Palabras claves: PSICOLOGÍA/FORMA DEPORTIVA/ ENTRENAMIENTO DEPORTIVO/MEDICINA DEPORTIVA

Título: Aspectos psicológicos de la forma deportiva.

Autores: García Ucha,  Francisco

Email:   ucha@inder.co.cu

Fuente: Boletín Científico Técnico del INDER,  No. 3, 1978,  p. 29-32

Resumen

En este trabajo los autores presentan una caracterización de los aspectos psicológicos inherentes a los atletas cuando se encuentran en forma deportiva. La forma deportiva es un período determinado dentro del cual el atleta se halla en estado máximo de rendimiento. El objetivo del trabajo estriba en llegar a conocer los síntomas psicológicos que caracterizan este estado, los cuales brindan a los entrenadores la posibilidad de llegar a una evaluación integral del atleta. Se señalan las particularidades de los procesos afectivos, cognoscitivos y volitivos de los atletas en forma deportiva, y se reseñan algunas experiencias desarrolladas por los autores y otras que aparecen en la literatura psicológica sobre el tema.

 

Texto completo

Introducción

Este trabajo describe de manera gene­ral aquellas características psicológicas inherentes a la Forma Deportiva; sin embargo, consideramos que este tema debe ser abordado de forma integral o interdisciplinariamente, con objeto de que se conteste certeramente a esta problemática y ayude de manera especial a dar res­puesta a las inquietudes que se presentan en la práctica a entrenadores y especialistas deportivos. El entrenamiento del atleta es un proceso pedagógico, cuyo objetivo es elevar la capacidad de adaptación de su sistema psicofísico hacia el aumento constante de las cargas.

 

Para desarrollar la, capacidad del organismo a la autorregulación, las cargas de entrenamiento ejercen gran influencia so­bre todos los órganos y sistemas del atleta tanto desde el punto de vista fisiológico como psicológico. Se puede señalar que el nivel de entrenamiento está relacionado fundamentalmente con los cambios biológicos de adaptación que se operan en el organismo del atleta y la influencia de las cargas, y su determinación se basa en el múltiple desarrollo físico, el perfeccionamiento de la actividad funcional de sus órganos y sistemas, el desarrollo de las cualidades físicas que demanda su participación en la especialidad deportiva y el incremento y perfeccionamiento de sus procesos psíquicos.

 

El entrenamiento resulta la parte fundamental de la preparación deportiva, pero ésta incluye, además, otros recursos; por ejemplo, las clases teóricas sobre técnica y táctica del evento (6). De manera, que la preparación de un atleta se realiza con la utilización de todo un conjunto de medios y procedimientos pedagógicos que posibilitan una alta predisposición para alcanzar altos resultados en las competencias más importantes de un ciclo de trabajo, con las cuales se pone de manifiesto la forma deportiva del atleta, constitutivo de un período determinado en el cual el deportista se halla en un estado de rendimiento máximo (4).

 

Desde este punto de vista, el entrenamiento deportivo constituye el proceso de dirección del desarrollo de la forma deportiva, que no se produce de manera inmediata, sino que es necesario un trabajo sistemático y constante para su desarrollo  y obtención en el período competitivo, la cual se pierde en el período de tránsito.

 

A la forma deportiva le son inherentes los procesos fisiológicos, bioquímicos, psicológicos, etc., con los cuales el atleta lo­gra desarrollar su actividad, por cuanto la forma deportiva esta vinculada estrechamente al proceso de asimilación de los ele­mentos técnicos y tácticos del deporte, en que la formación de habilidades de ejecución del atleta radica en la repetición del elemento y en el trabajo sincronizado de los centros nerviosos.

 

Las deficiencias en cualquiera de estos aspectos son excluyentes de la forma deportiva. La Forma tiene una mayor o menor prolongación en el tiempo de acuerdo con el tipo de deporte y, por tanto, al tipo de entrenamiento al que ha sido sometido el atleta. En la literatura moderna de la metodología del entrenamiento se establecen distintos períodos de división para su planificación, sea esta anual, bianual o cuatrienal, en concordancia con aquellos momentos en los cuales se van a producir las competencias fundamentales, o sea, aquéllas en las que se aspira obtener los máximos resultados, pero para ello se requiere que en ese periodo el atleta esté en forma deportiva.

 

El conocimiento exacto de los límites generales e individuales de la forma de­portiva es premisa necesaria para la distribución correcta de las cargas psicofísicas en el entrenamiento. A los psicólogos que trabajan en el área del deporte les resultan de vital interés las cuestiones relacionadas con el establecimiento y desarrollo de la Forma para el análisis de ese mismo proceso de entrenamiento, su influencia sobre el psiquismo y conocer también la incidencia de la preparación psicológica como de la psíquica sobre el rendimiento del atleta.

 

En la actualidad muchos entrenadores evalúan la forma deportiva, entre otras cuestiones, en la etapa previa a las competencias, con utilización de las señales que el comportamiento del atleta les brinda; prácticamente, las guías fundamentales del entrenador para realizar su evaluación están vinculadas al estado psíquico del atleta, que se expresa en su actuación en las sesiones de entrenamiento.

 

En un análisis realizado por los autores sobre la manera cómo evalúan la Forma, detectaron que reconocían, dicho estado porque percibían que sus atletas se en­contraban más entusiasmados, más confiados en sí mismos, más despiertos, ac­tivos. Dispuestos, emocionalmente más estables, prestos a realizar las acciones, tenían un brío especial, ejecutaban los mo­vimientos con mas precisión, poseían una mayor flexibilidad y relajación en las ejecuciones y expresaban sentimientos estéticos. Ello demuestra que en buena medida el criterio de apreciación de la Forma es psicológico.

 

Desde luego, este método de evaluación posee sus limitaciones, que están dadas por la influencia de factores de personalidad y motivacionales del entrenador en el esfuerzo de percepción en que se ve involucrado al realizar el diagnóstico.

La importancia de lo anteriormente señalado estriba en que realzan los factores psicológicos.

 

Mas, los entrenadores emplean, además, una serie de test pedagógicos. Así, en el período propiamente competitivo suele evaluarse la forma deportiva a partir de la calidad de las ejecuciones en ejercicios especiales de velocidad, fuerza y resisten­cia, las cuales se comparan con medicio­nes anteriores. Los índices más convincentes de la Forma son los buenos resul­tados y su mejoramiento a lo largo de la temporada.

 

En un trabajo relacionado con este aspecto, Lanier (3) plantea: En el período competitivo los controles deben llevarse a cabo mediante medios especiales. Coincidimos con el criterio de Bauersfeid, cuando plantea que el primer resultado de la etapa competitiva tiene que corresponder con los mejores resultados de la temporada anterior como consecuencia de la efectividad del período preparatorio. Sólo así se garantiza la (2) efectividad del trabajo en el período competitivo.

 

Todas estas evaluaciones van encaminadas a estudiar el momento de establecimiento de la Forma, de manera que se logre una imagen anticipada de cómo se encuentra el atleta para la realización de las competencias y para remediar cualquier insuficiencia que pueda introducirse en el proceso de la planificación del rendimiento.

 

Para abordar esta problemática es necesario partir de las señales y síntomas que caracterizan ese estado en cada atle­ta particular y equipo deportivo, ya que la forma deportiva está en función tanto de las particularidades individuales como de las características del evento, y encontrar los métodos más idóneos para realizar este diagnóstico. Todo ello nos lleva al problema de la caracterización de la Forma, en este caso desde el punto de vista psicológico, ya abordado por numerosos autores del campo socialista, entre ellos Puni, Rudik Epuran, Chernikova, Guenova, y otros.

 

Estos autores han señalado entre sus hallazgos, en el curso de las investigaciones, que cuando el atleta se encuentra en forma deportiva la actividad de la con ciencia transcurre con precisión, claridad y rapidez (8). Los procesos del pensamiento adquieren una gran velocidad, el atleta elabora la solución táctica de las situaciones de juego con una mayor rapidez; es tal la velocidad del pensamiento que en dos tres segundos se toman decisiones adecuadas a las circunstancias en que se están desenvolviendo las acciones de lo contrarios.

 

Un corredor que esta compitiendo ex una carrera de 100 metros es capaz de tomar decisiones respecto a cuál es el momento más adecuado dentro de la carrera para cambiar su aceleración dentro del conjunto de la actuación de los otros corredores.

 

En el atleta, el sentido de orientación se perfecciona, lo que le permite orientarse mejor en el ambiente y multivariedad de situaciones que se encuentran en la competencia, a causa de que los procesos de percepción se efectúan con una mayor rapidez, detallados y con claridad, lo cual aumenta la capacidad de observación del atleta.  Medvedev estudió  las valoraciones de la rapidez y precisión de la percepción visual en los voleibolistas y planteó que ésta, en la forma deportiva, es mucho más intensa en rapidez y precisión (7).

 

En este sentido también Chernikova (8) ha descrito, en sus trabajos con esquiadores, que en el momento del salto los atletas en Forma son capaces de discriminar una gran cantidad de aspectos; los árbitros, el público, la pista, los detalles del vuelo, etc. Las percepciones especializadas, o sea. las percepciones de las diversas condiciones del medio en las que se efectúan las acciones deportivas, tales como el sentido del agua; del tiempo, en los corredores; del balón, en el baloncesto; de la varilla, en el saltador; etc., alcanzan agudeza muy grande en la forma deportiva.

 

Los atletas tienen conciencia de estos cambios; 105 lanzadores de disco manifiestan, cuando están en Forma, que sienten perfectamente el disco en la mano; hay un mayor dominio sobre el implemento, que comienza cuando el atleta es capaz de percibir de manera precisa el peso del disco, su forma, dureza, la fuerza a emplear, la velocidad y la trayectoria. En este aspecto de las percepciones se ha realizado una gran cantidad de investigaciones, las cuales tienden  corroborar que en la forma deportiva se establece un mejoramiento marcado de los procesos preceptuales. Ermolaev (8) ha estudiado la kinestesia y plantea que ésta se incrementa considerablemente en luchadores y levantadores de pesas; realizó un estudio mediante la evaluación de la magnitud media (en cm) de la precisión de los movimientos en la articulación de los hombros, la que mejoró de 1 a 2 cm.

 

Al investigar la nitidez de las sensaciones motoras en esgrimistas, Puni (8) descubrió que en las sensaciones kinestésicas, al realizar movimientos de rotación de las articulaciones de las muñecas y movimientos de extensión en las articulaciones de los codos cuando los atletas estaban en forma deportiva, la magnitud de los errores era mínima: 0,3 y 0,82 grados. Se ha precisado que los procesos de la atención mejoran en la Forma y aumentan su volumen, así como la capacidad de distribución y concentración.

 

El carácter de las representaciones de los movimientos se hace mucho más preciso, el atleta es capaz de representar mentalmente sus acciones, siendo más idénticas, o semejantes, a las acciones reales que ejecutan. En este sentido uno de los autores ha estudiado la representación del tiempo de duración de las carreras en los corredores de 400 metros y lo han mejorado cuando se encuentran en Forma.

 

Otros autores señalan que la representación espacial de los movimientos mejora en los gimnastas cuando se encuentran en forma deportiva. En general, aumenta el control de las acciones por parte del atleta; hay que destacar que cuando el atleta se encuentra en Forma sus movimientos se hacen mas precisos y coordinados y se realizan con facilidad, suavidad y rítmicamente mejor. Desde el punto de vista afectivo, son características de la forma deportiva las reacciones emocionales positivas; el atleta experimenta un excelente estado de ánimo y gran optimismo; aparecen emociones esténicas, las cuales se expresan en el entusiasmo, confianza en si mismo y en la victoria; deseos de competir y sentimien­tos de responsabilidad.

 

Según plantea Puni (9): siempre está determinado el surgimiento de uno y otro estado de prearranque antes de una competencia y el número de factores que lo motivan es muy elevado. Pero entre ellos, el más importante, desde el punto de vista del aseguramiento de un estado pre-arranque favorable y de transformación de las formas adversas, es el buen nivel de entrenamiento del atleta, su excelente forma deportiva.

 

En el. aspecto volitivo se eleva la capacidad para realizar máximos esfuerzos de voluntad. Es necesario señalar que en los procesos de alto rendimiento deportivo está presente la voluntad como base fundamental de la acción, la que determina los estados psíquicos del atleta para vencer las exigencias del entrenamiento y las condiciones que impone la competición de alto nivel.

 

En la forma deportiva, según Epuran (1), los aspectos volitivos se caracterizan por una gran decisión, combatividad, perseverancia y autodominio. El atleta es capaz de movilizar sus reservas psíquicas ante los obstáculos inmensos de la competencia.

 

Podemos señalar que en el período de Forma se establece una motivación dominante que dirige el comportamiento del atleta hacia la victoria, los estímulos que son ajenos a esta tendencia pierden fuerza y significado. Fisiológicamente, este fenómeno ha sido explicado por Uj tomki como el de la creación de un centro domi­nante en la corteza cerebral que monopoliza todos los reflejos.

 

Estos aspectos, antes señalados, ponen de relieve las características psicológicas de la forma deportiva. El tema, desde luego, no se encuentra agotado por esta exposición, son muchos y muy variados los problemas relacionados con la forma deportiva.

Bibliografía

1. Epuran, M. Aspectos Psicológicos de la Forma Deportiva. En su Psicología del Deporte. Bucarest 1974 (en rumano).

2. Kunath, P. Problemas de la carga desde el punto de vista psicológico del deporte. Teoría y Práctica, Física y Cultura, 1972,1 p. 22-24.

3. Lanier, A.  Posiciones metodológicas para el desarrollo de la Forma Deportiva. Rev. El deporte, derecho del pueblo. Año 10, No. 4,1977, p. 4043.

4. Lanier, A., E. Chávez e I. Torres. Diferentes factores que inciden en el desarrollo de la Forma Deportiva. Rev. El Deporte, derecho del pueblo. Año 10, 7, 1977. p. 40-43.

6. Matveev, L. El entrenamiento depor­tivo. Suplemento 10, Boletín Cientí­fico Técnico. INDER, La Habana.

7. Medvedev, V. Las variaciones de la rapidez y precisión de la percepción vi­sual de los voleibolistas en dependencia del estado de entrenamiento. En su La preparación psicológica de los deportistas en las distintas modalida­des del deporte con vistas a las competencias. Moscú, 1973 (en ruso), p. 43-49.

8. Puni, A. Ensayos de Psicología del Deporte. INDER, La Habana, p. 211-216.

9. Puni, A. La preparación psicológica para las competencias. Suplemento No. 11, Boletín Científico Técnico.

INDER. La Habana.

 

Revisado y actualizado por: Lic. Mariela C. Z (20/02/03)