Palabras claves: NIÑOS DE EDAD TEMPRANA/MOTRICIDAD
Título: La actividad motriz del niño de 2 a 3 años.
Autor: Dra. C. Catalina González Rodríguez
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La etapa de 2 a 3 años en el niño es muy importante, se encuentra en el limite entre la edad temprana y preescolar. En esta primera etapa ocurre un crecimiento acelerado en su organismo e importantes logros en el desarrollo, fundamentalmente en la esfera motriz donde la dependencia del adulto disminuye, su motricidad es más compleja con la incorporación de nuevas formas de movimiento, donde se aprecian los primeros indicios de la carrera y el salto, observándose un avance cualitativo lo cual se denomina explosión motriz.
El grupo de 2 a 3 años marca el limite entre la edad temprana y preescolar. En esta primera etapa de la vida del niño ha ocurrido un crecimiento acelerado en el organismo y se destacan importantes logros en el desarrollo, fundamentalmente en la esfera motriz.
A los 3 años la denominada -crisis del desarrollo- da lugar a una “autonomía” en el niño que antes no existía. La dependencia del adulto disminuye, lo que no significa que el niño necesite de este. Los niños comienzan a incorporar nuevas formas de movimiento y los expresan con mayor independencia, pero como algunos de estos movimientos no están totalmente logrados (subir y bajar escalones, saltar desde pequeñas alturas, caminar por planos elevados), el adulto interviene y en muchos casos con exceso de directividad, limitando las posibilidades del niño. Este echo muchas veces trae como resultado conflictos con el pequeño, agudizando más la crisis del desarrollo mencionada. En este sentido debemos procurar brindar al niño nuestra confianza y proporcionarle la mayor seguridad posible en los lugares y objetos donde actúa, sin limitar o interrumpir de forma brusca sus movimientos. Podemos ofrecerle a los pequeños diferentes niveles de ayuda cuando lo requieran, y preferentemente incorporarnos a sus tareas y juegos, no para darles todo el tiempo la respuesta o solución a las mismas, sino estimulándoles ejecuciones con esfuerzo propio y brindándoles la suficiente motivación.
En este grupo de edad se destaca también una mayor incidencia del segundo sistema de señales, pues el lenguaje del niño se enriquece aumentando el vocabulario y hay una mejor comprensión del lenguaje del adulto. Este aspecto es considerado en la acción pedagógica, ya que permite hacer propuestas a los niños para la realización de tareas motrices y juegos con acompañamiento de frases o palabras en metáforas, lo que incentiva además la motivación del niño para la realización de las mismas, ejemplos: Caminar como el perro, saltar como la pelota. Si además se le sugiere al niño que emita frases o sonidos que acompañen el movimiento propuesto, se logra un mejoramiento de su sistema respiratorio en proceso de desarrollo, pues al pronunciar un sonido, se expulsa con mayor facilidad el oxigeno, evitando retención del mismo durante la ejecución de determinado movimiento, facilitando así un mejor ritmo respiratorio.
En la medida que se desarrolla el lenguaje y el pensamiento del niño, se modifica cualitativamente la comprensión del lenguaje del adulto, el pequeño no solo comprende sino que comienza a escuchar con interés (es el período de formación del lenguaje activo). En este sentido las tareas motrices pueden ser propuestas al niño haciendo referencia también a partes de su cuerpo y formas de actuar con estas, ejemplo: caminar apoyando las manos y los pies: como camina el perro, saltar con las dos piernas imitando el salto de la pelota.
La capacidad de desplazamientos que tiene el niño de este grupo de edad es una adquisición que aumenta el desarrollo de la orientación. Esto permite además, incorporar a la tarea propuesta en el ejemplo anterior, indicaciones que orienten al niño en el espacio: Ejemplo: caminar apoyando pies y manos (como el perro), hacía adelante, hacía atrás, a un lado y el otro, Saltar con las dos piernas: como la pelota, hacía arriba, hacía adelante.
Como se ha podido apreciar en los ejemplos citados, cuando el niño avanza en este grupo de edad, la motricidad se hace más compleja, incorporándose nuevas formas de movimiento. Se observa un salto cuantitativo en las acciones motrices, por lo que esta etapa de la vida es llamada de gran “explosión motriz”.
En observaciones que hemos realizado a la actividad motriz con niños de 2 a 3 años, se aprecian las primeras manifestaciones de la carrera y el salto, dos habilidades que en el grupo anterior carecían de la fase de vuelo (despegue de los pies del piso) y que en este grupo pueden ser identificadas. Se destaca también un gran salto cuantitativo en el desarrollo de acciones combinadas como: – caminar y correr, caminar y saltar, caminar y lanzar.
Se aprecia también que los niños alternan frecuentemente el caminar con la carrera y caminan por arriba de bancos o muros a pequeña altura del piso, aunque en la mayoría de los casos los movimientos no lo hacen de forma continua, o sea caminan se paran y continúan caminando.
Realizan el lanzamiento y el rodar pelotas pequeñas con una y dos manos, no sólo hacia adelante y hacia arriba, sino también dirigido a un objeto colocado a poca distancia, pero aún carecen de orientación para llegar directamente al objetivo.
La cuadrúpedia por el piso la ejecutan apoyando pies y manos y esta se ejecuta generalmente en una sola dirección. También gatean por arriba de tablas inclinadas y bancos a pequeña altura. Este desplazamiento lo realizan de forma continua.
El escalamiento presenta una ejecución peculiar pues el ascenso se realiza colocando un pie y la mano del mismo lado, continúan con la colocación del otro pie y la mano correspondiente, y no se aprecia continuidad en el movimiento. El descenso requiere aún de la ayuda del adulto.
Saltan con ambas piernas y como hemos expresado con mayor despegue de los pies del piso, incluso saltan por arriba de pequeños objetos colocados en el piso, ejecutándolo solamente en una dirección.
Se desplazan reptando sin separar el cuerpo del piso cuando se encuentran una tabla a poca altura, que les facilita pasar por debajo de ella, lo realizan llevando los dos brazos al frente y a partir de este apoyo de los brazos, empujan su cuerpo hacia delante para lograr el impulso.
Suben y bajan trepando obstáculos a poca altura sin apoyarse con todo el cuerpo sólo con los brazos y las piernas.
Teniendo en cuenta las características motrices de esta edad, pueden organizarse actividades que estimulen esta motricidad y que contribuyen a mantener en el niño un estado de ánimo alegre, activo y propician las relaciones entre sus compañeros y el adulto.
A continuación se ofrecen dos ejemplos de actividad motriz para este grupo de edad, otros ejemplos y un amplio contenido de actividades y juegos para la etapa preescolar pueden encontrarse en Educación Física en preescolar. Editorial INDE, Barcelona, 2001.
Sesión No. 1
Objetivo: Caminar y correr con cambios de dirección libremente y por objetos en el piso.
Materiales: Mariposa y flores de cartulina.
· Se invita a los niños a caminar por el área, cada niño por donde desee y mover los brazos imitando el vuelo de la mariposa que el adulto muestra con una mariposa de papel que mueve sus alas.
· La mariposa vuela lento y rápido por toda el área y después se coloca en una flor para tomar su miel (Se motiva a cada niño colocarse sobre la flor de cartulina colocada en el piso previamente, una flor para cada niño).
· La mariposa toma la miel de la flor (Cada niño se expresa como desee) y vuelve a volar. El adulto dice: Comienza la lluvia, y se esconde debajo de la flor para no mojarse (él adulto recoge del piso la flor de cartulina y se tapa su cuerpo para que los niños también lo realicen, cada uno con su flor se tapa el cuerpo como desee
· El adulto señala que dejo de llover y cada niño (mariposa) sale a pasear llevando la flor en sus manos y también en la cabeza o en la espalda.(él adulto lo ejecuta con los niños)
· Al final los invita a colocar cada niño la flor en el piso y caminar todos lentamente entre las flores sin pisarlas para que no se marchiten.
Sesión No. 2
Objetivo: Lanzar objetos y caminar por planos en el piso.
Materiales: pelotas pequeñas de goma, tela o papel maché.
· Invitar a los niños a coger cada uno una pelota y jugar con ella como deseen.
· Motivarlos a caminar llevando la pelota como quiera cada cuál y a una señal pararse y colocar la pelota en una parte del cuerpo donde no se pueda ver. Se repite 2 o 3 veces, colocándose la pelota en diferentes partes del cuerpo. Se observan y se destacan las respuestas individuales de los niños.
· Se indica separarse unos niños de otros y cada cual lanzar la pelota al espacio. Posteriormente se señala hacía una pared, árbol o lugar adecuado para lanzar todos la pelota hacía ese lugar. Se repite la acción señalando hacía otro lugar para el lanzamiento.
· Posteriormente se indica a los niños a colocar el objeto que utilizaron para lanzar en una caja y se les invita a caminar sobre tablas anchas colocadas en el piso o en su lugar caminar y correr (alternadamente) por el piso entre cuerdas colocadas paralelas (dejar suficiente separación entre una cuerda y la otra).
· El adulto toma una pelota de la caja e invita a los niño a correr hacía el lugar donde ella o él lanzará la pelota. Se repite después que los niños respondan a la tarea, lanzando la pelota a otra dirección. Si algún niño recoge la pelota se le propone realizar el lanzamiento.
· Al final se invita a los niños a caminar por el área llevados por el viento (el adulto imita el sonido del viento y transmite al niño mediante expresiones como: sopla el viento, nos mueve lentamente, nos lleva de lado, nos hace caer) y ejecuta los movimientos con los niños.
Como se pude apreciar en los ejemplos anteriores no se hace énfasis en una estructura de la actividad donde se divida la misma en tres partes: inicial, medular y final, pues por las particularidades de niños tan pequeños no se requiere de tal precisión metodológica. A partir de la edad que continúa (3-4 años) recurriremos a este tipo de estructura de la actividad, pero con la flexibilidad que nos exige la enseñanza preescolar.
Los ejemplos que se ofrecen solo constituyen una guía para la acción pedagógica con los niños de este grupo de edad. Cada tarea que compone la sesión correspondiente se adecua a las características del grupo y por supuesto a las particularidades de la edad.
Lo más importante en la concepción de estas actividades es que las mismas se ofrezcan al niño en algún momento del día y frecuencia de la semana para que conjuntamente con sus juegos libres, constituyan momentos de esparcimiento aprendizaje y por consiguiente de desarrollo para el pequeño.
Revisado y actualizado por: Lic. Maritza G.O (02/02/05)
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