Palabras claves: RODILLA/DOLOR/TRATAMIENTOS

Titulo: Problemas de rodilla

Autor: Dr. Fernando Serrano

URL: http://www.pulevasalud.com/subcategoria.jhtml?ID_CATEGORIA=100797&RUTA=1-747-1159-2203-100797&ABRIR_SECCION=747#

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La rodilla es un complejo anatómico de los miembros inferiores imprescindible para el desplazamiento de nuestro cuerpo. Este complejo dota de estabilidad y ductilidad a las extremidades inferiores. La mayor parte de los deportes utilizan de forma capital las piernas es por ello que las consultas de los médicos especialistas en el aparato locomotor estén llenas de futbolistas, tenistas, corredores, jugadores de basket, ciclistas y otros con problemas de rodilla. Para el tratamiento y la prevención de las lesiones de rodilla es muy importante que el deportista conozca la composición y el funcionamiento de esta articulación. Problemas meniscales, tendinosos y de las bursas y problemas rotulianos son explicados en el texto completo por lo que le recomendamos su lectura analítica.

La rodilla es, más que una simple bisagra, un complejo anatómico” de los miembros inferiores imprescindible para el desplazamiento de nuestro cuerpo. Este complejo dota de estabilidad y ductilidad a las extremidades inferiores.

1. Estructura

2. Problemas meniscales

3. Problemas tendinosos y de las bursas

4. Problemas rotulianos

1. Estructura

Si nos paramos a considerar que la mayor parte de los deportes utilizan de forma capital las piernas, entenderemos que las consultas de los médicos especialistas en el aparato locomotor estén llenas de futbolistas, tenistas, corredores, jugadores de basket, ciclistas y otros con problemas de rodilla.

Para el tratamiento y la prevención de las lesiones de rodilla, tanto si son de causa traumática como por sobreentrenamiento, es muy importante que el deportista conozca la composición y el funcionamiento de esta articulación. En su estructura encontramos:

Huesos: Fémur, tibia, peroné y rótula.

Cartílagos: Cartílago rotuliano y los meniscos intemo y externo.

Bursas: Suprarrotuliana, infrarrotuliana y otras situadas entre tendones de los músculos que se insertan en esta articulación.

Ligamentos: Ligamentos laterales interno y externo, y ligamentos cruzados anterior y posterior.

Músculos: Cuádriceps (recto anterior, vasto interno y vasto externo), músculos isquiotibiales, músculos de la pata de ganso superficial y cintilla iliotibial.

Siempre debemos pensar que este “complejo anatómico” (rodilla) realiza miles de gestos al dia, diferentes muchos de ellos en intensidad y forma, tanto en nuestra vida profesional como deportiva. Por todo ello es de capital importancia tener la idea de estructuras antes mencionadas al trabajo que les pedimos.

2. Problemas meniscales

Los meniscos son una especie de almohadillas, estructuras cartilaginosas que se sitúan entre el fémur y la tibia, para amortiguar los impactos entre ambos huesos. Tenemos dos en cada pierna, uno interno (en forma de C) y otro externo (en forma de 0). Se pueden alterar bien por gestos bruscos (giros) o por aumentos bruscos de la carga de trabajo, lo que provoca múltiples microtraumatismos.

Si el daño producido en el menisco no es muy grande (lo que ocurre por ejemplo con las parameniscitis o meniscitis que sería algo así como una “infamación” del menisco), éste tiene cierta capacidad de regeneración. Pero si la alteración es severa (rotura meniscal), lo habitual es que se tenga que realizar una intervención quirúrgica para extirpar el menisco, total o parcialmente (meniscectomia total o parcial).

En la actualidad casi todas estas intervenciones se realizan por vía artroscópica, sin necesidad de tener que “abrir” la rodilla.

El dolor meniscal suele aparecer de repente, se acompaña habitualmente de bloqueos articulares (la rodilla se queda “engatillada”) y de derrame articular. En ocasiones el dolor se presenta en la cama al cambiar de postura.

Recomendaciones

– Estudiar el grado de lesión menisco. Se realiza mediante la exploración clínica, y la prueba diagnóstica más utilizada en la actualidad es la Resonancia Nuclear Magnética.

– Disminuir la carga de trabajo.

– Utilizar hielo local, siempre envuelto en un paño para que no nos queme la piel.

– Las técnicas electroterápicas más utilizados son la magnetoterapia, el láser, la onda corta y los ultrasonidos.

3. Problemas tendinosos y de las bursas

Alrededor de la rodilla se localizan varios tendones (el tendón es la porción del músculo que se inserta en el hueso). Las lesiones tendinosas suelen producirse por sobrecarga. Conviene recordar que algunos de estas tendones intervienen en el mantenimiento de la postura, es decir el simple hecho de estar 1 ó 2 horas haciendo una cola de pie, incluso sin movimiento, los “carga”.

Lo bueno de este tipo de lesiones es que nos van “avisando”, primero notamos cómo se va cargando la zona y si continuamos entrenando desoyendo esta señal de alarma, acabaremos con el tendón lesionado, y lo malo es que pone a prueba nuestra inteligencia (solemos quedar en evidencia…)

El dolor tendinoso suele empezar de forma gradual, insidiosa, aparece al inicio del entrenamiento y disminuye cuando se “está caliente”. El dolor suele ir precedido de contractura o bien de “sensación de músculo cargado”.

En los días previos a la aparición de las primeras molestias es habitual encontrarse con aumentos de la intensidad o volumen de trabajo, disminución del periodo de reposo (es cuando el organismo aprovecha para regenerarse) o bien cambios bruscos en la superficie de entrenamiento.

Las lesiones más frecuentes, son la inflamación del tendón (tendinitis) y la rotura parcial o total del tendón, bien por un traumatismo importante o bien por el agravamiento de una tendinitis. Los tendones se comportan como “sogas” que pasan por una argolla. De mucho pasar las sogas se deshilachan de igual manera que el tejido tendinoso se desestructura.

Así, la finalidad del tratamiento no debe ser la desaparición del dolor, sino la regeneración del tejido dañado (volver a hilar los hilillos de la soga) y eso, como comprenderéis, lleva su tiempo. Alrededor de las inserciones tendinosas se encuentran las bursas, que son como “bolsitas de aceite” que nuestro organismo se ha procurado para favorecer el deslizamiento, actúan como si fueran lubricantes. En ocasiones se inflaman y aparecen las lesiones más típicas de estas estructuras, las bursitis.

El diagnóstico y tratamiento es superponible al de las tendinitis. Las lesiones tendinosas las podemos diagnosticar con la exploración clínica de un experto, la ecografía y la resonancia nuclear magnética.

Lesiones tendinosas más frecuentes y su localización

– Tendinitis rotuliana. Borde superior o inferior de la rótula.

– Tendinitis de la “pata de ganso superficial”. Zona interna de la rodilla.

– Tendinitis de la cintilla iliotibial o “rodilla del corredor”. Zona externa de la rodilla.

– Tendinitis de los músculos isquiotibiales. Zona posterior de la rodilla.

– Bursitis suprarrotuliana. Borde superior de la rótula.

– Bursitis infrarrotuliana. Borde inferior de la rótula.

Recomendaciones

– Bajar el volumen y la intensidad del entrenamiento.

– Evitar las superficies excesivamente blandas (la fase de impulsión es más costosa) y las muy duras (la deficiente absorción de] impacto provoca pequeños microtraumatismos).

– Calentar con mallas o chándal, hay que procurar tener siempre una película de calor alrededor de los tendones.

– Introducir estiramientos en el calentamiento.

– Descartar problemas graves de prono-supinación.

– Utilizar hielo local, siempre envuelto en un paño.

– Las técnicas eletroterápicas más utilizadas son la onda corta, los ultrasonidos y el láser.

4. Problemas rotulianos

La rótula es un hueso situado en la parte frontal de la rodilla, incluido dentro del tendón del cuádriceps. ¿Y para qué vale un hueso ahí puesto? Pues entre otras tiene la importantisima misión de aumentar el brazo de palanca del cuádriceps, al hacer que el tendón discurra más alejado del eje de la rodilla, actuando de modo similar a una polea.

Las lesiones rotulianas más frecuentes son:

– Las fracturas rotulianas, tras traumatismos frontales.

– Las luxaciones rotulianas, son las salidas de la rótula de ubicación natural, también tras traumatismos o giros bruscos.

– La condromalacia rotuliana es el desgaste del cartilago de la rótula. Entre la rótula y el fémur se encuentra dicho cartilago rotuliano. Su función es la de evitar que cizalle un huso con el otro. Al nacer este cartílago es liso y brillante. En ocasiones por aumentos bruscos de la carga, por mal alineamiento de la rótula o bien por una disminución de la fuerza del cuádriceps, el cartílago se lesiona, se raya se vuelve rugoso y aparece el dolor de la llamada condromalacia rotuliana.

El dolor rotuliano se suele acompañar de crujidos (como “pisadas en la nieve”) cede en reposo y es más vivo al comenzar el entrenamiento que cuando se está caliente. No suele aparecer de repente sino de forma insidiosa. Es muy característico que duela al bajar las escaleras y al realizar flexiones forzadas de la rodilla.

El diagnóstico se suele realizar con la exploración médica y con la resonancia nuclear magnética. Existen cuatro grados en cuanto a la gravedad del daño del cartílago que van del grado 1 (ligero abombamiento del cartílago) hasta el grado IV (aparición de úlceras que socavan todo el espesor del cartílago).

Recomendaciones

– Descartar alteraciones congénitas de la rótula.

– Disminuir la carga de trabajo.

– Utilizar hielo local. Potenciar la musculatura del cuádriceps (con isométricos en 0 grados-pierna estirada, banco de cuádriceps con ejercicios entre 0 y 30 grados o bien trabajando con isocinéticos, ejercicios para los que se precisan maquinas especiales).

– Las técnicas electroterápicas más utilizadas son la onda corta, la magnetoterapia y los ultrasonidos.

Revisado y actualizado por: Lic. Maritza G.O (30/11/04)