entrevista, para evaluar el grado de conocimiento e implicación respecto a la realización e incorporación de los juegos tradicionales en las edades tempranas y su relación con la transformación comunitaria. Se aplicará asimismo una entrevista a los expertos. La observación directa y no participante se utilizará como método empírico aplicado a la realización de actividades recreativas y deportivas de carácter comunitario como clases de educación física, planes de la calle u otras.

Esta técnica se aplicará a 105 niños que habitan en las comunidades pertenecientes al Consejo Popular # 4. También se aplicó la técnica de dibujo a otros cuarenta niños. La muestra total, de tipo no probabilístico, se compone de 145 niños, de entre 10 y 12 años de edad que habitan en el Consejo Popular # 4 San Francisco de Paula, del municipio San Miguel del Padrón, lo que representa el 22,9% de la población total de la matrícula de alumnos que cursan el segundo ciclo de la enseñanza primaria en el Consejo Popular.

Desarrollo

En el acto lúdico, el niño subordina sus motivos e intereses a los del grupo social con el que interactúa, lo que favorece el proceso de identificación con el grupo social al que pertenece el individuo, y con la comunidad donde el individuo se desarrolla. Esta relación también expresa y potencia el sentido creador del individuo en la adolescencia temprana.

La actividad lúdica no requiere una conducta particular, por lo que permite que los individuos signifiquen sus  prácticas de juego, incorporando elementos propios de su entorno social y la realización de los mismos en diferentes espacios desarrollando la identidad de los actores sociales. Por lo general, se considera que los actores de la Cultura Popular Tradicional son los adultos, como principales protagonistas de los procesos de gestión de lo popular, conservadores por excelencia de la tradicionalidad, y en cuya personalidad se pueden guardar los recuerdos en la forma de costumbres, hábitos del pasado, que se trasmiten a las nuevas generaciones asumiendo fundamentalmente la forma de tradiciones.

La globalización cultural establece como imperativo el rescate y formación de las nuevas generaciones en el amor a la historia nacional, la cultura y específicamente en las tradiciones que conforman su identidad. Aferrarse al recuerdo histórico constituye la principal manifestación de resistencia cultural que los pueblos ejercen contra la homogeneidad simbólica del capitalismo. (García Canclini, N. 1989, 1992)

De acuerdo con esta idea, se considera a la tradición como una construcción social que se elabora desde el presente, sobre un sustento ideológico cuyo referente no es estrictamente el pasado, en la medida en que la tradición es la expresión viva de la identidad de los grupos sociales que habitan en las diferentes comunidades. Así la tradición alude a los elementos culturales que son trasmitidos desde el pasado a las nuevas generaciones; y por extensión: el conjunto de conocimientos y sentidos que cada generación entrega a la siguiente, en la forma de prácticas sociales. (Febles Conde, R 2010:6)

Ellas influyen en los sentimientos y la imaginación, que juegan un importante papel en la percepción, creencias y modos de actuar de los individuos en su contexto de interacción grupal. Desde esta perspectiva se entiende que las tradiciones populares son la expresión material de los valores que configuran un carácter y una psicología colectiva que toca a la memoria histórica de un grupo humano. Expresan la subjetividad y las expresiones folclóricas de los pueblos; forman parte de las relaciones sociales y se trasmiten de generación en generación.

Están presentes en la forma de pensar y de actuar en las prácticas cotidianas de los pueblos, los barrios, los individuos… Dentro de las tradiciones populares están presentes una gama casi infinita de expresiones del patrimonio inmaterial entre las que se encuentran la religiosidad popular, la oralidad, la música, la danza, y los juegos tradicionales.

La formación de la identidad cultural es un objetivo implícito en el fin de la educación primaria y forma parte del fin supremo de contribuir a la formación cultural integral de las nuevas generaciones. En este interés la escuela se erige como centro gestor y director del proceso en el cual deberá conseguir la participación consciente de los demás agentes educativos: la familia y la comunidad. En adición, la comunidad encierra en sí misma un aprendizaje cultural que legitima y acredita el lugar de cada uno de sus miembros.

La actividad lúdica, como un elemento componente de la cultura popular tradicional y elaborada emocionalmente a partir de la participación social, sirve para afirmar la identidad y pertenencia del sujeto social en edad infantil, enriqueciendo con nuevos significados y sentidos su existencia en la comunidad.

Luego, el andamiaje cultural en que las juegos tradicionales se insertan, se convierten en fuente valiosa de identidad y su utilización didáctica descansa en la decodificación de los significados y sentidos que la hacen referente importante para identificar una nación, pueblo, comunidad, barrio o familia a través de las interacciones  entre los individuos.

Desde las primeras décadas de vida, los individuos desarrollan la actividad lúdica desarrollando habilidades y capacidades necesarias para aprender a convivir, tal como está refrendado en el Informe La educación encierra un tesoro. (Delors, J. 2006). Los niños –como se ha demostrado anteriormente- no son receptores pasivos de la tradicionalidad que aprenden de sus padres, sino que reajustan las prácticas tradicionales aprendidas a patrones de socialización grupal cuyas características no han sido suficientemente explicadas por los estudios científicos existentes.

Las investigaciones desarrolladas en nuestro país que se detienen en estas características, revelan que los escolares consideran que tienen las condiciones para asumir cada vez más, posiciones activas en las diferentes actividades. (Rico Montero, P; EM. Santos Palma y V. Martín-Viaña Cuervo 2008).

La producción de la memoria colectiva (las representaciones sociales) asume un papel protagónico en las investigaciones sobre la identidad en Latinoamérica, precisamente porque –como plantea la teoría cultural norteamericana contemporánea- está en relación a la producción de culturas y subculturas de alcance comunitario.

Una comunidad se presenta como unidad social, constituida por grupos que se sitúan en lo que se podría llamar la base de la organización social. Las razones de su agrupación se vinculan a los problemas de la vida cotidiana; sus miembros tienen intereses y necesidades comunes. Ocupa un determinado territorio, cuya pluralidad de personas interactúan, más entre sí, que en otro contexto del mismo carácter; de los que se derivan tareas y acciones comunes, que van acompañadas de una conciencia de pertenencia cuyo grado varía. (Tovar, MA. 1984)

Como espacio local, la comunidad es un ente vivo, que expresa el sentido de sus miembros, por lo que es necesario considerar este grupo social en su dinamismo, valorando su capacidad de transformar la realidad y transformarse a sí mismos, proceso que se denomina desarrollo o autogestión comunitaria.

Para Tabares (2001), el ocio, o la recreación en relación con el desarrollo humano y comunitario, deberá ubicar gran parte de sus esfuerzos en las necesidades reales de los ciudadanos, identificando eficientemente las regularidades que subyacen en las costumbres y tradiciones de la gente y su relación con la construcción de mejores vidas humanas.

Como actividad inherente al ser humano, el juego es un concepto muy rico, del cual se han enunciado innumerables definiciones sobre el juego, así, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua lo contempla como un ejercicio recreativo sometido a reglas en el cual se gana o se pierde. Se puede afirmar que el juego, como fenómeno lúdico, es imposible de definir en términos absolutos. (Huizinga, 1980)

Muchos investigadores han desarrollado teorías para comprender al juego como actividad humana, fundamentalmente desde la psicología. Entre ellas destaca la teoría del recreo; la teoría del excedente de energía; la teoría del atavismo. Otros aportes a la teoría científica sobre los juegos, fue la propuesta –desde un enfoque biologicista la teoría groosiana de que el juego es fundamentalmente imitación.

Por esta razón se entiende que la práctica sistemática de los juegos tradicionales en la comunidad, en las actividades recreativas y la selección de los juegos libres es considerada como una de las manifestaciones de la independencia infantil a la vez que se contribuye al desarrollo de habilidades y capacidades motrices al fomentar el juego activo, participativo, comunicativo y al relacionar a los niños y las niñas con los adultos y con el entorno comunitario, transformándolo.

Los juegos como integrante fundamental de las tradiciones populares, el deporte y la recreación toman su verdadero valor biológico, pedagógico y social por lo cual constituyen un medio indispensable para la formación del niño y la niña.

Múltiples son las razones por las que debemos mantener la vigencia de los juegos tradicionales, entre las más relevantes podemos citar las siguientes: (cf. Watson Brown, H. 2008):

–      A través de los juegos tradicionales podemos trasmitir a los niños y a las niñas las características, valores, formas de vida y tradiciones de diferentes comunidades.

–      El juego tradicional constituye en sí mismo un medio de instrucción, educación y desarrollo cultural de la personalidad infantil..

–      No requieren de muchos recursos, ni horarios especiales, por lo que pueden ser incluidos con facilidad en las escuelas.

Conclusiones

  1. Es innegable la influencia de la actividad lúdica tradicional en la formación de la personalidad, el carácter y la identidad, desde edades tempranas, con el consiguiente resultado de influir en la transformación de la realidad social y comunitaria en que se desarrolla el individuo en edad infantil.
  2. Esto revela la posibilidad de caracterizar los procesos de participación social y autogestión comunitaria, a partir de la consideración de las tradiciones populares de una comunidad, resaltando el papel de los juegos tradicionales como elemento novedoso en el análisis, así como destacando a los sujetos de la investigación: los niños con edades comprendidas entre 10 y 12 años.

Bibliografía

  1. Ander-Egg, Ezequiel: Metodología y práctica del desarrollo de la comunidad. Editorial Humanitas, Buenos aires, 1980.
  2. Arés Munzio, P.: Mi familia es así. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1990.
  3. Casas Rivero, J.J., M.J. Ceñal González Fierro: Desarrollo del adolescente. Aspectos físicos, psicológicos y sociales. En revista de Pediatría Integral 2005; IX(1):20-24
  4. Delors, J: La educación encierra un tesoro. UNESCO, 2006.
  5. Febles Conde, R.: Elementos de la Cultura Popular Tradicional presentes en la identidad de un grupo de jóvenes cubanos. Tesis en opción al título de Diplomado en Rol contemporáneo de la Cultura Popular Tradicional. CENCREM. La Habana, 2010.
  6. Fulleda Bandera, P.: Recreación Comunitaria. Dirección Nacional de Recreación del INDER. En formato digital. La Habana, 2006.
  7. García Canclini, Néstor: Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Editorial Grijalbo. México, 1989.
  8. García Canclini, Néstor: Ni folklórico, ni masivo. ¿Qué es lo popular? Formato digital, 1992.
  9. Huizinga, J.: Homo Ludens. O jogo como elemento da cultura. 2 ed. São Paulo. Perspectiva; 1980.
  10. Leontiev, AN: Fundamentos Psicológicos del Juego Preescolar. Pueblo y Educación. La Habana, 1980.
  11. Rico Montero, P; EM. Santos Palma y V. Martín-Viaña Cuervo: Exigencias del Modelo de escuela primaria para la dirección por el maestro de los procesos de educación, enseñanza y aprendizaje. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 2008.
  12. Tabares, J. F.: El desarrollo humano como marco del análisis del ocio en la actualidad. FUNLIBRE. Colombia, 2001.
  13. Vigostsky, LS: El juego y su función en el desarrollo psíquico del niño. En revista Cuadernos de Pedagogía. No. 85. España, 1982
  14. Watson Brown, H.: Teoría y práctica de los juegos.Editorial Deportes. INDER. La Habana 2008.

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