Palabras claves: PRUEBAS/PSICOLOGIA DEPORTIVA/
Título: Pruebas de terreno en psicología del deporte
Autor(es): Lic. Ivonne Rodríguez Calvo*
Lic. Sonnia Rivero Cortés**
Email: ivonner@infomed.sld.cu
URL: http://www.efdeportes.com/efd103/psicologia-del-deporte.htm
Texto completo:
Introducción
Las pruebas de terreno forman parte del psicodiagnóstico en el deporte y constituyen el medio fundamental para el control psicológico del proceso de entrenamiento deportivo. A través de ellas podemos precisar el desarrollo de las cualidades volitivas requeridas en el deporte; el nivel de desarrollo de los componentes psicológicos que se encuentran en la base de la regulación de las diferentes acciones deportivas (saque por zona en voleibol, tiro al aro en baloncesto, etc.); el nivel de eficiencia que posee el deportista en sus percepciones especializadas, sensaciones motoras, etc.
Tienen cono característica común su forma breve y fácil de aplicación y evaluación. Como su nombre indica, son test que se aplican en la propia instalación donde se realiza la actividad deportiva (tatami, ring, colchón de lucha; cancha de baloncesto, tenis, pista de atletismo, piscina, etc.) antes, durante y/o después de la sesión de entrenamiento o competencia.
Durante el proceso de preparación deportiva el entrenador se guía por los resultados que obtiene en los test pedagógicos que efectúa para controlar la efectividad de sus métodos y medios de enseñanza, así como el grado de desarrollo de capacidades motrices, dominio técnico táctico y otros valores concretos de rendimiento. Las pruebas de terreno pueden aportar otras valoraciones que inciden en el aumento o decrecimiento del nivel de preparación deportiva ya que las mismas permiten al entrenador y al propio deportista determinar los niveles de desarrollo que poseen las capacidades psicológicas, la forma en que se asimilan las cargas e informar sobre las deficiencias encontradas y que se requieren superar para mejorar el rendimiento.
Clasificación de las pruebas de terreno
Existen diferentes clasificaciones en la Psicología del deporte de los recursos diagnósticos, atendiendo a los diversos criterios de los autores. Entre ellas se destaca la asumida por Cruz, J y Capdevila, LL (citado por Sáenz, N.) en1998 que considera tres indicadores de respuesta del comportamiento:
- Indicador cognitivo: evalúa aspectos relacionados con las percepciones, cogniciones en general, motivaciones, etc. Ejemplo: prueba de percepción de distancia central, test de valoración de cualidades volitivas.
- Indicador conductual: cuando se obtiene información a través de la observación de lo que hace o dice el deportista. Ejemplo: registro de la eficiencia en tiros libres.
- Indicador fisiológico-bioquímico: cuando se obtiene información psicológica a partir de técnicas fisiológicas o bioquímicas. Ejemplo: pulsometría con imagen evocada, niveles de lactato, hormonas, etc.
Nosotros preferimos asumir una clasificación de carácter más práctico que considera los objetivos que persigue el test al aplicarse en el terreno.
I. Pruebas de terreno para evaluar la respuesta psicológica a las cargas de entrenamiento
La forma más común de medir este parámetro ha sido el cuestionario autovalorativo. A través de este método indirecto se utiliza la expresión verbal o escrita de las sensaciones y opiniones del deportista, de forma estandarizada o no, como un indicador “subjetivo” del objeto de estudio.
El más utilizado de estos cuestionarios ha sido el inventario autovalorativo Perfil de estados de ánimo de Mc Nair (POMS) en su forma breve que mide entre otros factores la fatiga-inercia, representando el ánimo de cansancio, inercia y nivel de baja energía. Se aplica antes y después de la carga y se ha encontrado por varios autores un aumento significativo en la escala fatiga-inercia en los atletas que eran sometidos a períodos de elevadas cargas de trabajo.
Barrios, R. del Departamento de Psicología del Instituto de Medicina del Deporte de Cuba desarrolló una escala autovalorativa basada en el POMS con resultados positivos en eventos de atletismo. La misma evalúa las siguientes sensaciones:
A = tenso, inquieto, ansioso.
D = triste, desanimado, deprimido.
H = molesto, furioso, irritado.
V = enérgico, alegre, vigoroso.
F = agotado, cansado, fatigado.
C = inseguro, desorientado, confundido.
Para evaluar los efectos que la carga produce en el organismo se ha utilizado también como prueba de terreno las escalas de percepción del ejercicio, siendo la más notable la de G. Borg que plantea que la misma puede ser utilizada para determinar la cantidad de esfuerzo físico experimentado mientras se ejecuta una tarea de exigencia física.
Instrumento muy semejante al POMS es la escala EFI (Induced Feeling Inventary) basada en que las propiedades estimulantes de la actividad física son capaces de producir varios estados diferentes de sentimientos. El autor plantea que la mayoría de los instrumentos existentes se han preocupado de los aspectos negativos (ejemplo la única escala positiva del POMS es el vigor) y que esto es una limitación ya que existen investigadores que han sugerido que el ejercicio puede estar más fuertemente relacionado con aspectos positivos y negativos (Gauvin, B. 1993). Este inventario incluye 4 áreas de contenido conceptualmente relevantes: revitalización-tranquilidad-ajuste positivo-agotamiento físico.
Otro instrumento que ha sido utilizado con este fin es el PSS (Perceived Strain Scale) elaborado por P. Scott que considera tanto las demandas de trabajo como la capacidad individual observada para cubrir dichas demandas. Consta de dos escalas, una para valorar las demandas de la tarea y otra para el esfuerzo percibido por el deportista.
Rodríguez I y col. Encontraron diferencias significativas en cuanto a la capacidad individual para cubrir el trabajo y los diferentes tipos de cargas estudiados.
La Frecuencia Crítica de Fusión Ocular es un método objetivo utilizado como prueba de terreno para diagnosticar la fatiga. A través de un aparato denominado Fatigtest se mide esta función psicofisiológica que varía de acuerdo a los efectos de las cargas de trabajo y en particular de la fatiga y que nos señala los niveles de activación del Sistema Nervioso Central antes y después de la carga de entrenamiento. Existen cifras establecidas ya como indicadores de fatiga como resultado de numerosas investigaciones realizadas con este método.
Los resultados de las pruebas mencionadas le brindan al entrenador una información valiosa para la dosificación de las cargas de entrenamiento y la recuperación después de las mismas.
II. Pruebas de terreno para evaluar la concentración de la atención
Tabla numérica de Grill: Consta de 38 dígitos que el atleta debe señalar en orden consecutivo desde el 1 hasta el 38. Se cuentan la cantidad de dígitos vistos a los 30″, 60″ y 90″. Se puede aplicar antes y después de la carga de entrenamiento para determinar las variaciones en la concentración como resultado del trabajo realizado.
Existen varias versiones de la misma que se aplican indistintamente para evitar los efectos del aprendizaje.
Medición del tiempo de concentración de la atención: Muy utilizado en los deportes de pesas y clavados y en los tiros libres en baloncesto, el saque en voleibol. Con la ayuda de un cronómetro se toma el tiempo transcurrido desde que el deportista se coloca en la posición requerida para iniciar la acción hasta el momento en que realiza el primer movimiento para ejecutar la misma. Deben realizarse no menos de 30 mediciones para determinar el tiempo óptimo de concentración de la atención.
González, l. G. ha registrado el tiempo de concentración en saltadores y considera que la mayor aproximación al promedio típico y la disminuida variabilidad intersaltos (bajo coeficiente de variación) constituyen indicadores favorables de forma deportiva, mientras tiempos prolongados muy cortos y/o variables de un salto a otro, expresan dificultades en la preparación.
De cualquier manera, debe tenerse presente que el tiempo de concentración de la atención es individual y que existen deportistas de clavados y pesas que tienen tiempos de concentración cortos o prolongados y realizan exitosamente sus ejecuciones por lo que lo más importante es determinar el tiempo óptimo de concentración de la atención, que sería aquel con el que se desempeña exitosamente en la realización de las acciones correspondientes a su deporte.
III. Pruebas de terreno para evaluar las capacidades coordinativas
Generalmente se utilizan los llamados test deportivos motores.
Test de Balance estático: Parado sobre una pierna, con los ojos cerrados y los brazos a la altura de los hombros, debe mantenerse en esa posición durante 60″. Se alterna con ambas piernas y se detiene la prueba si el deportista pierde el equilibrio. Se tiene en cuenta el tiempo que se mantuvo en esa posición.
Test de Balance Dinámico: Se dan 5 giros hacia la derecha e izquierda, después caminar sobre una línea recte de 2 metros con los ojos cerrados. Se toman en cuenta las desviaciones durante el recorrido.
Tapping Test: Existen varias versiones de esta prueba (con seis, cinco y cuatro áreas). Se utiliza para estudiar la capacidad del deportista para imponer un ritmo de ejecución sobre la base de la fuerza de sus procesos de excitación e inhibición. En la versión utilizada por nosotros (5 áreas) el deportista debe golpear con un estilete sobre un cuadrante durante 10″ a diferentes ritmos.: ritmo normal- ritmo rápido- ritmo normal- ritmo lento-ritmo normal.
Se cuentan la cantidad de golpes dados en cada ritmo y se analizan las diferencias entre los mismos.
Un ritmo cómodo que se encuentre por debajo o por encima de los valores obtenidos en situaciones similares pudiera ser un indicador de posibles alteraciones que amenacen el óptimo de excitación para el desempeño. Pasar del ritmo cómodo al rápido requiere explosividad y disposición energética. González, L. G. ha encontrado incrementos medios de 40 puntos de los hombres asociados a potenciales de excitación fuertes y de 35 puntos en mujeres en eventos de salto. Nosotros hemos encontrado un incremento de 30 puntos en mujeres de Gimnasia Artística. De cualquier manera el ritmo de incremento no debe ser inferior al doble de los puntos alcanzados con el ritmo cómodo y debe tenerse siempre en cuenta que estos valores son muy individuales, y lo más importante es comparar al sujeto consigo mismo en diferentes ejecuciones y teniendo en cuenta las etapas de preparación deportiva. El ritmo lento debe ser alrededor de la mitad del primer ritmo cómodo, con un error admisible de tres puntos por exceso o por defecto. Diferencias mayores pueden estar asociadas a dificultades para regular la excitación debido a potenciales de inhibición insuficientes. Generalmente en la medida en que el sujeto se acerca a su forma deportiva, la diferencia entre los tres ritmos cómodos se acerca a 0.
Prueba de percepción de los esfuerzos musculares: mediante un dinamómetro manual se le pide al deportista la realización del máximo esfuerzo con su mano dominante y luego se le solicita la ejecución de la mitad de ese esfuerzo. Se aplica antes y después de la sesión de entrenamiento. De las desviaciones pueden inferirse tendencias a la sobreexcitación (errores en sentido positivo) o a la excitación disminuida (errores en sentido negativo).
Prueba de tiempo de reacción ante la arrancada: (para eventos de velocidad en atletismo): Mediante un rudimentario dispositivo acoplado al bloque y al revólver de arrancada se puede estimar los tiempos promedios de las reacciones y sus oscilaciones y conjuntamente con entrevistas y observaciones se puede determinar el foco de atención del velocista a la hora del disparo.
Prueba para valorar la capacidad de reacción compleja en deportes de combate: Se seleccionan tres movimientos técnicos de judo, lucha, o boxeo y tres colores diferentes (rojo, amarillo, azul). Ante la presentación de cada color el deportista debe realizar el movimiento técnico seleccionado para el mismo. Se mide el tiempo de reacción entre la aparición del color y el inicio de la acción. Se realizan alrededor de 15 aplicaciones en forma aleatoria. Se aplica al inicio de la sesión de entrenamiento.
IV. Pruebas de terreno para evaluar las percepciones especializadas
Prueba de estimación del tiempo: La percepción del tiempo se ve comúnmente influida por los estados interiores del deportista por lo que muchos autores la han empleado para conocer el nivel de autocontrol y de estados situacionales de ansiedad. Se aplica antes de la competencia o de la sesión de entrenamiento para determinar estos estados. También puede realizarse después de la sesión de entrenamiento para valorar los efectos de la carga recibida sobre esta percepción.
Prueba de percepción de la distancia central y periférica: En lugar de utilizar el cajón de profundidad manual de Gober o el campímetro, se llevan a cabo mediciones en el terreno con sujetos de referencia con camisetas deportivas de diferentes colores que se sitúan en diferentes puntos del terreno. Se anotan las diferencias entre la posición en que el examinado percibe al sujeto y aquella en que se encuentra en realidad. Resultan de gran utilidad en equipos deportivos como baloncesto, fútbol, balonmano donde el deportista enfrenta durante el juego a contrarios con camisetas de diferentes colores. Investigaciones realizadas por Sáenz, N. encontraron que la diferencia de color de la camiseta introducía cambios en los resultados de las pruebas.
V. Pruebas de terreno para evaluar estados emocionales
Las más utilizadas son las escalas auto valorativas para determinar el estado de ánimo antes de las competencias, donde el deportista debe valorar su estado en una escala de 4 o 5 puntos que van desde excelente hasta pésimo.
También se utiliza el termómetro para evaluar la precisión del pulso y la amplitud de los movimientos involuntarios como indicadores de los estados emocionales del deportista.
VI. Prueba para evaluar la disposición hacia el entrenamiento
Existe una prueba creada por V.A. Bulkin y I. V. Ivanova que parten del supuesto de que la disposición es una premisa indispensable de la actividad exitosa y efectiva del hombre. Elabora un método de autovaloración subjetiva con los siguientes indicadores:
- Autosentir (S).
- Estado de ánimo (H).
- Deseos de entrenar (Zht).
- Disposición hacia la actividad de entrenamiento (Gt).
Como índices objetivos utiliza: motivación, esfuerzos óptimos y máximos de los deportistas e índices de la actividad tempo-ritmo.
Es importante señalar que el registro de indicadores conductuales a través de la observación como la eficiencia en tiros libres en baloncesto, la efectividad del saque en voleibol de playa y de sala, el contenido e intencionalidad de la comunicación, etc., constituye uno de los instrumentos más eficaces para utilizar en el terreno.
Condiciones para la realización de las pruebas de terreno
Para confeccionar y aplicar una prueba de terreno debe tenerse presente lo siguiente:
- Las tareas a realizar en la prueba deben acercase lo más posible a las que realiza en la actividad real que requieren del parámetro psicológico a medir.
- Los objetivos de la prueba deben ser explicados al deportista, así como la tarea a realizar debe ser comprendida por este puesto que lo que se comprende se acepta más fácilmente y moviliza mejor la disposición del sujeto para los esfuerzos.
- Claridad de las instrucciones: es necesario explicar y demostrar el contenido de la tarea, insistir en que se está evaluando una condición, proceso, estado, etc. y que por ello se debe prestar máxima atención al realizar la prueba.
- Similitud en las condiciones de prueba: deben existir condiciones semejantes para todos los deportistas en cuanto a instrucciones, materiales, terreno, horario de pruebas.
- En el caso de valoraciones sobre aspectos personales se debe garantizar la discreción y el anonimato, y apelar siempre a la honestidad en las respuestas, aclarando de que de no ser así, los resultados pueden conllevar a errores de análisis por parte del entrenador o psicólogo y por lo tanto a errores en la planificación de las tareas de entrenamiento que se tracen con el objetivo de superar las dificultades confrontadas en la prueba.
- Condiciones de terreno: se deben garantizar las condiciones idóneas en la sala deportiva o terreno al aire libre que permita llevar a cabo la tarea que conlleve la prueba. Si es un local cerrado contar con buena iluminación, ventilación y silencio con el fin de favorecer la concentración de la atención en la tarea.
Bibliografía
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- Barrios, René. (2005). El perfil autovalorativo emocional: un instrumento para evaluar el estado de ánimo en deportistas. Trabajo presentado en Forum Científico Técnico del Instituto de Medicina del Deporte. Ciudad Habana, Cuba.
- Fraisse, P. (1967). Manual práctico de Psicología Experimental. Edic. Revolucionaria La Habana,
- Gauvin, L. y Rejeski, W. (1993). The Exercise-Induced Feeling Inventary: Development and initial validation. Journal of Sport Exercise Psychology. 15 (p.403-423).
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- Rodríguez. I, S. Rivero y J. A. Martínez (2002). El uso de la escala PSS para valorar la respuesta psicológica a las cargas de entrenamiento. En: Perspectivas Psicológicas. Universidad Autónoma de Santo Domingo. Vol. 2. Año III. pp. 49-54.
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