Palabras claves: DOPING/DEPORTE/SUPLEMENTOS/AJEDREZ

Título: Ajedrez y dopaje

Autor: Ruiz Franco, Juan Carlos

E- mail: jcrfranco@ctv.es

Texto completo:

El dopaje es también efectivo para un deporte intelectual como el ajedrez. El cerebro es una parte del cuerpo, la más importante. Si alguien cree en una mente separada de los procesos corporales, debe demostrarlo, lo cual todavía no se ha hecho. La ciencia, por el contrario, anda por el camino del materialismo, según el cual los procesos intelectuales, emotivos, afectivos, etc, son procesos neuroquímicos. La vieja psicología mentalista ya no convence a nadie bien informado. Estos fenómenos tienen lugar gracias a la neurotransmisión. Ésta es realizada por los llamados neurotransmisores, cada uno de los cuales tiene una o varias funciones. Los más importantes son: -dopamina, encargada de activar, de dar ganas de luchar, de imprimir creatividad. -serotonina, encargada de inhibir, de estabilizar el ánimo, de facilitar el sueño. -noradrenalina, encargada de aportar resistencia. -acetilcolina, la cual propicia la concentración, la atención, el aprendizaje, la memoria. -adrenalina, la gran activadora. -GABA, el encargado de relajar.

No sé por qué las federaciones deportivas que se preocupan tanto por el cumplimiento del control antidopaje, no se preocupan más por la salud de sus deportistas afiliados, prohibiendo todo método artificial que sea perjudicial para el organismo. En el caso del ajedrez, jugadores con ansia de rápidos triunfos, mal aconsejados por médicos, podrían recurrir al arsenal de psicofármacos, especialmente antidepresivos, que mejorarían su rendimiento intelectual, pero perjudicando su salud cerebral.

SOLUCIÓN: SUPLEMENTOS NATURALES

La mejora del rendimiento ajedrecístico debería empezar por una alimentación adecuada, con la proporción de nutrientes requerida por el deporte ejercitado. Se deben aportar todas las vitaminas y minerales, algunos de ellos esenciales para el esfuerzo intelectual, y que no siempre están presentes en nuestra dieta, por diversos motivos: prisas, mala información, destrucción en el procesamiento, etc. Además, existen toda una gama de productos naturales, sin efectos secundarios, que aumentan el rendimiento intelectual. Estas sustancias no son bien conocidas porque la medicina convencional prescinde de ellas, aconsejada por los grandes laboratorios farmacéuticos, los cuales no sacarían gran beneficio de unas sustancias que existen en la naturaleza y que, por tanto, no pueden patentar. En cambio, nuestros médicos reciben periódicamente la visita de representantes de laboratorios, que aconsejan que prescriban tal o cual producto que acaba de salir al mercado, sobre el cual tienen la patente. Aparte, hay que reconocer que las medicinas alternativas no se han ganado la confianza del público por su falta de base científica. Pero es un hecho que prestigiosos investigadores, pasando de las sumas ofrecidas por las multinacionales farmacéuticas, han puesto de relieve el beneficio de vitaminas, minerales, plantas, aminoácidos, y similares. El ejemplo más claro es el del doctor Linus Pauling, premio Nobel, en sus investigaciones sobre la vitamina C. A pesar de ello, el colectivo médico, con la Food and Drug Administration norteamericana a la cabeza, sigue con su ridícula lista de cantidades diarias recomendadas, claramente insuficientes.

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Revisado y actualizado por: Lic. Maritza G.O (02/02/05)