Palabras claves: NIÑOS/ADOLESCENTES/COMPOSICIÓN CORPORAL

Título: Composición corporal del niño en relación con el índice de masa corporal.

Autor: Kettering, Ohio

Resumen

En los niños y adolescentes la talla y el peso son mediciones que se obtienen con facilidad. Asimismo, el índice de masa corporal (IMC: kg/m2) con frecuencia se utiliza en función de determinar el sobrepeso y la obesidad. Por su parte en los adultos el IMC generalmente se define como un índice de adiposidad mayormente independiente de la talla, no siendo necesariamente igual en niños.

Sin embargo aunque existe una alta correlación entre el IMC y la grasa corporal total (MGT) y % de grasa corporal (%G), el IMC también se correlaciona con la masa libre de grasa (MLG). En los niños, estas relaciones se complican por la variación en el índice de crecimiento y los niveles madurativos. Lo que trae consigo que muchos niños con tendencia a padecer patologías relacionadas con sobrepeso y obesidad, pueden no ser adecuadamente identificados en programas de intervención específica cuando sólo se utiliza como parámetro de medición el IMC.

En este trabajo se investiga la valoración de MGT/talla2 y la MLG/talla2, a lo largo de la edad y en relación con el IMC, que permite identificar cambios en la composición corporal que influyen en las modificaciones del IMC con la edad.

Texto completo:

Introducción

La talla y el peso de los niños y adolescentes son mediciones que se obtienen con facilidad. Asimismo, el índice de masa corporal (IMC: kg/m2) a menudo se utiliza para determinar sobrepeso y obesidad.

El Primer Estudio Nacional de Salud y Nutrición concluyó que los adolescentes con IMC por encima de los 30 kg/m2 y en o por encima del percentilo 95 para edad y sexo deberían ser considerados con sobrepeso. Los valores en o por encima del percentilo 85, y por debajo del percentilo 95, serían indicadores de riesgo de obesidad.

El Grupo Internacional de Expertos en Obesidad sugirió la definición de sobrepeso y obesidad según los percentilos de niñez y los valores de sobrepeso y obesidad en adultos -25 y 30 kg/m2, respectivamente-. Éstos se corresponden con los percentilos 80 y 95 del Centro Nacional de Estadística en Salud, relacionados con morbilidad y mortalidad.

No obstante, si bien se han aceptado las recomendaciones, la validez de la determinación del IMC como indicador de adiposidad en niños aún no se ha establecido.

Entre las limitaciones, los autores recuerdan que el IMC generalmente se define en adultos como un índice de adiposidad mayormente independiente de la talla. Esto no parece ser necesariamente igual en niños. A su vez, aunque existe una alta correlación entre el IMC y la grasa corporal total (MGT) y % de grasa corporal (%G), el IMC también se correlaciona con la masa libre de grasa (MLG). En infantes, estas relaciones se complican por la variación en el índice de crecimiento y los niveles madurativos. En consecuencia, muchos niños, con mayor riesgo de sufrir patologías relacionadas con sobrepeso y obesidad, pueden no ser adecuadamente identificados en programas de intervención específica cuando sólo se utiliza como parámetro de medición el IMC.

Debido a que el peso consiste en la MGT y MLG, el IMC puede dividirse en componente graso y magro según talla2. La valoración de MGT/talla2 y la MLG/talla2, a lo largo de la edad y en relación con el IMC, permite identificar cambios en la composición corporal que influyen en las modificaciones del IMC con la edad. Estas asociaciones son investigadas en el presente estudio.

Métodos
Se evaluaron 387 niños sanos de 8 a 18 años, 201 varones y 186 niñas, seleccionados a partir del Estudio Longitudinal Fels.

Los participantes residían en 43 de los 50 estados de EE.UU., pero aproximadamente las dos terceras partes vivían en los estados del oeste medio. Se determinó peso, talla, IMC y densidad corporal por hidrodensitometría. La MGT y la MLG así como el %G se calcularon según el modelo de multicomponente de Lohman, el cual permite establecer variaciones en la MLG según sexo y edad, entre los 7 y 25 años.

Resultados
El IMC se correlacionó positiva y significativamente con el peso en todas las edades y en ambos sexos y con la talla en varones de 10 a 14 años y en niñas a los 9 años.

La correlación entre IMC y %G y entre IMC y MGT fue de moderada a alta en varones de cada edad. Esto indicó que el IMC es responsable del 41% al 88% de la varianza del %G o de la MGT. Las correlaciones fueron, por lo general, inferiores en niñas en las que el IMC explicó el 14% al 81% de la modificación del %G o de la MGT. El IMC explicó más del 25% de la variación de la MLG en todas las edades.

La talla se asoció significativamente con la MGT en niños de 10 a 14 años y en niñas de 9 a 13 años. Como se esperaba, la MLG se correlacionó positiva y significativamente con la talla en cada edad en los dos sexos. En varones, la talla también se relacionó con la MGT/talla2 entre los 10 y 12 años y con la MLG/talla2 entre los 12 y 15 años. En niñas, en cambio, sólo hubo correlación con la MLG/talla2 a los 12 años.

Las niñas tendieron a presentar valores promedio mayores de IMC entre los 11 y 16 años, pero sólo hubo diferencias significativas según el sexo entre los 12 y 13 años.

Con pocas excepciones, el promedio de MGT/talla2 en niñas aumentó en forma estable con la edad. En varones, la MGT/talla2 tuvo un ligero incremento entre los 8 y 14 años, descendió entre los 14 y 16 años y luego aumentó levemente.

Los valores promedio de MGT/talla2 fueron mayores en niñas en todas las edades, con diferencias significativas entre los 10 y 18 años.

El patrón de modificación de la MLG/talla2 según edad difirió notablemente del marcador MGT/talla2. En ambos sexos hubo leves y similares incrementos hasta los 14 años; por encima de esa edad hubo ligero aumento en niñas e incremento marcado en varones hasta los 17 años. Se constataron diferencias significativas entre los sexos, con valores mayores para los varones, en la MLG/talla2 entre los 15 y 18 años.

Entre los 9 y 12 años, el incremento del IMC en varones estuvo acompañado de aumento en la MLG/talla2 y MGT/talla2.

Sin embargo, entre los 8 y 9 años y los 12 y 17 años el aumento anual promedio del IMC obedeció exclusivamente al aumento de la MLG/talla2; la MGT/talla2 disminuyó en todas las edades. En cambio, entre los 17 y 18 años, el aumento en la MLG/talla2 y MGT/talla2 contribuyó con el incremento del IMC. El descenso del peso anual en varones obedeció, casi exclusivamente, a incrementos en la MLG. El cambio promedio en la MGT fue ligeramente negativo entre los 14 y 15 años y entre los 16 y 17 años.

En niñas, las modificaciones anuales en la MLG/talla2 y en la MGT/talla2 reflejaron el cambio neto del IMC entre los 8 y 9 años y 10 y 16 años. La MLG/talla2 fue responsable de la mayor parte del aumento del IMC entre los 10 y 14 años. En cambio, al llegar a los 16 y 18 años, los cambios fueron casi exclusivamente atribuibles al aumento de la MGT/talla2. Entre los 9 y 10 años se observó declinación en la MLG/talla2.

En general, el incremento en la MLG originó la mayor parte de la variación del peso hasta los 16 años. Después de esta edad el incremento del peso se debió casi por completo a aumento de la MGT.

Discusión
La importancia del estudio radica en la comprobación de que los aumentos en el IMC a lo largo de la niñez surgen principalmente del aumento en la relación entre MLG/talla2 -en particular en adolescentes varones-. El aumento en la MGT/talla2 se registró antes y después de la adolescencia en ambos sexos. No obstante, en comparación con varones, la MGT/talla2 contribuyó con una mayor proporción del incremento anual del IMC en niñas a lo largo de la niñez.

Estos datos, concluyen los autores, deberían ser útiles para la mejor identificación de pacientes pediátricos en riesgo de sobrepeso y obesidad.