Palabras claves: PSICOLOGIA/ COMUNICACION/ ENTRENADORES DEPORTIVOS/ DEPORTISTAS

Título: Comunicación, Entrenador, Deportista. (Primera parte)

Autor(es): Dr. Francisco García Ucha

Email: ucha@infomed.sld.cu

URL: http://www. psicodeporte.nu/boletin13.html

Resumen

La persona que más influye sobre el deportista es el entrenador, debe tener presente las premisas y condiciones psicológicas para una exitosa comunicación, y es por medio de esa comunicación que el entrenador puede ejecutar entre el 50 – 70 % de las tareas con el deportista. En su relación con el deportista es donde se consolidan las condiciones para obtener los rendimientos propuestos en los entrenamientos y competencias. Desde la Psicología del Deporte, se deben enseñar los principios de un enfoque positivo del entrenamiento que incluya el perfeccionamiento del estilo de comunicación de los entrenadores con los deportistas y, de esta forma, mejorar su rendimiento deportivo y la autoconfianza. Para mayor información le recomendamos la lectura analítica del texto completo.

Texto

completo:

Debemos de reconocer que el seno de las relaciones interpersonales entre el entrenador y el deportista se consolidan las condiciones para obtener los rendimientos propuestos en los entrenamientos y competencias.

Estas relaciones interpersonales: entrenador deportista se efectúa por medio de la comunicación.

La comunicación puede ser definida como un proceso complejo, de carácter social e interpersonal, en el que se lleva a cabo un intercambio de información, verbal o no verbal, se ejerce una influencia reciproca y se establece un contacto en el ámbito racional y emocional entre los participantes. D. Zaldivar (2001).

En observaciones realizadas podemos constatar que un 50 al 70% de la tarea del entrenador con el deportista se ejecuta por medio de la comunicación. F. Gracia Ucha (2000).

Se incluyen aquí las orientaciones para la realización de los ejercicios, los mensajes que instan a la elevación de los esfuerzos, las señales para incrementar la motivación del deportista, el sostenimiento de las acciones, el grado de activación frente a las demandas de las tareas deportivas, la regulación o rectificación de la ejecución motriz, la técnica y la táctica durante las condiciones de entrenamiento y competencia.

La valoración del comportamiento del deportista, sus ejecuciones y operaciones en el transcurso de las tareas deportivas, se traslada por el entrenador por medio de la comunicación verbal y no verbal.

El entrenador recibe además la retroalimentación necesaria por parte del deportista de los efectos que están ocasionando los ejercicios y las respuestas a sus mensajes.

De manera, que mediante la comunicación se cubren varias funciones.

1. Brindar información y mediante ello intercambiar experiencias y conocimientos.

2. Regulación de la conducta, donde se pone en evidencia la influencia mutua entre quienes se comunican.

3. Valoración afectiva entre las personas que se comunican.

El proceso de comunicación resulta de una significación tan elevada que se considera como una de las claves fundamentales de la formación y modificación de la personalidad del hombre. F. González rey (1999).

De lo anteriormente planteado, resulta que el concepto de comunicación, sus peculiaridades y la búsqueda de las formas más efectivas de llevarla a cabo este presente en toda actividad humana y muy especialmente en las actividades formativas en las que se incluye el deporte.

Desde la Psicología del Deporte, destaca J. Cruz Feliú (1999) se deben enseñar los principios de un enfoque positivo del entrenamiento que incluya el perfeccionamiento del estilo de comunicación de los entrenadores con los deportista y, de esta forma, mejorar, además de su rendimiento deportivo, la autoconfianza, el clima de motivación.

Comunicar no es simplemente informar, conlleva un proceso más complejo que abarca la comprensión del receptor, su interpretación adecuada y la toma de decisión consecuente con el contenido de la comunicación recibida.

En ello interviene la forma en que es considerado el significado del mensaje, el contexto social que tipifica la relación entre los que se comunican y el hecho de que tanto la emisión como la recepción y la consiguiente retroalimentación ocurren de manera integrada en un mismo momento.

Pensemos en el papel activo que la personalidad de cada persona despliega. La personalidad facilita de forma activa el “filtraje”, pudiéramos decir, la interpretación de los mensajes y la valoración de las condiciones en que se realiza la comunicación incluyendo a quien comunica y con la cual debe interactuar el receptor.

Se comprobó que en el proceso de comunicación, las palabras empleadas no tienen un peso tan significativo como le puede constituir el sonido de la voz y el lenguaje corporal de quien emite la comunicación.

Los expertos nos argumentan que sólo un 10% de lo trasmitido por medio de la palabra es tomado en consideración por el receptor.

Mientras el sonido con que expresamos nuestras palabras ocupa un 30% de lo que interpreta el receptor del mensaje y un 60 % se relaciona con los aspectos gestuales.

Por ello, la congruencia entre lo trasmitido, el tono de la voz, y el lenguaje corporal determinan en mucho que el mensaje sea comprendido con claridad, o sea interpretado de forma incorrecta e incluso causar reacciones emocionales negativas.

El fin de la comunicación estriba en que el mensaje sea comprendido y con ello revele una interiorización de los significados trasmitidos.

Como en toda comunicación, los deportistas reaccionan por ejemplo, en las competencias, especialmente ante las formas de expresión mímicas y gestuales de los entrenadores de una manera extremadamente sensible y se motivan fuertemente o pierden las energías al igual que en todos los periodos del entrenamiento.

El entrenador debe tener presente las premisas y condiciones psicológicas para una exitosa comunicación, considerando las expectativas de los deportistas.

Una elevada habilidad para comunicarse por parte del entrenador, incluye la capacidad de insertar las informaciones correctas en el momento oportuno, no basta, sin embargo, para una exitosa dirección.

La comunicación efectiva presupone un conocimiento, lo más exactamente posible, de las formas de reacción y comportamiento de los deportistas, en especial después del éxito o el fracaso en la competencia. Lo que exige del entrenador conocimientos sobre el empleo de intervenciones psicológicas, y por tanto, da por sentado una concordancia de las medidas de asesoramiento entre todo el staff de entrenadores que asiste a la competencia y exige niveles de responsabilidad claramente definidos de cada uno de ellos, o sea el jefe de entrenadores, el preparador físico y otros miembros.

Un estudio realizado por Frester (1995), con 120 deportistas de alto rendimiento procedentes de 8 deportes olímpicos sobre el grupo de problemas que pueden tener consecuencias en el proceso de comunicación permitió reconocer diferentes dificultades en las habilidades de los entrenadores como comunicadores.

Más del 80% de los deportistas cuestionados plantearon que el flujo de información era unilateral. Aproximadamente el 82% de las informaciones (indicaciones correctivas, reglamentaciones, reglas sobre el comportamiento, explicaciones sobre el decurso de los movimientos, exigencias sobre el comportamiento de acuerdo con las normas) son comunicadas frecuentemente al deportista por el entrenador a partir de un comportamiento autoritario.

Sólo el 18% de las retroalimentaciones tienen lugar del deportista a los entrenadores sobre situaciones de actualidad, preocupaciones, miedos, causas de errores sufridos, deseos de lograr un comportamiento determinado y otras más.

Estas deficiencias en el comportamiento comunicativo de los deportistas se experimenta con insatisfacción, son causas de conflicto y determinan estados emocionales negativos.

En resumen los problemas por orden de frecuencia fueron:

a) Flujo unilateral de informaciones
b) Inventario diferenciado de señales
c) Concepciones incongruentes
d) Demasiado instructivo
e) Poco comprensivo
f) Transformación insuficiente de la información.

La no correcta comunicación entre el entrenador y el deportista, argumentan estos últimos conducen a malos entendidos y a inseguridades e inhibe o retrasa la toma de decisiones.

Se calcula que un 70% de los conflictos que aparecen entre entrenadores y deportistas se relacionan con las incorrecciones y carencias de la comunicación.

Por ejemplo, los deportistas que reciben mas comunicación de parte del entrenador se sienten premiados, mientras que quienes reciben menos mensajes se sienten menos satisfechos en sus tareas deportivas.

Los últimos en enterarse de los acontecimientos, noticias u orientaciones están más insatisfechos que aquellos que se enteraron primero.

De igual forma, los que tienen menos oportunidades de ser escuchados estarán como tendencia menos satisfechos.

Las cualidades personales que se manifiestan en la comunicación y pueden ocasionar conflictos según F. García Ucha (2000) son:

• En los entrenadores:

– Ausencia de dominio de sí, incapacidad de esperar el resultado final de los planes.
– Incapacidad para realizar un análisis.
– Indisciplina.
– Ausencia de aspiraciones y perseverancia en la adquisición de los objetivos planteados.

• En los deportistas:

– Negligencia e incapacidad para subordinarse.
– Indisciplina.
– Ausencia de valentía, de la capacidad de enfrentar los riesgos.
– Incapacidad de soportar las cargas máximas de entrenamiento.
– Falta de voluntad para sacrificarse a los intereses del equipo, e ir en su ayuda.

Revisado y actualizado por: Lic. Maritza G.O (11/11/04)