Palabras clave: NATACIÓN/LIQUIDO EN EL CUERPO/HIDRATACIÓN
Título: Estado de hidratación de los nadadores después de tres formas diferentes de reposición hídrica en la ciudad de Aracaju – SE – Brasil
Título Original: Hydration State in Swimmers After Three Different Forms of Hydric Replacement in the City of Aracaju – SE – Brazil
Autor: Seixas Prado, Eduardo 1,2,3; Da Silva B., Sheila 1,2; Oliveira G., Heline 1,2; Reinert, Thaise 1,2,1
1 Universidade Estadual de Londrina – UEL – Grupo de Estudo e Pesquisa em Atividade
Física e Saúde – GEPAFIS – Londrina – Brazil
2 Universidade Tiradentes – Unit – Departamento de Educação Física – Aracaju – Brazil
3 Universidade Federal de Uberlândia – UFU – Instituto de Genética e Bioquímica – Uberlândia – Brazil
Email: espradoo@ig.com.br
Traductor: Lic. Antonio A. Pierra Sardiñas – CEPID Holguín
Fuente: Fitness and Performance Journal, Río de Janeiro, 2009, No.8, pág. 218-25, ref. 51, Colegio Brasileño de Actividad Física, Salud y Deporte
Resumen: Introducción: El entrenamiento físico de los atletas requiere de un buen estado de hidratación, porque el mantenimiento de niveles adecuados de agua puede favorecer el rendimiento físico. El objetivo del presente trabajo fue evaluar el estado de hidratación de nadadores aracajuanos después de sesiones de entrenamiento con diferentes formas de reposición hídrica. Materiales y Métodos: Ocho nadadores (24,25±7,30 años) realizaron tres sesiones de entrenamiento controlado sometidos a diferentes formas de reposición hídrica: sin consumo de líquido (GC), ingestión de agua (GA), consumo de bebidas energéticas (GB). El estado de hidratación se determinó mediante la coloración de la orina y el porcentaje de la pérdida de masa corporal. Resultados: Basado en el color de la orina, GB mostró una mejor clasificación del estado de hidratación que GC y GA. Se encontraron diferencias significativas en el porcentaje de la pérdida de masa corporal (P<0,05) entre los grupos, con ventaja en la reposición hídrica para GB. Discusión: El agua puede promover un adecuado estado de hidratación, pero las bebidas energéticas parecen ofrecer una mejor reposición hídrica.
Texto completo:
INTRODUCCION
El mantenimiento de la hidratación antes, durante y después de la realización del ejercicio físico es determinante para los atletas, pues su rendimiento puede verse afectado sin la adecuada ingestión de líquidos (1, 2, 3, 4). Se conoce que la adecuada reposición hídrica regula la circulación sanguínea, el volumen del plasma y el control de la temperatura corporal. La no compensación de la pérdida de líquido durante la realización de ejercicios físicos en un medio húmedo y caluroso puede traer consigo graves consecuencias (5, 6). El estado de hidratación inadecuada limita el mantenimiento de la temperatura hasta el punto en que se ve afectada la termorregulación, lo cual se traduce en determinadas respuestas fisiológicas como son la disminución del rendimiento, daño térmico y en casos severos hasta la muerte (3, 7, 8, 9). También puede afectar las respuestas cardiovasculares durante la actividad física y por consiguiente va en detrimento del rendimiento (7, 10, 11, 12). Durante la realización del ejercicio aeróbico en un medio caluroso el ritmo cardíaco aumenta y el volumen de expulsión, la potencia cardiaca y el flujo sanguíneo del músculo en ejercicio puede verse reducido, lo que conduce a situaciones de “desvío cardiovascular” (13, 14, 15, 16, 17).
Cuando se realizan ejercicios físicos prolongados asociados a un ambiente húmedo y caluroso, es muy importante definir el tipo de líquido que se va a ingerir. Sobre este tema se han hecho contribuciones importantes (18, 19). La ingestión de agua no parece ser la mejor alternativa de consumo de líquido, en cambio las bebidas energéticas (20) sí. Se ha recomendado la inclusión de electrolitos, sobre todo de sodio, para aumentar la retención del agua en el espacio intracelular (21). Si el líquido ingerido contiene carbohidratos, esta mejoría es significativa, en particular durante la realización de ejercicios prolongados con sudoración intensa (22). Sin embargo, recientemente se han publicado trabajos que critican estas recomendaciones (23).
Además de determinar el tipo de bebida, es muy importante la caracterización de las prácticas y la evaluación del estado hídrico para asegurar una hidratación adecuada (24, 25, 26). En cuanto a los métodos de evaluación del estado de hidratación, en la actualidad se utilizan varias formas (27, 28). La masa corporal y la coloración de la orina son técnicas sencillas para evaluar el estado de hidratación y pueden usarse sin ningún riesgo con este objetivo (27, 29, 30, 31, 32).
La ciudad de Aracaju se caracteriza por tener un clima húmedo y cálido, que puede provocar daños físicos y disminuir el rendimiento de atletas locales durante el entrenamiento en cualquier modalidad deportiva. La natación, aunque se practica en un medio acuático, puede también causar tales daños. Sin embargo, los niveles de hidratación de los nadadores de Aracaju, son desconocidos; por lo tanto, el objetivo de este estudio fue verificar el estado de hidratación de los atletas de natación de la ciudad de Aracaju sometidos a varias formas de reposición hídrica durante la realización de sesiones de entrenamiento.
MATERIALES Y METODOS
La muestra estuvo compuesta por ocho atletas (24.25±7.30 años) del sexo masculino que habían participado en competencias nacionales durante al menos cinco años, por voluntad propia y residentes en la ciudad de Aracaju – SE. Ninguno de los participantes presentó en su historia clínica problemas de salud, ni consumían sustancias ergogénicas o cualquier otro tipo de medicamento que pudiera alterar los resultados del estudio. A todos se les informó y se les instruyó de antemano acerca de la realización del estudio y firmaron un documento que garantizaba la privacidad de la información personal. Este estudio también cumplió con los parámetros establecidos para llevar a cabo la investigación en seres humanos, resolución 196 del Consejo Nacional de Salud, del 10/10/96, y fue aprobado por el Comité de Ética de la Investigación de la Universidad de Tiradentes (UNIT/SE) con el número 160907R.
Durante todo el estudio los atletas realizaron en un periodo de 12 días, tres sesiones de entrenamiento con ingestión controlada de líquido (TC) en días diferentes con intervalos de 72 horas. Tres días antes de la primera TC (D1-3), comenzó el estudio. Durante este periodo, a los atletas se les indicó mantener la dieta normal y la rutina de entrenamiento (TN), pero sólo debían tomar agua o bebidas descafeinadas ad libitum, como dieta líquida (DL). Esto mismo se repitió entre el quinto y séptimo día (D5-7) y entre el noveno y el onceno día (D9-11).
El primer día de la TC o cuarto del experimento (D4), nadie consumió agua y/u otro tipo de líquido durante el entrenamiento (grupo de control GC). En la segunda TC u octavo día (D8), los atletas consumieron sólo agua mineral de la marca Minalba® durante el entrenamiento (grupo con agua GA). En la tercera TC o decimosegundo día (D12), los atletas ingirieron una bebida energética (solución de carbohidratos y electrolitos) de la marca Gatorade® durante el entrenamiento (grupo con suplemento GS). Fue de particular interés el hecho de que en D4, D8 y D12, los atletas mantuvieron las recomendaciones de la DL antes y después de la TC, y que el control antes mencionado tuvo lugar sólo durante la TC, y los atletas ingirieron las bebidas ad libitum. Además, las sesiones de entrenamiento tuvieron la misma duración e intensidad para todos los atletas en los días de las TC.
En cada TC, antes y después, se recogió la siguiente información: temperatura ambiente (en grados Celsio, ºC) humedad relativa del aire (por ciento, %), duración del entrenamiento (minutos, min), distancia cubierta (en metros, m), consumo promedio de líquido (en mililitros, mL), masa corporal (en kilogramos, kg) y coloración de la orina. Las dos últimas se utilizaron como marcadores simples para la evaluación del estado de hidratación.
Los valores de la masa corporal se registraron antes (pre) y después (post) de cada TC, y se utilizó una pesa antropométrica de la marca Filizola con 100 g de precisión. En el momento del pesaje los sujetos se encontraban de pie, de frente al evaluador, en posición erecta, los pies abiertos al ancho de las caderas, descalzos y vistiendo ropa ligera. Las muestras de orina las recogieron los propios atletas, al levantarse por la mañana (pre) e inmediatamente después (post) de las TC. (Imagen 1)
Imagen 1 – Diseño experimental. El tiempo se expresa en días (D) y se muestran los detalles del protocolo. Antes de cada día de entrenamiento controlado (TC), los atletas se sometieron a una dieta líquida (DL) y entrenamiento normal (TN) como se describe en los métodos (D1-3; D5-7; D9-11). La orina (U) y la masa muscular (MC) se recogieron antes (pre) y después (post) de los TC en formas diferentes de reposición hídrica (sin consumo de líquido, ingestión de agua, ingestión de bebidas energéticas) los días D4, D8 y D12.
|
DL y TN |
TC sin líquido MC y U (pre y post) |
DL y TN |
TC con agua MC y U (pre y post) |
DL y TN |
TC con bebidas energéticas MC y U (pre y post) |
|
D 1-3 |
D 4 |
D 5-7 |
D 8 |
D 9-11 |
D 12 |
Poco después se procedió a analizar la orina para determinar su coloración, utilizando para ello la escala de Armstrong et al. (29). Las muestras se conservaron a temperatura ambiente hasta el momento de su análisis inmediatamente después de recogidas. Los resultados obtenidos en las muestras de orina y valores de masa corporal se clasificaron según la tabla propuesta por Casa et al. (33).
Al inicio, los datos se expresaron en promedio y variación estándar. Luego se llevó a acabo la prueba para determinar el grado de homogeneidad de la muestra. Una vez que ésta mostró una distribución normal, se aplicó el análisis de varianza (ANOVA) para verificar las diferencias entre los promedios de los índices de coloración urinaria, la masa corporal y el porcentaje de diferencia en la masa corporal de los grupos. Cuando la muestra no evidenció normalidad se utilizó el método Kruskal-Wallis de una sola vía. Todas las formas de verificación de las diferencias entre los promedios se combinaron para la prueba post-hoc de Tukey adoptando un nivel de importancia del 5%. Los resultados de la clasificación del estado de hidratación obtenidos del índice de coloración urinaria se expresaron también en por ciento (%).
RESULTADOS
Las condiciones ambientales, la duración, la distancia recorrida en las sesiones de entrenamiento, así como el consumo de agua y bebidas energéticas se describen en la Tabla 1. Durante las TC la temperatura osciló entre 28 y 29 ºC, con una humedad relativa de 66%, 62% y 65% respectivamente en los D4, D8 y D12. La distancia cubierta fue de 3100 m, con una duración de 80 min en todas las TC, con un promedio de consumo de agua de 575.00 ± 345.38 mL y 400.00 ± 297.61 mL de bebidas energéticas.
Tabla 1 – Caracterización del control de la muestra
|
TC Días |
Temp. ºC |
Humedad (%) |
Duración (min) |
Distancia (m) |
Ingestión de agua promedio +/– (mL) |
Ingestión de bebidas energéticas +/– (mL) |
|
D4 |
28 |
66 |
80 |
3100 |
– |
– |
|
D8 |
28 |
62 |
80 |
3100 |
575 +/- 345.38 |
– |
|
D12 |
29 |
65 |
80 |
3100 |
– |
400 +/- 297.61 |
No hubo diferencias significativas entre los grupos en cuanto a los índices de coloración urinaria (p> 0.05) (Tabla 2). Sin embargo todos los grupos mostraron niveles altos antes y después de las TC. Este resultado demuestra que los grupos ya exhibían algún estado de deshidratación momentos antes de las TC. Además los valores altos presentados en los índices después de las TC, indican un estado precario de hidratación con independencia del tipo de líquido utilizado.
Tabla 2 – Valores absolutos de los índices de masa corporal y coloración urinaria antes (pre) y después (post) de las TC, expresados como promedio ± variación estándar.
|
Grupos |
|
Masa corporal (Kg) |
Índice de coloración urinaria |
|
GC |
Pre |
84.84 ± 8.36 |
4.50 ± 1.92 |
|
Post |
83.41 ± 8.03 |
5.62 ± 1.59 |
|
|
GA |
Pre |
84.36 ± 8.38 |
4.87 ± 1.45 |
|
Post |
83.78 ± 8.29 |
5.62 ± 1.76 |
|
|
GS |
Pre |
84.35 ± 8.05 |
5.00 ± 1.19 |
|
post |
83.80 ± 7.80 |
5.00 ± 2.26 |
Sin diferencias entre los grupos para todas las variables (p> 0.05)
Aunque no hubo diferencias significativas en los valores absolutos de los índices de coloración urinaria, se apreció un estado de deshidratación en los tres grupos, sobre todo en el momento post TC y con independencia del tipo de líquido ingerido; GS tuvo una mejor hidratación comparado con GC y GA al analizar el porcentaje de clasificación del estado de hidratación de los atletas con relación a la coloración urinaria.
En GC pre, el 62% de los atletas estuvieron menos hidratados o presentaron deshidratación mínima, mientras el 38% presentó deshidratación significativa o severa. Cuando se analizó el GC post, se apreció un aumento en el porcentaje de atletas con deshidratación significativa o severa, del 62 al 75%, y por tanto el porcentaje de los menos deshidratados bajó del 38 al 25%, o sea, hubo un empeoramiento en la clasificación del estado de hidratación (Imagen 2 A).
Cambios similares al GC se verificaron en el GA. En GA pre, la mitad de los atletas (50%) estuvieron menos hidratados o presentaron deshidratación mínima, y la otra mitad (50%) mostró deshidratación significativa o severa. Al analizar GA post, el porcentaje de atletas menos hidratados o con deshidratación mínima descendió al 38% mientras el porcentaje de deshidratación significativa o severa aumentó al 62%, o sea, hubo una pérdida en la clasificación del estado de hidratación (Imagen 2 B).
Por el contrario, el GS no tuvo alteraciones en el porcentaje de clasificación del estado de hidratación. Tanto en GS pre como en GS post, el 50% de los atletas estuvieron menos hidratados o presentaron deshidratación mínima, y la otra mitad (50%) tuvo deshidratación significativa o severa (Imagen 2 C). El mantenimiento del porcentaje de clasificación muestra un mejor estado de hidratación en este grupo.
Imagen 2 – Porcentaje de clasificación del estado de hidratación a partir del análisis de la coloración de la orina de los atletas pre y post sesiones de entrenamiento en los grupos GC (A), GA (B) y GS (C).
Ver gráficos 2(A), 2(B) y 2(C) en la pág. 222
En cuanto a los valores absolutos de la masa corporal, no se observaron diferencias significativas entre los grupos (p> 0.05) (Tabla 2). Sin embargo, al analizar la varianza del porcentaje de diferencia de la masa corporal, tanto GC como GA mostraron porcentajes de pérdida de masa muscular (-1,66% y -0.69% respectivamente), mientras se verificó un aumento en GS (+0.72%), pero no representó una diferencia significativa entre GA y GS. Hubo diferencia en este porcentaje entre los grupos GA y GC y entre GA y GC (p< 0.05) (Imagen 3).
Imagen 3 – Porcentaje de diferencia en los valores de la masa muscular entre los grupos. Los valores se expresan como magra ± desviación estándar.
Ver gráfico en la pág. 223
DISCUSION
Se conoce que la temperatura, la humedad, la intensidad, la duración del ejercicio, la adaptación del atleta al medio, la pérdida de fluidos, y otros factores deben tenerse en cuenta para la adopción adecuada de un sistema de hidratación antes, durante y después de la realización de ejercicios físicos (34). Las altas temperaturas y la humedad reducen el rendimiento del ejercicio prolongado, lo que conduce a la fatiga (35). En un estudio realizado por Binkley et al. (36) se plantea que durante la práctica de ejercicios físicos las altas temperaturas pueden ser un factor de alto riesgo pues provocan cansancio, estrés, y daños a la salud del atleta. Murray (37) también reporta que la hidratación inadecuada en temperaturas altas afecta el rendimiento en las competencias y causa problemas de salud. Para las personas que viven o compiten en este tipo de medio ambiente se recomienda una buena dieta líquida mediante el consumo de una cantidad adecuada de líquido durante las 24 horas que anteceden el evento, en especial en el período entre la última comida y el comienzo del ejercicio, y así evitar la disminución del rendimiento (38).
Se recomienda la ingestión de unos 500 mL de líquido 2 horas antes del comienzo de la actividad física para propiciar una buena hidratación y permitir la excreción del exceso de agua. Además, es aconsejable aumentar la hidratación durante los recesos en el entrenamiento y la ingestión de 1 L a 1.25 L de líquido por cada kilogramo de agua perdido durante el ejercicio (38, 34). Es posible por tanto, evitar la deshidratación o la hipertermia probable y la disminución del rendimiento durante la realización de ejercicios (8, 3). De forma general, la ciudad de Aracaju tiene una humedad relativa del aire del 80 % y una temperatura de 35 ºC, sin embargo, durante la realización del presente estudio estas variables se mantuvieron bajas, y aún así, se observaron afectaciones del estado de hidratación.
Teniendo en cuenta los índices de coloración de la orina antes de la realización de las TC, se observó que todos los grupos presentaban ya signos de deshidratación. Esto ocurre porque los atletas no se hidratan correctamente, lo que conduce a un estado de deshidratación acumulativa y progresiva. La deshidratación ocurre tanto por la sudoración intensa durante la realización de ejercicios físicos y/o por una deficiencia en la absorción de líquido; por lo tanto, es importante determinar los factores que influyen en la calidad de la hidratación (6). Cuando se alcanza un nivel de deshidratación alto, esto significa que el atleta ya se encontraba deshidratado antes del comienzo del entrenamiento o no se hidrató correctamente durante y con posterioridad al mismo por lo que comenzará la sesión subsiguiente con un estado de hidratación malo (39). Cuando no se siguen las recomendaciones relacionadas con la hidratación durante el ejercicio, aparecen los niveles de deshidratación antes del entrenamiento o la competencia. Kutlu y Guler (40) observaron un estado de deshidratación en atletas de taekwondo al analizar la coloración de la orina en la mañana. Otro estudio relacionado con el estado de hidratación previo al juego en un ambiente seco y cálido, en atletas australianos de fútbol, voleibol y baloncesto, demostró, a través de la gravedad específica y coloración de la orina, que el 6 % de los atletas presentaba una deshidratación severa, el 50 % una deshidratación significativa, el 31 % una deshidratación mínima, y el 14 % menos hidratados (41).
Los índices de la coloración urinaria observados luego de la aplicación de las TC demostraron también la existencia de un estado de deshidratación en los atletas, sin tener en cuenta la solución ingerida. Al parecer, la reposición de líquidos no es un hecho aislado entre los atletas de natación de la ciudad de Aracaju. De acuerdo con Armstrong et al. (38), el volumen de líquido que ingieren los atletas de forma voluntaria durante las sesiones de entrenamiento no reemplaza el 100 % del líquido que se pierde con el sudor, en particular cuando se realizan ejercicios de gran intensidad con temperatura ambiente alta, ya que bajo estas condiciones la sudoración y la pérdida de fluidos aumentan. Yeargin et al. (42) encontraron también un estado de deshidratación en jugadores de fútbol americano al evaluar la coloración urinaria durante ocho días de entrenamiento. De forma similar, Tan y Sunarja (43) verificaron un estado de deshidratación en atletas de velas durante el desarrollo de una competencia.
Una observación importante de este estudio fue el porcentaje de clasificación del estado de hidratación basado en la coloración urinaria en los casos de menor hidratación, deshidratación mínima, deshidratación significativa y deshidratación severa propuesto por Casa et al. (33). Los nadadores en el grupo GS post tuvieron afectaciones hídricas menores con relación a los otros grupos al realizarse el análisis del porcentaje de clasificación, o sea, un número menor de atletas se encontraba en un estado de deshidratación significativa o severa después de las TC. Sin embargo, en lo adelante, vale la pena destacar algunos puntos interesantes.
También es bueno señalar que no existe un consenso en la comunidad científica acerca de los métodos ideales para evaluar el estado de hidratación, e incluso existen dudas acerca de la utilización de los índices de coloración urinaria. Armstrong et al. (30), al investigar la validez y sensibilidad de la coloración urinaria como índice del estado de hidratación, observaron en ciclistas hombres entrenados que la coloración urinaria constituye un índice válido para evaluar el estado de hidratación y puede utilizarse con igual o mejor confiabilidad que otros marcadores. Kavouras (44) también reconoce que la coloración urinaria es un marcador efectivo para determinar el estado de hidratación. Al parecer el uso único de un marcador no es suficiente para realizar una evaluación precisa del estado de hidratación, y la coloración urinaria por sí sola no puede ser el marcador del estado de hidratación después de 6 horas de la terminación del ejercicio (45).
Existen además controversias acerca de la efectividad del consumo de bebidas energéticas y de agua (46). En un estudio realizado por Grandjean et al. (47) se verificaron los efectos de la hidratación en hombres sometidos a dos pruebas diferentes de dieta líquida. Los sujetos ingirieron sólo agua en una prueba y no se encontraron diferencias en cuanto a la pérdida de masa corporal entre los grupos. Además, varios estudios confirman que el agua no es el mejor reemplazo de pérdida de fluidos durante el ejercicio. La inclusión de carbohidratos y electrolitos en la rehidratación mejora el grado de absorción intestinal del sodio y del agua, y restaura las reservas de glucógeno, aumentando así el rendimiento en sesiones de ejercicio subsiguientes (34, 39, 48, 49). Maughan y Leiper (35) afirman en su estudio que las bebidas energéticas son más efectivas para la rehidratación. No obstante, Noakes (23) observa que no existen pruebas concluyentes para recomendar este tipo de bebidas. Existe un enorme interés comercial por parte de la industria de bebidas energéticas para sacarle provecho a estas recomendaciones. Lo anterior parece estar mejor justificado cuando el análisis del estado de hidratación se determina por la diferencia en el porcentaje de la masa corporal, en el cual las ventajas del consumo de bebidas energéticas se hace más evidente. En el presente estudio, el mejor porcentaje de la diferencia de pérdida de la masa corporal se obtuvo en el GS, aunque sólo con relación a GC y no con relación a GA.
Bergeron et al. (20), al examinar los efectos del consumo de bebidas energéticas y agua en la masa corporal de jugadores de tenis jóvenes, encontraron una pérdida significativamente menor de la misma cundo se ingirieron bebidas energéticas en una sesión de entrenamiento de 120 minutos de duración. Estos resultados corroboran de forma parcial los hallazgos de Ebert et al. (50) que encontraron una variación negativa de la masa corporal en ciclistas hombres jóvenes luego de una sesión de entrenamiento. Al parecer el consumo de agua asociada con electrolitos reduce al menos la cantidad total de ingestión de líquidos necesarios durante la realización del ejercicio prolongado (51).
Los nadadores de Aracaju mostraron un estado de deshidratación al ser monitoreados por una serie de marcadores de hidratación simples, el índice de coloración urinaria, y el porcentaje de la diferencia de la masa corporal al finalizar las sesiones de entrenamiento. Es posible que la explicación del hecho esté en el hábito que tienen los atletas de no realizar la reposición hídrica en los días de entrenamiento. La ingestión de líquidos durante el desarrollo de una sesión de natación es esencial para mantener un estado de hidratación adecuado. Sin embargo, a pesar de que la ingestión de agua es un buen recurso, el consumo de bebidas energéticas parece desempeñar un mejor papel como reemplazo hídrico. Se sugiere que los nadadores de la ciudad de Aracaju ingieran una mayor cantidad de líquido antes, durante y después de los días de entrenamiento, y se recomienda el uso de bebidas energéticas cuando las condiciones ambientales sean, al menos, similares a las del presente estudio.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
1.Galloway SD. Dehydration, rehydration, and exercise in the heat: rehydration strategies for athletic competition. Can J Appl Physiol. 1999;24(2):188-200.
2. Monteiro CR, Guerra I, Barros TL. Hidratação no futebol: uma revisão. Rev Bras Med Esporte. 2003;9 (4):238-42.
3. Shirreffs SM. The importance of good hydration for work and exercise performance. Nutr Rev. 2005;63 (6):14-21.
4. Aldridge G, Baker JS, Davies B. Effects of hydration status on aerobic performance for a group of male university rugby players. J Exerc Physiol. 2005;8(5):36-42.
5. Cheuvront SN, Haymes EM. Ad libitum fl uid intakes and thermoregulatory responses of female distance runners in three environments. J Sports Sci. 2001;19(11):845-54.
6. Montain SJ. Hydration recommendations for sport 2008. Curr Sports Med Rep. 2008;7(4):187-92.
7. Sawka MN, Montain SJ. Fluid and electrolyte supplementation for exercise heat stress. Am J Clin Nutr. 2000;72(2 Suppl):S564-72.
8. Maughan RJ. Impact of mild dehydration on wellness and on exercise performance. Eur J Clin Nutr. 2003;57(2 Suppl):S19-23.
9. Maresh CM, Gabaree-Boulant CL, Armstrong LE, Judelson DA, Hoffman JR, Castellani JW, et al. Effect of hydration status on thirst, drinking, and related hormonal responses during low-intensity exercise in the heat. J Appl Physiol. 2004;97(1):39-44.
10. Coyle EF. Cardiovascular drift during prolonged exercise and the effects of dehydration. Int J Sports Med. 1998;19(2 Suppl):S121-4.
11. Murray B. Hydration and physical performance. J Am Coll Nutr. 2007;26(5 Suppl):S542-8.
12. Gonzalez-Alonso J, Crandall CG, Johnson JM. The cardiovascular challenge of exercising in the heat. J Physiol. 2008;586(1):45-53.
13. Montain SJ, Coyle EF. Fluid ingestion during exercise increases skin blood fl ow independent of blood volume. J Appl Physiol. 1992;73(3):903-10.
14. González-Alonso J, Mora-Rodríguez R, Below PR, Coyle EF. Dehydration markedly impairs cardiovascular function in hyperthermic endurance athletes during exercise. J Appl Physiol. 1997;82(4):1229-36.
15. Gonzalez-Alonso J, Calbet JAL, Nielsen B. Muscle blood fl ow is reduced with dehydration during prolonged exercise in humans. J Physiol. 1998;513(3):895-905.
16. Gonzalez-Alonso J, Teller C, Andersen SL, Jensen FB, Hyldig T, Nielsen B. Infl uence of body temperature on the development of fatigue during prolonged exercise in the heat. J Appl Physiol. 1999;86(3):1032-9.
17. Coyle EF, González-Alonso J. Cardiovascular drift during prolonged exercise: new perspectives. Exerc Sport Sci Rev. 2001;29(2):88-92.
18. Convertino VA, Armstrong LE, Coyle EF, Mack GW, Sawka MN, Senay LC Jr, et al. American College of Sports Medicine position stand: exercise and fluid replacement. Med Sci Sports Exerc. 1996;28(1):1-11.
19. Marins JCB, Dantas EHM, Navarro SZ. Diferentes tipos de hidratação durante o exercício prolongado e sua influência sobre o sódio plasmático. Rev Bras Cienc Mov. 2003;11(1):13-22.
20. Bergeron MF, Waller JL, Marinik EL. Voluntary fl uid intake and core temperature responses in adolescent tennis players: sports beverage versus water. Br J Sports Med. 2006;40(5):406-10.
21. Jung AP, Bishop PA, Al-Nawwas A, Dale RB. Infl uence of hydration and electrolyte supplementation on incidence and time to onset of exerciseassociated muscle cramps. J Athl Train. 2005;40(2):71-5.
22. Aoi W, Naito Y, Yoshikawa T. Exercise and functional foods. Nutr J. 2006;5(15):1-8.
23. Noakes TD. Drinking guidelines for exercise: what evidence is there that athletes should drink ‘‘as much as tolerable’’, ‘‘to replace the weight lost during exercise’’ or ‘‘ad libitum’’?. J Sports Sci. 2007;25(7):781-96.
24. Montain SJ, Coyle EF. Infl uence of graded dehydration on hyperthermia and cardiovascular drift during exercise. J Appl Physiol. 1992;73(4):1340-50.
25. Oppliger RA, Bartok C. Hydration testing for athletes. Sports Med. 2002;32(15):959-71.
26. Brito ISS, Brito CJ, Fabrini SP, Marins JCB. Caracterização das práticas de hidratação em karatecas do estado de Minas Gerais. Fit Perf J. 2006;5(1):23-9.
27. Shirreffs SM. Markers of hydration status. Eur J Clin Nutr. 2003;57(2 Suppl):S6-9.
28. Maughan RJ, Shirreffs SM. Development of individual hydration strategies for athletes. Int J Sport Nutr Exerc Metab. 2008;18(5):457-72.
29. Armstrong LE, Maresh CM, Castellani JW, Bergeron MF, Kenefi ck RW, LaGasse KE, et al. Urinary indices of hydration status. Int J Sport Nutr. 1994;4(3):265-79.
30. Armstrong LE, Soto JAH, Hacker FT, Casa DJ, Kavouras SA, Maresh CM. Urinary indices during dehydration, exercise, and rehydration. Int J Sport Nutr. 1998;8(4):345-55.
31. Cheung SS, Mclellan TM. Heat acclimation, aerobic fi tness, and hydration effects on tolerance during uncompensable heat stress. J Appl Physiol. 1998;84(5):1731-9.
32. Saat M, Sirisinghe RG, Singh R, Tochihara Y. Effects of short-term exercise in the heat on thermoregulation, blood parameters, sweat secretion and sweat composition of tropic-dwelling subjects. J Physiol Anthropol Appl Human Sci. 2005;24(5):541-9.
33. Casa DJ, Armstrong LE, Hillman SK, Montain SJ, Reiff RV, Rich BS, et al. National Athletic Trainer’s Association Position Statement: fl uid replacement for athletes. J Athl Train. 2000;35(2):212-24.
34. Casa DJ. Exercise in the heat. II. Critical concepts in rehydration, exertional heat ilnesses, and maximizing athletic performance. J Athl Train. 1999;34(3):253-62.
35. Maughan RJ, Leiper JB. Fluid replacement requirements in soccer. J Sports Sci. 1994;12:S29-34.
36. Binkley HM, Beckett J, Casa DJ, Kleiner DM, Plummer PE. National Athletic Trainers’ Association Position Statement: exertional heat illnesses. J Athl Train. 2002;37(3):329-43.
37. Murray R. Rehydration strategies-balancing substrate, fl uid, and electrolyte provision. Int J Sports Med. 1998;19(2 Suppl):S133-5.
38. Armstrong LE, Epstein Y, Greenleaf JE, Haymes EM, Hubbard RW, Roberts WO, et al. American College of Sports Medicine position stand: heat and cold illnesses during distance running. Med Sci Sports Exerc. 1996;28(12):39-60.
39. Carvalho T, Rodrigues T, Meyer F, Lancha Jr AH, De Rose EH. Modifi cações dietéticas, reposição hídrica, suplementos alimentares e drogas: comprovação de ação ergogênica e potenciais riscos para a saúde. Rev Bras Med Esporte. 2003;9(2):43-56.
40. Kutlu M, Guler G. Assessment of hydration status by urinary analysis of elite junior taekwon-do athletes in preparing for competition. J Sports Sci. 2006;24(8):869-73.
41. Finn JP, Wood RJ. Incidence of pre-game dehydration in athetes competing at an international event in dry tropical conditions. Nutr Diet. 2004;61(4):221-5.
42. Yeargin SW, Casa DJ, Armstrong LE, Watson G, Judelson DA, Psathas E, et al. Heat acclimatization and hydration status of American football players during initial summer workouts. J Strength Cond Res. 2006;20(3):463-70.
43. Tan B, Sunarja F. Body mass changes and nutrient intake of optimist class sailors on a race day. J Sports Sci. 2007;25(10):1137-40.
44. Kavouras SA. Assessing hydration status. Curr Opin Clin Nutr Metab Care. 2002;5(5):519-24.
45. Kovacs EM, Senden JM, Brouns F. Urine color, osmolality and specifi c electrical conductance are not accurate measures of hydration status during postexercise rehydration. J Sports Med Phys Fitness. 1999;39(1):47-53.
46. Hill RJ, Bluck LJ, Davies PS. The hydration ability of three commercially available sports drinks and water. J Sci Med Sport. 2008;11(2):116-23.
47. Grandjean AC, Reimers KJ, Haven MC, Curtis GL. The effect on hydration of two diets, one with and one without plain water. J American Coll Nutr. 2003;22(2):165-73.
48. González-Alonso J, Heaps CL, Coyle EF. Rehydration after exercise with common beverages and water. Int J Sports Med. 1992;13(5):399-406.
49. Stachenfeld NS. Acute effects of sodium ingestion on thirst and cardiovascular function. Curr Sports Med Rep. 2008;7(4 Suppl):S7-13.
50. Ebert TR, Martin DT, Stephens B, McDonald W, Withers RT. Fluid and food intake during professional men’s and women’s road- cycling tours. Int J Sports Phys Perf. 2007;2:58-71.
51. Cuddy JS, Ham JA, Harger SG, Slivka DR, Ruby BC. Effects of an electrolyte additive on hydration and drinking behavior during wilfire suppression. Wilderness Environ Med. 2008; 19(3):172-80.
Comentarios recientes